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La ministra de la Mujer se estrena con el blindaje de la UDI

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Macarena Santelices, nueva ministra de la Mujer. Créditos: Agencia Uno
POR Cecilia Andrea |

La designación de Macarena Santelices (UDI) generó críticas debido a sus dichos a favor del régimen de Pinochet y en contra de los inmigrantes.

“No me corresponde hacer juicios hoy, como ministra, a comentarios que he hecho en el pasado”, decía este miércoles 6 de mayo la nueva titular de la cartera de Mujer y Equidad de Género, la periodista y exalcaldesa de Olmué, Macarena Santelices

“No más inmigrantes”, “Típica artimaña de la Concertación, cada vez que se ven en aprietos vuelven con el tema de los derechos humanos. ¡No más circos!”, expresan algunos de sus tuits del pasado. También había declarado en una entrevista con El Mercurio de Valparaíso en 2016 que “no podemos desconocer lo bueno del régimen militar”.

Su nombramiento se conoció el martes por la tarde y rápidamente en redes sociales reflotaron los antiguos comentarios de la periodista que formuló cuando era alcaldesa de Olmué.

Consultada por si se arrepentía de aquello, Santelices respondió que no tenía por qué hacerlo, pues “como ministra de la Mujer, mi cargo es desde hoy en adelante”.

 

No obstante, aclaró que nunca había defendido las violaciones a los derechos humanos. “Tener una tendencia política no significa avalar hechos tan graves. Una posición política no tiene nada que ver con los DD. HH.”, agregó.

El pedido de RN por la subsecretaria Cuevas

Santelices juró durante la mañana del miércoles en una ceremonia simple, de menos de 10 minutos. Se codeó con el Presidente Sebastián Piñera y firmó su designación acompañada de su padre y de su esposo. Expectantes también, la escoltaron la presidenta de la UDI, Jacqueline Van Rysselberghe; el secretario general, Felipe Salaberry, y el diputado del mismo partido Juan Antonio Coloma Álamos. Al igual que Isabel Plá, a quien reemplazó, la actual ministra es militante de la colectividad. Incluso integró la directiva como tesorera en 2017.

Al finalizar la ceremonia, Van Rysselberghe defendió su nombramiento y les quitó peso a sus declaraciones sobre el régimen militar. “Es absolutamente legítimo que podamos tener una mirada distinta. Lo he dicho yo también: el gobierno de Augusto Pinochet generó un cambio en el desarrollo del país y sentó las bases para que pudiéramos generar un sistema económico que permitió sacar a muchísima gente de la extrema pobreza”, contestó la senadora.

Que fuera de ese partido, justo como su antecesora, abrió un flanco de críticas dentro de Renovación Nacional. El reclamo central dentro de la bancada de diputadas fue que su designación obedecía a un “cuoteo político”. Y quien debía quedarse con el puesto, a juicio de las parlamentarias de ese partido, era Carolina Cuevas (RN), quien subrrogó a Plá tras se renuncia en marzo pasado y trabajó en distintas campañas contra la violencia hacia las mujeres en el marco de la pandemia.

El líder de RN, Mario Desbordes, matizó lo esgrimido por su bancada. “Nos hubiera gustado que, obviamente, se designara a la subsecretaria Cuevas, que lo ha hecho bastante bien. El Presidente tomó una decisión distinta y la apoyamos”, respondió. 

La crítica transversal de la oposición

Para la oposición, en cambio, Carolina Cuevas no estaba haciendo un buen trabajo ni tenía postura sobre los asuntos relevantes en materia de género. Y la llegada de Santelices al ministerio solo avivó el fuego. Dirigentas de todo el espectro político opositor, desde la DC hasta el PC, pidieron “reconsiderar” el nombramiento de la exalcaldesa y acusaron falta de interés de parte del Gobierno por los derechos de las mujeres.

“El nombramiento de esta ministra, con su historial político y sus posturas negacionistas respecto a las violaciones a los DD. HH., incluida la violencia político-sexual ejercida en dictadura, parece ser una provocación. Es precisamente una decisión del Gobierno que dificulta y obstaculiza el diálogo, en un momento en el que se necesita”, afirmaron en una declaración conjunta.

“El hecho de que el ministerio no esté siendo capaz de llevar a cabo iniciativas reales para enfrentar el alza en la violencia durante esta pandemia, y solo levante campañas publicitarias […], evidencia que para este gobierno los derechos de las mujeres no son prioritarios”, agregaron.

Se sumaron a los reclamos la Asociación de Abogadas Feministas (Abogem) y la Coordinadora Feminista 8M, entre otras agrupaciones. Incluso, durante la mañana se instaló una tendencia en Twitter: #NoTenemosMinistra.

La piedra en el zapato del Gobierno

El de Santelices es el segundo nombre que pasa por la cartera de la Mujer y que genera conflictos incluso antes de asumir. Plá abandonó en marzo su cargo luego de dos años de gestión, argumentando un desgaste personal.

En el inicio del mandato de Piñera, si bien la designación de Plá fue celebrada por algunos sectores, también fue muy criticada por otros. En algún minuto fue defendida por la diputada Pamela Jiles (PH), quien incluso la propuso como candidata a las elecciones presidenciales del próximo año a través de su cuenta de Twitter: “A la ministra @isabelpla déjemela tranquila en el ministerio de la Mujer y Equidad de Género donde lo está haciendo de maravillas. Su próximo paso deberían ser las presidenciales en cuatro años más”.

Sin embargo, así como ha ocurrido con Macarena Santelices ahora, con Isabel Plá también reflotaron antiguos tuits suyos en los que se pronunciaba en contra del aborto, el feminismo, los piropos y el acoso callejero. Todos le valieron numerosas reclamos opositores, incluso antes de partir en el cargo.

Fueron críticas que se intensificaron durante su gestión tras el 18-0, como cuando antes de la marcha del Día Internacional de la Mujer dijo que la llamada huelga feminista era “una convocatoria de un sector de la oposición con una agenda que excede los temas de la mujer”. Y que luego se materializaron con una interpelación por su rol en el ministerio durante la crisis social que partió el 18 de octubre. En esa instancia, a días de oficializar su renuncia, recibió hasta abucheos del público que presenciaba la sesión, en su mayoría de agrupaciones feministas.