Economía

¿Sirve la fijación de precios para revertir la escasez de productos clave?

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Pasillos de supermercados. Crédito: Agencia Uno
POR Marcela Gómez |

El Gobierno planteó que se evalúa si es conveniente intervenir en el mercado ante las alzas de precios de bienes de alta demanda por la crisis del Covid-19.

El debate se viene dando a nivel ciudadano y también entre expertos de diversas disciplinas: la alta demanda de algunos productos de primera necesidad en la emergencia (especialmente desinfectantes) se ha traducido en alzas en sus precios, menor disponibilidad, acaparamiento, especulación, venta no regulada e incluso en algunas zonas derechamente no están disponibles. ¿Qué hacer? ¿Es conveniente y necesario fijar su precio?

Pero ocurre que la solución no es tan simple como aparenta. La codicia es más condenable en momentos de emergencia, pero combatir las alzas fijando precios podría ser contraproducente.

El primer paso: intermediación

El lunes 16, cuando Chile entró a Fase 4, el ministro de Salud, Jaime Mañalich, planteó que en el Gobierno se había evaluado “si es prudente ya pasar a algún sistema de fijación de precios o márgenes. Algunas cadenas farmacéuticas lo están pidiendo. Pero no es una decisión que se haya tomado todavía”.

La autoridad dijo que, hasta ahora, se está empleando la Ley N°21.198 que modernizó la Central Nacional de Abastecimiento del Sistema Nacional de Servicios de Salud (Cebanast). La norma permite que las farmacias que lo soliciten adquieran medicamentos e insumos a través del sistema de compra de ese organismo, que a su vez los vende estableciendo un límite al precio de venta a público. De esta manera, se asegura que el menor precio por ventas de gran volumen que realiza Cenabast llegue a los consumidores.

El ministro puso un ejemplo: Cenabast adquiere cada unidad de mascarilla de doble pliegue, con una duración aproximada de cuatro horas, a $20, y de mascarilla N95, con filtro, a entre $600 y $900. “La ley Cenabast da instrumentos magníficos para intermediar estos productos y tenemos un listado de farmacias de todo tipo adscritas. Si una farmacia no lo pide [ser incluida en ese mecanismo] por hacer lucro está cometiendo un grave error”, advirtió.

Aunque esta ley entra en vigencia el 6 de abril, el decreto de emergencia sanitaria anticipó su uso para productos asociados a la crisis, explicaron desde Cenabast, aunque no respondieron preguntas sobre el total de farmacias que están empleando el sistema.

Segundo paso: contención

Pero la estrategia del Gobierno no termina ahí. El titular de Economía, Lucas Palacios, dijo que mediante el Sernac y la Fiscalía Nacional Económica se usarán “todas las herramientas para proteger los derechos de las personas, con la finalidad de que los que productos existan y que no haya aprovechamiento en precios”. Esto, aclaró, está orientado a combatir la especulación y la venta ilegal.

Pero trazó la línea que separa estas actuaciones de una fijación de precios: cuando un producto se vuelve más demandado y escaso, es necesario “que los productores cuenten con los incentivos correctos para seguir abasteciendo” en el periodo que dure la emergencia. En simple, hay que dejar que el mercado se ajuste.

Además, sostuvo que la fijación de precios opera en Chile únicamente en un estado de excepción constitucional, pero esas medidas tienen vigencia solo mientras esa condición se mantenga.  Respondiendo un tuit del diputado Pablo Vidal (RD), el presidente de Espacio Público, Diego Pardow, precisó que la especulación puede sancionarse con presidio menor durante catástrofes declaradas, como ha ocurrido en casos de terremotos y aluviones.



¿El mercado se ajusta solo?



El nuevo presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Juan Sutil, fue claro. “Soy enemigo de las fijaciones de precios, porque la experiencia empírica es que eso genera especulación, acaparamiento y que no haya fluidez del mercado”, consignó Diario Financiero.

Un economista que pidió reserva de su nombre explicó que, “aunque pueda parecer insensible”, lo que hacen los precios al asignar bienes de manera eficiente no desaparece en épocas de crisis. Controlar precios en cualquier momento tiene los mismos resultados adversos: generan escasez y sobreconsumo.

“Dejando fuera a especuladores, si el comercio establecido sube los precios de los productos más demandados, eso incentiva a producir más del bien escaso, incentiva al consumidor a pensar bien qué necesita y gestionar con cuidado su uso, y además recompensa a quienes gestionan bien sus inventarios”, resumió.

En el debate en redes sociales sobre el tema, el profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile Claudio Palavecino fue al grano: el precio alto es un incentivo a aumentar rápidamente la oferta del producto escaso para apropiarse de la ganancia, lo que genera un paulatino descenso del precio por ese mismo aumento de oferta. 

Proteger la salud ante todo 

Obviando la mirada normativa y económica, la regulación de precios para medicamentos y productos sanitarios en circunstancias que no son de emergencia no es concluyente: hay evidencia de resultados positivos y negativos, dice el académico del Departamento de Salud Pública de la Universidad Católica Manuel Espinoza. “Hay situaciones en que podrían haberse alcanzado precios más bajos mediante una buena negociación, porque no se logra un mecanismo que fije el menor que se podría lograr”, comentó.

En términos generales, Espinoza estima que para lograr menores precios en medicamentos lo óptimo es contar con un gran poder comprador que adquiera y negocie precios. “En mi opinión, las personas no tienen que ir a comprar remedios, sino solo ir a buscarlos y el que paga la cuenta es el seguro. Hoy son isapres y Fonasa y si hay reforma serán los nuevos agentes de seguridad social que se creen”, sostuvo.

Añadió que, dado que como hoy enfrentamos una emergencia sanitaria grave y esa reforma no está disponible, hay que considerar seriamente las opciones. “Ya se han tomado medidas que no tienen sentido desde la óptica económica, pero sí para proteger la salud”, como ocurre con el distanciamiento social. “Si se observa en los mercados situaciones francamente absurdas, como alzas desmedidas en costos de productos sanitarios, es coherente avanzar en mecanismos de regulación del precios”, sostuvo.

Afirmó que sería positivo si el sistema público pudiera regular el precio a través de su capacidad de compra, usando la ley Cenabast. “Creo que no la tiene, pero sí puede regular y poner techo a los precios de ciertos productos e insumos de salud que son de primera necesidad”, planteó.