Economía

Diálogos para la reforma tributaria: el “desde” que propone el mundo técnico

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PAUTA/Fernanda Monasterio Blanco
POR Marcela Gómez |

En abril se concentrará esta fase prelegislativa de la reforma clave del Gobierno. Convocar a expertos y separar el debate en dos fases son parte de las propuestas de expertos.

A días de que comience abril, ya existe cierta expectativa sobre los diálogos que convocará Hacienda para la reforma tributaria, que según dijo el ministro Mario Marcel se concentrán en ese mes con miras a que en junio ingresen los proyectos al Congreso.

De lo dicho por el jefe del equipo económico del Gobierno, las actividades se desarrollarán  tanto “con organizaciones diversas, en el territorio” como a nivel más técnico con “expertos, organización empresariales y de trabajadores”. Los detalles se trabajan con celo en Hacienda.

En el mundo tributario en general se valora este paso. No solo porque nunca ha habido un diálogo prelegislativo en materias tributarias tan amplio como el que se propone, sino también porque debido a la complejidad de estas materias, escuchar a involucrados y expertos puede contribuir a mejores propuestas y que resistan los vaivenes políticos. 

¿Cómo hacerlo? ¿A quiénes convocar? PAUTA abordó este tema con el socio principal KPMG Chile, Francisco Lyon; el director del Centro de Estudios Tributarios de la Universidad de Chile, Gonzalo Polanco; el socio adjunto de Impuestos de EY, Víctor Fenner, y el director ejecutivo de Horizontal, Juan Obach

A quiénes escuchar

“Pensar en una reforma tributaria como la que se propone requiere para un buen resultado no tan solo que se convoque a una base amplia de expertos, sino igualmente importa que se les escuche y se recojan los mejores aportes desde un punto de vista técnico”, dice Lyon. Señala que Chile tiene una muy buena capacidad profesional en los equipos técnicos de entidades gremiales, colegios profesionales y expertos privados.

Polanco plantea que se debe sumar al mundo académico, a los sectores que podrían verse afectados (como grandes y pequeños empresarios), economistas, abogados y contadores auditores, que conocen el detalle de cómo funciona el régimen tributario.

Si bien valora que existan diálogos  de carácter social, “me preocupa que no se escuche a los técnicos, a aquellas personas que se dedican a estudiar este el sistema tributario y a manejarlo”. Y advierte que “si se va a escuchar solamente pero no va a cambiar un ápice de lo que se ya se está proponiendo, no tiene mucho sentido”.

El plazo de junio

“Hay que ver cómo se compatibiliza que los diálogos sean lo suficientemente tranquilos para que todos participen y para sacar buenas conclusiones, con la meta del Gobierno de presentar la reforma tributaria en junio”, señala Polanco.

Fenner coincide que en materia de plazos hay urgencias, ya que el Gobierno se ve apremiado por cumplir su programa, que depende de lograr un determinado nivel de recaudación. Así, estima posible que en junio “las medidas en donde hay más consenso se recojan en reformas más inmediatas y se deje lo más estructural, lo que requiere más conversación, para después”. 

A su juicio, el diálogo “no hay que hacerlo demasiado rápido para que no quede mal hecho, pero tampoco podemos estar permanentemente en un estado de conversación tributaria”. Enfatiza que se deben sacar lecciones de reformas anteriores que han llevado a que el hoy sistema tributario “sea muy complejo de administrar”.

Para guiar el debate

Sobre las materias a tratar, Lyon estima que el sistema tributario “es como un reloj con muchas piezas, en que el mejor o peor resultado resulta del cómo trabajan las distintas piezas al mismo tiempo”. Afirma que frente a reformas más profundas que afectan la carga tributaria siempre debe velarse por el equilibrio estructural, ya que “en un extremo podría incrementarse la base impositiva y, no obstante, disminuirse la recaudación, al afectarse indebidamente la base imponible en razón una menor actividad como un todo”.

Obach propone cuatro principios básicos para guiar el debate. “Necesitamos tener un sistema que sea fácil de entender. También que asegure equidad vertical y horizontal; es decir, que pague más impuestos quien tenga mayores rentas y que dos personas que ganan lo mismo paguen lo mismo independientemente de su fuente de ingresos”, opina.

Los otros dos principios son buscar la eficiencia del sistema (por ejemplo, eliminando exenciones “que básicamente son privilegios tributarios que  responden muchas veces a grupos de interés”) y que sea proinversión. “Necesitamos promover la inversión y el crecimiento económico. Por eso el sistema claramente no debería penalizar ni el ahorro ni la inversión”, sostiene.

El pacto fiscal

La idea del Presidente Gabriel Boric de no tener solo una reforma tributaria sino más bien un pacto fiscal de más largo plazo también es valorada. Fenner comenta que ese debate “requiere tiempo y una conversación más profunda, que no esté necesariamente vinculada a una mayor recaudación, sino a temas de mayor envergadura, como cuánto recauda el Estado, cuáles son los compromisos de gasto, hacia dónde deberíamos avanzar”.

Obach recuerda que desde Horizontal han venido planteando que es importante avanzar con un pacto tributario más que inmediatamente embarcarse en una reforma. “Necesitamos darle certeza de largo plazo a nuestro sistema tributario. Si no, nos vamos a ir de reforma en reforma y eso obviamente no le hace bien al país”, afirma.

Sobre cuál sería el marco de este debate, recuerda que la carga tributaria de Chile (neta de seguridad social) es del orden de 5 puntos porcentuales menor que el promedio OCDE y la brecha de PIB per cépita es de US$ 17.000. “Cerrar estas dos brechas es el objetivo que debería tener un pacto tributario”, propone.