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El laberinto comunicacional que enredó la “operación alimentos”

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Agencia Uno
POR Francisca Vargas |

El Presidente debió especificar una vez más quiénes serán los beneficiados de las 2,5 millones de canastas. “Sabemos que les faltan muchas cosas, pero no les sobra nada”, dijo.

La entrega de canastas de alimentos para ayudar a dos millones y medio de familias en plena cuarentena se transformó en una tarea titánica para el Gobierno. No solo por el despliegue logístico que comenzó este fin de semana con la entrega de las primeras cajas, sino también por el dolor de cabeza comunicacional que les provocó explicar una y otra vez cómo se reparten, a quiénes sí y a quiénes no, y qué productos componen cada una de las cajas. 

De hecho, este sábado 23 de mayo el Presidente Sebastián Piñera insistió en que la intención del programa “Alimentos para Chile” es llegar al 70% de los hogares sujetos a cuarentena. “Esto significará una ayuda y un alivio a casi ocho millones de compatriotas”, dijo. 

Con sus palabras, el Mandatario intentó zanjar la polémica que se desató el viernes 22 cuando el ministro de Desarrollo Social, Sebastián Sichel, entregó un porcentaje distinto que generó confusión y críticas. En entrevista con radio Cooperativa, Sichel explicó que los beneficiarios de esta medida serían el 70% del 40% de las familias más vulnerables. “Dos millones de cajas y casi dos millones 900 mil hogares, son, más o menos, el 70% (del 40%) de los hogares más vulnerables de Chile”, comentó.

Aunque más tarde el ministro aclaró sus dichos y dijo que la cobertura sería en promedio el 70% de las comunas en cuarentena de la RM -y tanto la vocera Karla Rubilar como el intendente metropolitano, Felipe Guevara, salieron a detallar la medida-, las explicaciones no fueron suficientes para bajar el tono del debate. El reproche vino desde la oposición, pero también de personeros oficialistas. Y en especial, de algunos alcaldes de Chile Vamos. 

En La Moneda, el episodio de Sichel fue calificado como un “error comunicacional”, un traspié “sin intenciones”, dicen las mismas fuentes, pero que complicó más una puesta en escena que ha tenido varios flancos abiertos. 

De hecho, el Presidente también se hizo cargo de otra de las polémicas: el tipo de alimentos y útiles de aseo que contienen las cajas. “Sabemos que a estas canastas les faltan muchos elementos. Pero sabemos también que no les sobra nada, porque cada uno de sus 35 componentes son útiles, necesarios o indispensables para las familias que las reciben”, enfatizó.

El plan piloto, como lo definió el Gobierno, comenzó este fin de semana en las comunas de Santiago, Quinta Normal, Estación Central, San Ramón, Puente Alto, Lo Prado, Cerrillos, Independencia, Renca, Buin, La Pintana, Conchalí y Cerro Navia. En total serán 1,5 millones de canastas repartidas en la Región Metropolitana y un millón en otras regiones. 

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La oposición acusa improvisación

“Creemos que en el Gobierno primó el ansia de mostrar un logro comunicacional, por encima de una solución eficiente que permitiera ir en auxilio de las familias más necesitadas en cuarentena”, dijeron este fin de semana en una declaración pública los timoneles del PPD, Heraldo Muñoz; del PS, Álvaro Elizalde y del PR, Carlos Maldonado, agrupados en Convergencia Progresista.

Desde la oposición acusaron “improvisación” de La Moneda en la entrega de las canastas, pues consideran que no existe la debida planificación logística, “creando demoras en la concreción de esta ayuda, y con declaraciones confusas sobre quiénes serán los destinatarios de esta ayuda de emergencia”. 

“Llamamos al Presidente a corregir cuanto antes estos errores y a preferir otro camino”, señalaron en el texto. 

Desde que el Mandatario anunció este plan de ayuda en la cadena nacional del domingo 17 de mayo pasado, el Gobierno ha enfrentado varias críticas por cómo se ha desplegado. Hasta la expresidenta Michelle Bachelet se refirió al tema, calificando como “escasa” la distribución de canastas de alimentos, y asegurando que la solución para enfrentar la crisis era “generar mecanismos de protección social importantes”. Un consejo que incomodó en el Gobierno y que incluso el ministro de Hcienda, Ignacio Briones, respondió en una frase: “Siempre es más fácil opinar de afuera que estando adentro”.

De hecho, este sábado 23 de mayo el Presidente Piñera hizo alusión a las medidas de la agenda Covid-19 y sus resultados, los que calificó como una “red de protección social extraordinaria”. 

Sin embargo, hay otro punto que también provocó ruido en la oposición. La inversión cercana a los US$ 100 millones que significan las cajas de alimentos, luego del gallito que se dio por los montos del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), los que no fueron aumentados como pidió la izquierda.

Por eso, desde la ex Nueva Mayoría al Frente Amplio han insistido en la idea en poner más recursos sobre la mesa para que las familias más vulnerables puedan sortear la cuarentena. De hecho, el documento socializado por Convergencia Progresista propone dos alternativas: transferir fondos adicionales directamente a las familias y evaluar un programa de vales de alimentos.

“Son transferencias electrónicas a beneficiarios de bajos ingresos, o sin ingresos, de montos que se depositan en tarjetas de los beneficiarios, para adquirir alimentos en supermercados y almacenes participantes del programa”, detalló el timonel del PPD. 

De Presidente al rol de “papá” 

En medio de la entrega de las canastas, este sábado comenzó el pago del Ingreso Familiar de Emergencia. Según el Presidente, en el primer día 499 mil hogares del país recibieron el depósito en su Cuenta Rut, lo que ayuda a cerca de 1.771.000 personas. 

El resto de los beneficiarios, cerca de 1,2 millones de hogares, recibirán el primer pago de los tres meses que abarca el IFE el próximo 10 de junio.

Tras informar cómo se entregará este ingreso, Piñera finalizó su actividad con una nueva analogía, comparando al país con una gran familia, que “nunca deja solos o abandonados a ninguno de sus miembros”. Y agregó: “Todos los presidentes deben actuar como un buen padre de familia. Preocuparse y ocuparse de todos sus hijos, pero con un cuidado, dedicación y cariño muy especial, preocuparse y ocuparse de los más vulnerables y de los que más lo necesitan”.