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Ocho claves para comprender qué es el TPP-11 y en qué consiste

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Agencia Uno
POR Manuel Izquierdo |

El acuerdo internacional suscrito por Chile en 2018 involucra a 11 países de la cuenca del Asia-Pacífico e incluye normas comerciales, regulatorias, medioambientales, laborales y de género. Esta semana comenzó su discusión en el Senado, un paso clave para su posible ratificación.

Esta semana se retomó la discusión del TPP-11 o CPTPP en la Sala del Senado. Para aprobarse, el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico requiere el voto favorable de la mayoría simple de los senadores presentes en la sesión.

De los actuales miembros de la Cámara Alta, 25 pertenecen a Chile Vamos, 5 a la Democracia Cristiana y 19 son parte del oficialismo. Esos elementos aumentan la probabilidad de que el proyecto sea visado por la Sala.

El proyecto ha evidenciado las diferencias entre las “dos almas” que sustentan al Gobierno, al punto de que, mientras sectores del Socialismo Democrático han llamado a aprobar el tratado en el Senado, desde Apruebo Dignidad advirtieron que utilizarán “algunas herramientas reglamentarias para que no se vote esta semana”.

Conoce las ocho claves para comprender qué es el TPP-11 y en qué consiste. 

¿Qué es el TPP-11? 

La Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales (Subrei) define al TPP-11 o Acuerdo Transpacífico como un “tratado de integración económica plurilateral en la región de Asia-Pacífico”, que tiene como objetivos “promover la integración económica, establecer marcos legales predecibles para el comercio, facilitar el comercio regional y promover el crecimiento sostenible”.

¿Qué países integran el TPP-11?

Para el Senior Manager de Global Trade & Investment de Deloitte Chile, Felipe Lopeandia, “este tratado se ubica en una región como la del Asia Pacífico, que es la más dinámica desde el punto de vista económico y es de alta relevancia estratégica para nuestro país”.

Son 11 los países que están involucrados actualmente en el TPP-11: Australia, Brunei Darussalam, Canadá, Chile, Malasia, México, Japón, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam. Sin embargo, tanto Brunei como Malasia no han ratificado el tratado.

Lopeandia destaca que los que han suscrito el pacto “son muy diferentes en cuanto al tamaño de su economía o de su aparato regulatorio”, por lo que el CPTPP tiene “un alto nivel de pragmatismo y flexibilidad en el establecimiento de obligaciones y disciplinas” que establece.

El origen del TPP-11: ¿Cómo surge?

En entrevista con Pauta Final, de Radio PAUTA, el director del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica, Jorge Sahd, explicó que el origen del tratado está en el P4, “una iniciativa de Chile, Singapur, Brunei y Canadá para generar un polo de integración en el Asia-Pacífico”.  

Luego, Estados Unidos comenzó a mostrar interés en asociarse con estos países. La abogada especialista en derecho internacional y académica de la Universidad de Concepción, Paulina Astroza, agrega otro antecedente que da origen al tratado: una iniciativa del expresidente norteamericano, Barack Obama, para hacer frente a la creciente presencia de China en el comercio internacional. Esto, en el marco del “giro asiático” de su administración. 

“Obama se da cuenta de que China está teniendo mucha influencia en el mundo y decide junta a países del Pacífico para crear este tratado de libre comercio”, recuerda.

Durante el gobierno de Obama, entonces, Estados Unidos lideró el TPP-12. Sin embargo, el liderazgo duró poco: al llegar a la Casa Blanca, Donald Trump decidió dejar el acuerdo, que se transformó en TPP-11. Astroza plantea que esto se entiende porque “hay un rasgo muy soberanista en el populismo de derecha, de no querer integrarse vía multilateral a tratados de libre comercio o a tratados de integración”.

Chile y el Acuerdo Transpacífico, una relación “complicada”

Chile suscribió el TPP-11 el 8 de marzo de 2018, en la última semana del segundo gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet. Siete meses después, el 28 de octubre, ingresó vía mensaje presidencial a la Cámara de Diputados para su tramitación.

El 17 de abril de 2019 -después de pasar por la revisión de las comisiones de Relaciones Exteriores, Hacienda, Agricultura, Medio Ambiente, Trabajo y Constitución- los diputados aprobaron en general y en particular el Acuerdo Transpacífico, que pasó al Senado para su discusión

Ahí fue donde, según Astroza, “se entrampó”, porque “surgió un movimiento muy fuerte en contra del TPP-11. Ese movimiento, durante mucho tiempo, fue un discurso casi único […]. Hubo manifestaciones, rayados, amenazas de muerte y funas, además de tomas de facultades de universidades”.

“Se transformó de alguna manera en el tratado símbolo del antiglobalismo, que una izquierda radical en el mundo ha estado en contra”, plantea la abogada y académica.

El 28 de septiembre, luego de meses sin movimiento, la Sala del Senado reactivó la discusión del acuerdo, dejando en evidencia la división que existe en el oficialismo frente a esta materia. 

Al ser un tratado internacional, es necesaria la aprobación de la Cámara de Diputados y del Senado, que permitiría al Presidente de la República poder ratificarlo. Es desde la ratificación que el Estado se transforma en “parte” del pacto, se obliga y puede gozar sus beneficios.

¿Cuál es el objetivo del TPP-11?

