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Cómo chequeaban la información los exministros del Interior

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Ministerio del Interior
POR Ana María |

La ministra Izkia Siches entregó información falsa a la Cámara de Diputados. ¿Qué hacían sus predecesores para evitar esos errores?

La información incorrecta que entregó la ministra del Interior Izkia Siches a la Cámara respecto de que en el gobierno anterior un avión que trasladó a extranjeros expulsados a Venezuela regresó a Chile con las mismas personas, abrió una serie de interrogantes. Entre ellas, quién se encarga del chequeo de la información que llega a esa cartera y cuándo saltan las alarmas de la autoridad o de su equipo asesor sobre su gravedad y veracidad.

Varias horas después de sus dichos ante la Comisión de Seguridad de la Cámara, y luego de que Rodrigo Delgado, exministro del Interior de Sebastián Piñera, desmintiera la información, Siches le pidió disculpas a través de su cuenta de Twitter. Lo hizo pasada a medianoche del 7 de abril. Luego le envió un WhatsApp y lo llamó por teléfono.

En tanto, la tarde del mismo 7 de abril, un comunicado del Servicio Nacional de Migrantes -que depende de Interior- anunció la apertura de una investigación sumaria pues el gobierno responsabilizó de la entrega de la información a Siches a quien era la directora subrogante de ese servicio. 

“En el marco del procedimiento de traspaso del Servicio Nacional de Migraciones, en una reunión realizada el día 25 de marzo, la directora subrogante del anterior director del servicio, informó en una reunión en el Ministerio del Interior que los ciudadanos venezolanos habrían embarcado y viajado a Venezuela, no habiendo sido admitidos en ese país y retornando a Chile. Esta información errónea fue transmitida por la ministra del Interior y Seguridad Pública a la Comisión de Seguridad Ciudadana de la Honorable Cámara de Diputadas y Diputados de Chile”, señala la declaración.

Si bien esta investigación sumaria debiera aclarar las circunstancias de los hechos, persisten las dudas respecto de si la ministra o su equipo asesor pudieron aplicar un filtro a esa información. Hay preguntas sobre si era posible que se encendiera una luz roja frente a un hecho evidentemente controversial.

PAUTA consultó a tres exministros del Interior de distintos gobiernos: Rodrigo Delgado (Sebastián Piñera), Jorge Burgos (Michelle Bachelet) y José Miguel Insulza (Ricardo Lagos). Aquí relatan cómo les llegaba la información mientras estuvieron en sus cargos y cómo era filtrada.

Delgado: “Los asesores son clave”

Rodrigo Delgado fue ministro del Interior de Sebastián Piñera entre el 4 de noviembre de 2020 y el 11 de marzo de 2022. De profesión sicólogo, previo a su paso por La Moneda fue alcalde de Estación Central. 

“El Ministerio del Interior es, por lejos, el que más información recibe de todas las carteras. Es información muy sensible que a veces puede ser incompleta o un poco ambigua. Por lo tanto, es muy importante tener un equipo de trabajo que vaya procesando y depurando la información. Y también apoyarse en las policías”, dice.

Esa información, agrega, no solo llega a través de los informes de las policías, oficios de inteligencia y desde las distintas reparticiones del ministerio, sino que también por otras vías. “Hay gente que contacta al ministro por correo, redes sociales o, incluso por WhatsApp, porque se consiguen el teléfono. Pero lo fundamental en todo esto es filtrar la información, ya sea con el equipo de trabajo o pidiéndole a los enlaces de las policías. Uno puede decirles que la información debe ser chequeada”.

Y destaca que, ante la cantidad de información, “siempre debe ser depurada, y por distintas vías, antes de llevarla a un medio de comunicación o decirla públicamente en cualquier instancia”.

Para ello, insiste en que “los asesores son clave. En esto no existe el concepto de llanero solitario, sino que los equipos son muy importantes. Por ejemplo, los jefes de gabinete y los subsecretarios. En mi caso, cuando llegaba una información, se la pasaba a mi jefe de gabinete para chequearla; o al subsecretario o a los enlaces de las policías que también trabajan ahí”.

Delgado advierte que no hay fórmulas para este trabajo: “En esto es difícil dar cátedra, porque cada estilo es distinto, las dinámicas son distintas, y los momentos en que uno asume son distintos”.

Agrega que en el caso de las expulsiones, “y eso tiene que ver con las definiciones de cada ministro, yo estaba muy encima, porque para mí era un tema muy relevante. Siempre estaba conversando con Cancillería la autorización que debíamos tener de los países de destino y así me enteraba directamente si se autorizó el viaje”.

“Si uno recibe un oficio que es oficial y tiene unas dudas, puede llamar al jefe de servicio o a un ministro o ministra. Y va chequeando la información hasta tener todos los datos. Pero eso es algo que uno lo aprende en el día a día. Por ejemplo, cuando uno es ministro del Interior va a una pauta de prensa, en mi caso yo iba mucho a los decomisos de droga de la PDI y Carabineros. Uno presentaba ahí la pauta de lo quería hablar, pero tenía siempre seis o siete temas en que la prensa estaba interesada en preguntar, y de distinta índole y distintos ministerios”.

