Economía

De consumidores a inversionistas: el alza de las tasas redefine qué se hace con el dinero

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POR Marcela Gómez |

De la mano del aumento de la TPM, la liquidez acumulada en cuentas corrientes y vista ha comenzado a derivar a depósitos a plazo. La inflación también ha alentado esta tendencia.

Luego de un período largo de tasas “pandémicas” en el mínimo, el dinero se ha vuelto más caro: independientemente del riesgo individual, quien pide un crédito enfrenta una tasa mayor que hace dos años y el sistema financiero también le está pagando un interés más atractivo al ahorrar o invertir. Una decisión que, además, protege a esos dineros de la inflación.

Esto no es casualidad, sino efecto del alza de la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 650 puntos base desde julio de 2021 a la fecha, pasando desde 0,5% a 7% en ese lapso. Es una señal que se transmite a las tasas de mercado buscando encauzar los desequilibrios macroeconómicos, entre ellos una inflación que suma 9,4% anualizada. 

El ministro de Hacienda, Mario Marcel, dijo que hoy se aprecian “incentivos más poderosos” para que la política monetaria se transmita no solamente mediante mayores tasas de colocación (interés que se cobra para créditos) y el impacto que eso tiene sobre el consumo y la inversión, sino también a través de las tasas de captación (interés que se paga por depósitos). En un seminario económico organizado por la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) sostuvo que “ya estamos viendo un alza en los depósitos a plazo y de ahorro de las personas, en buena medida respondiendo al alza en las tasas de interés de más corto plazo”.

Según datos del Banco Central, entre marzo de 2021 y marzo 2022 las tasas de captación promedio del sistema financiero (el interés que el banco le paga por un depósito a plazo fijo en pesos) pasaron de 0,4% a 6,4% para una operación entre 30 y 89 días; de 0,4% a 7,8% para una entre 90 días y un año; y de 0,6% a 8,8% para plazos entre uno y tres años. Los flujos también han crecido fuertemente.

Liquidez: de cuentas a depósitos

El economista jefe de Banco Santander, Claudio Soto, estima que el alza en la tasa de política monetaria está generando el efecto que buscaba el Banco Central; esto es, absorber liquidez y encarecer el crédito para contribuir a normalizar una economía que venía en un tren de crecimiento insostenible.

Explica que los datos muestran que los montos en cuentas corrientes y en cuentas vista -que crecieron fuertemente en los últimos dos años por los retiros desde las AFP y las ayudas fiscales, como el IFE- ahora están cayendo, al tiempo que se incrementan los depósitos a plazo.

Según datos de Hacienda, los saldos en cuentas corrientes y a la vista se redujeron desde US$ 45 mil millones en mayo de 2021 a US$ 35 mil millones en marzo pasado. 

“En el fondo toda esa liquidez, que estaba disponible para consumo inmediato, de alguna manera se está frenando porque las personas la están moviendo hacia activos un poco menos líquidos, como depósitos a plazo. Antes eran recursos que se podrían gastar en cualquier minuto, pero al ponerlos en depósitos a plazo significa que no la van a gastar todavía”, afirma.

Tasas a mayores plazos

No solamente han subido las tasas de captación, sino también las de colocación. “Y por esta razón el acceso a financiamiento es más difícil para las personas o empresas que quieran tomar un crédito. Estas son las formas de hacer que la economía se vaya frenando”, comenta.

El economista explica las razones de fondo para que las tasas de captación hayan subido más que las de colocación para créditos de uno a cinco años plazo. Básicamente, el mercado proyecta que la TPM va a seguir subiendo, pero eventualmente podría empezar a bajar hacia fines de año. “Si se promedia la evolución esperada en las tasas a tres años, por ejemplo, se incluye el alza en el corto plazo pero también la expectativa de bajas hacia fin de año y el próximo. Por eso, en promedio, no suben tanto como las tasas más cortas, cuya evolución responde más mecánicamente a las decisiones del Banco Central de más corto plazo”, detalla.

En cuanto a las tasas de más largo plazo (como las de 10 años en moneda local), después del peak de 2021 hasta ahora se han ajustado a la baja. “Aquí el factor central no ha sido la política monetaria, sino la reducción momentánea de la incertidumbre. Esas tasas subieron fuerte a fines del año pasado por el cuarto retiro, pero bajaron cuando ese proyecto se rechazó en el Senado y luego tuvieron un descenso adicional cuando se nombró a Mario Marcel como ministro de Hacienda”.