Sahd planteó que “el TPP-11 es de los acuerdos más profundos y comprensivos en la historia de los tratados de libre comercio. Lo que busca es crear una zona de libre comercio con reglas comunes en el Asia-Pacífico, que hoy día es el centro de gravedad comercial en el mundo y eso los países lo perciben. El futuro está en el Asia-Pacífico”. 

Para Paulina Astroza, el objetivo del TPP-11 es “el acceso a los mercados”. La especialista en derecho internacional agrega que “este acceso a los mercados incluye no solamente bienes y servicios, sino también abrir nuestros mercados para la exportación […]. Y, además, incluye los servicios financieros”.

¿En qué consiste y qué implica el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico?

El académico de la UC, Jorge Sahd, aclaró que, en sus 31 capítulos, el CPTPP no solo aborda asuntos comerciales “sino que también incluye temas regulatorios, medioambientales, laborales, de propiedad intelectual, y reglas actualizadas, que recogen todo lo que ha cambiado la economía en la última década y, por eso, es una oportunidad también para otro tipo de exportaciones, de servicios o comercio digital”.

Sahd añade, en esa línea, que a nivel comercial “el TPP mejora el acceso de cerca de 3 mil productos chilenos en los mercados del TPP con preferencias arancelarias que no teníamos en los acuerdos bilaterales”.

Felipe Lopeandia, que fue negociador del tratado, asegura que uno de los beneficios en ese ámbito “es en pro de nuestras exportaciones, ya que entrega mejores condiciones de acceso de nuestros productos a distintos mercados de los países miembros, destacando los mercados de Japón, Vietnam, Malasia, Canadá y México”.

Además, dice el Senior Manager de Global Trade & Investment de Deloitte Chile, el acuerdo “establece un esquema de encadenamientos de productos muy potente. Esto significa que los miembros tendrán libre flujo de insumos y productos que podrán ser utilizados por cada país en la producción de otros bienes, generando así nuevas oportunidades comerciales, mayor valor agregado a nuestra oferta exportable y con un efecto positivo muy importante para las Pymes”.

También, según el negociador, debido a las nuevas normas, “las operaciones comerciales tenderán a estandarizarse y a ser más transparentes, haciendo más expedito los flujos de comercio entre los miembros del tratado”.

En relación a los servicios, Lopeandia sostiene el TPP-11 agrega “nuevos mercados con países que no teníamos apertura en los acuerdos bilaterales previos. También se incorporan normas en materia de contratación pública para que proveedores de bienes y prestadores de servicio puedan participar en los procesos de licitación pública en condiciones no discriminatorias, transparentes y objetivas, que generarán oportunidades comerciales nuevas para ambos”.

Astroza, Lopeandia y Sahd coinciden en que el Acuerdo Transpacífico contiene normas que buscan facilitar el comercio electrónico, al ser un “tratado moderno y actual”.

Por otro lado, el tratado aborda temáticas inclusivas y progresistas vinculadas al medioambiente, los derechos laborales y el género, lo que para la abogada es “novedoso” a nivel de pactos internacionales. Junto con eso, hay nuevas normativas para pymes, que podrán beneficiarse del acuerdo.

Finalmente, establece normas y beneficios en relación a la libre competencia, la transparencia y el combate a la corrupción.

¿Qué son las ‘side letters’ y por qué el Gobierno las ha utilizado durante la tramitación del TPP-11?

Las ‘side letters’ son cartas bilaterales o acuerdos paralelos entre los países que firman un tratado multilateral. Permiten modificar partes del tratado general con el consenso de dos o más signatarios involucrados. 

Desde Chile, se han realizado tratativas con todos los firmantes del TPP-11, con el objeto de suprimir del acuerdo el mecanismo de resolución de controversias entre inversionistas extranjeros y el Estado.

El académico Jorge Sahd asegura que las ‘side letters’ “no innovan en nada sustantivo respecto del mecanismo inversionista-Estado que Chile ya tiene firmado en sus acuerdos de libre comercio o en sus acuerdos de protección de inversiones”. 

Como publicó el medio Ex-Ante, las negociaciones bilaterales comenzaron en la segunda administración del Presidente Sebastián Piñera. El Gobierno tuvo contactos favorables con Nueva Zelanda, Perú, Malasia y Brunei.

¿Qué pierde Chile si no adhiere al TPP-11?

“Estamos perdiendo un espacio que necesitamos”, sostiene Paulina Astroza. “Chile lo que hoy necesita son inversores, necesita abrir mercados, necesita exportar, necesita crecer, necesita más que nunca tener divisas, tener ingresos”. 

“Chile es un país que durante las últimas décadas ha logrado buenos índices macroeconómicos a través de su inserción internacional. El desafío está en que esos ingresos no se concentren en unos pocos, sino que lleguen a toda la población”, reflexiona.

Para Sahd, hay tres pérdidas para el país: “una pérdida comercial, por no suscribir el TPP. Una pérdida de oportunidad geopolítica de estar sentado en la mesa donde se están definiendo las reglas del futuro de una mega zona de libre comercio, que es la más dinámica a nivel mundial. Y creo, también, de reputación, porque Chile ha sido visto como un país predecible en sus relaciones internacionales, y por algo China y Estados Unidos lo eligieron de los primeros países de América Latina para negociar TLC”.

“Este giro eventual creo que sería una muy mala señal en las relaciones internacionales de Chile y también lo noto yo como una pérdida en caso de que no se aprobara el TPP”, concluyó.

Escuche la entrevista en Pauta FINAL con Jorge Sahd