El exministro pone énfasis en que “son temas que uno va aprendiendo en el camino, en el día a día. Son complejos, requieren de una dinámica muy rigurosa, de mucho estudio y de estar en coordinación con todos los ministerios, sobre todo con el vocero”.

Burgos: “Se verifica la información”

Jorge Burgos (DC) señala que al Ministerio del Interior llega a diario mucha información: informes de la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI), de Carabineros, la PDI, las subsecretarías, las gobernaciones y, en general, de todos los servicios de dependen de esa cartera.

Y en ese rol, quien está a la cabeza de Interior “siempre tiene la vista y la oreja puesta en los temas que están en el primer lugar de la palestra pública. En ese sentido, hoy si hablamos de seguridad pública, en el caso de la ministra y su equipo, las luces deben estar encendidas en la información que llega de la Macrozona Sur y en migración. No hay duda de que esos son los temas de alerta roja”.

Burgos relata que debido a que es mucha la información que llega a Interior, que los asesores son clave. “No obstante que el ministro, por ejemplo, haya pedido que no se le interrumpa, debieran hacerlo en ciertos casos, como cuando llega un oficio que puede ser considerado raro o complejo. Esa es la cotidianidad”.

-¿Los asesores son el primer filtro o un ministro o ministra también debe pedir verificación o alertar en una situación que puede ser grave?

“Hablo en teoría, porque no estuve ahí. Ante el oficio (de Migraciones), entiendo que el jefe de gabinete es quien puede hacerlo. Es decir, que se le ocurra a él mismo y llame a la fuente para preguntar qué ocurrió, si el vuelo fracasó o no y qué pasó con la gente. Se verifica la información. Pero tengo la impresión de que acá hubo muy poca verificación”.

Burgos señala que el problema puede radicarse en el entorno de Siches, en el sentido de que “no hubo nadie que le dijera ‘cuidado'”. Sin embargo, recuerda que el oficio de Migraciones no estaba dirigido a Siches, sino que alguien “lo tomó, lo leyó mal y se lo entregó”.

Detalla que en Interior siempre hay encargados de analizar los oficios o peticiones que llegan y que, normalmente, es quien ejerce la jefatura de gabinete. “No sé cuál es la fórmula que hoy se ocupa, pero en general, uno cuando es ministro del Interior delega. Pero siempre cuando delega avisa que ‘todo lo relativo a las áreas sensibles, yo quiero estar informado'”.

Y agrega una salvedad: “Es imposible ser ministro del Interior y ministro de Seguridad Pública. Esa es una irregularidad que lleva muchos años en Chile y mientras no se solucione, van a cometerse este tipo de errores. Esto, porque humanamente no da para hacer las dos cosas”.

Insulza: “Uno confía en sus equipos”

En el caso del exministro del Interior en el gobierno del expresidente Ricardo Lagos, el senador PS José Miguel Insulza recuerda que la información le llegaba a diario a través de boletines de la PDI, de Carabineros, de la dirección de prensa y de los distintos servicios. “Todo eso pasaba, generalmente, por el jefe de gabinete. Pero cuando uno requería información específica, la pedía al director o directora del área respectiva”.

-Cuando se recibe ese tipo de información, ¿cómo saltan las alertas ante un tema delicado? 

“Se supone que para eso está la gente del gabinete. Yo también soy medio obsesivo en leer los diarios, pero siempre quienes con uno trabaja le entregan toda información que se necesita”.

Añade que no sabe cómo fue exactamente lo que ocurrió con la ministra Siches, pero “ante un hecho de un supuesto intento de expulsión de personas ¿a quién le pregunta eso? A dos personas: o al subsecretario de Interior o a la directora (s) del Servicio Nacional de Migraciones. ¿Quién más me va a informar mejor de cualquier cosa que tenga que ver con migración que la persona que está a cargo?”.

Por ello, agrega, “si rechazaron un avión, quien llama es la directora (s) y avisa que ha pasado algo muy grave. Pero de pronto no me lo dice a mi como ministro, sino a su jefe de gabinete”.

Pero si llega una información esa naturaleza, ¿un ministro no contrapregunta?

“Por cierto que contrapregunta, para saber si es efectivo o no. Pero ¿a quién habría llamado? A la directora de migración. O varias personas, entre ellas, a esta”.

Insulza agrega, sobre el trabajo en Interior, que “es tal la información y decretos que firma un ministro que, si los lee todos, tendría que trabajar domingos y festivos y hasta las noches. Entonces, se confía en lo que dicen sus subordinados y sus equipos administrativos. Y cuando se comete un error, se averigua qué fue lo que pasó y la persona que cometió, paga las consecuencias y no necesariamente el ministro”.