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Escaños reservados: por qué se quebró la mesa y el surgimiento de una propuesta intermedia

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Agencia Uno
POR Cecilia Andrea |

En el oficialismo no quieren ceder la construcción de un padrón y el bloque opositor busca un número previo de escaños.

“Impresentable”. Esa es la palabra que usan en el Gobierno para hablar de la posibilidad de que no exista un acuerdo que garantice escaños reservados para los pueblos originarios en una eventual convención constituyente, si gana el Apruebo en el Plebiscito. Lo que alguna vez fue pensado como “un gesto” -despachar el proyecto antes del Plebiscito- ya no fue y hoy algunos dicen, incluso, que lo que está en riesgo es la negociación completa.

Entre el oficialismo y la oposición se echan las culpas mutuamente por la demora, pero lo cierto es que ninguno de los dos sectores está dispuesto a ceder en algún punto de la discusión. Por estos días, la instancia de asesores paralela a la Comisión de Constitución, creada precisamente para resolver las diferencias, fracasó. El enredo sigue en si habrá padrón especial indígena y si la cantidad de escaños estará fija desde antes o se determinará sobre la base de aquel padrón.

Lo intransable para cada lado

Las propuestas eran más de 10 y estaban todas sobre la mesa desde el 14 de agosto, cuando se cerró el plazo para ingresar indicaciones al proyecto que se aprobó en la Cámara de Diputados y había quedado prácticamente vacío. Los nudos sustanciales: el número de escaños, si serían supernumerarios o no, y quiénes podrían votar o ser candidatos a esos escaños.

Las indicaciones de la oposición proponían un número adicional de cupos a los ya consignados en la reforma que dio origen al Plebiscito. Pero en el oficialismo decían que aquello era romper el acuerdo del 15 de noviembre, por lo que proponían que se los incluyera dentro del total.

En cinco sesiones de la mesa técnica, la centroizquierda e izquierda terminaron mostrándose abiertas a incluir los escaños dentro del total. Pero lo que no parece transable es el número final, pues la idea en aquel sector es que se defina tomando en cuenta el total de personas que se reconocieron parte de los PP. OO. en el Censo del 2017, un 12,8% del total de la población. Así, un 12,8% de los 155 o 172 serían 20 o 22, respectivamente, según el eventual órgano constituyente.

Chile Vamos, en tanto, concordó en su propuesta con el Gobierno la creación de un padrón especial indígena donde quienes contaran con un certificado de Conadi pudieran inscribirse y votar por la cédula especial. El total de inscritos en el padrón se utilizaría para calcular el total de cupos. Para el oficialismo, el padrón no es discutible.

“La oposición se mantiene en esta idea de no abrirse la posibilidad de un padrón. Eso significa, desde mi punto de vista, una elección poco seria, poco transparente y sin certeza jurídica. Creo que eso es lo único que nosotros no estamos dispuestos a ceder”, dice a PAUTA la senadora Luz Ebensperger (UDI).

La alternativa opositora plantea que, sobre la base del principio de autoidentificación, una persona pueda decir en la mesa de votación que pertenece a un pueblo originario y, solo con esa condición, se le permita votar por sus representantes.

A juicio de los senadores, ambas propuestas tienen problemas. La creación de un padrón especial se dificultaría por el tiempo y esa es la preocupación que han transmitido representantes de distintas etnias a los parlamentarios de oposición. Así lo hizo, por ejemplo, el pueblo licanantay, que tendría un problema logístico por los territorios que habitan para llegar a inscribirse a dicho padrón.

Por otra parte, en el oficialismo dicen que el que un ciudadano pueda definir en el momento de la votación si sufragará por una u otra cédula podría generar errores como la doble votación, entre otros. Y como argumento suman lo que expuso ante la comisión el alcalde de Rapa Nui, Pedro Edmunds Paoa, quien fue explícito en cuanto a que el principio de autoindentificación no opera para la etnia rapa nui.

La propuesta intermedia

La presión por lograr acuerdo aumenta a menos de una semana del Plebiscito y algunos dudan que se pueda encontrar una salida antes de llegar a Sala. El Gobierno continuará con las reuniones con su bloque la próxima semana, a la vuelta del proceso constituyente, pero la idea es tener despachado el proyecto a más tardar a mitad de noviembre. 

“Está en peligro poder consagrar escaños reservados para los pueblos originarios en el órgano Constituyente. Hemos visto que se han cerrado en esta materia, ha sido imposible llegar a un acuerdo, hemos realizado numerosas sesiones de la Comisión de Constitución, sesiones paralelas con nuestros asesores y ha sido imposible que ellos puedan ceder en los dos temas que son fundamentales para los pueblos: cantidad de escaños y un padrón con autodeterminación”, acusa el senador Pedro Araya (IND-PPD) en conversación con este medio.

Un padrón con autodeterminación es un primer acercamiento a lo que podría ser la solución del problema. A lo que accederían desde el oficialismo y desde el Gobierno es que no sea necesario un certificado de Conadi para pertenecer al padrón, sino que simplemente una persona pudiera autoidentificarse como indígena y formar parte de él. 

La objeción a eso la hacen desde la oposición, donde plantean que también podrían aceptar aquello, pero con un número fijo de escaños reservados que no esté determinado por la cantidad de gente que se inscriba en dicho padrón. A esa parte aún no habían llegado en la discusión de la mesa técnica cuando la el bloque opositor decidió disolverla, luego de dos citas en las que no se habría avanzado nada. 

Aquello también implica un problema para el oficialismo: un padrón con autodeterminación y escaños fijos desde antes implica que, por ejemplo, se podrían inscribir 10 mil personas en el padrón y votar por 20 representantes en la convención, lo que a juicio de los senadores de Chile Vamos sería desproporcionado y no tendría correlación con lo que ocurre actualmente con el padrón general. Hasta el minuto, la idea sobre la mesa era que fueran tres escaños fijos, como mínimo, y el resto se determinara mediante la proporcionalidad del padrón nuevo.

Sin resolver aquellos puntos, no se podría aprobar nada. La mayoría de las indicaciones presentadas tienen relación con los nudos que complican la negociación, salvo algunas que buscan garantizar la participación de personas con discapacidad o que dentro de los pueblos se considere a los afrodescendientes.

¿Apostar a los descolgados?

Este lunes, los tres senadores de centroizquierda que conforman la comisión (Pedro Araya, el DC Francisco Huenchumilla y el PS Alfonso De Urresti) enviaron una declaración pidiendo que derechamente el proyecto se vote con las indicaciones existentes en esa instancia y que pase de inmediato a la Sala, donde se debata “de cara al país”. 

Ahí el escenario se complica. Necesitarían 3/5 de los senadores para aprobar cualquiera de las propuestas. Y por hoy, ninguno de los sectores tiene asegurados esos 26 votos. La apuesta sigue siendo avanzar en el diálogo como última instancia durante la sesión de la Comisión de Constitución, que podría ser la próxima semana.

Pero si no hay caso, en la oposición hablan de conseguir dos descolgados de Chile Vamos, que, según avanzaban las conversaciones, podían ser Manuel José Ossandón (RN) o Francisco Chahuán (RN). Algunos hablaban también de Carmen Gloria Aravena (IND-Evópoli) o el senador José Miguel Durana (UDI).

No obstante, en el Gobierno veían “bajas” las probabilidades de que aquello ocurriera, pues, según dice un personero de Palacio, el control de daños ya está hecho con varios de ellos.