Economía

Rodrigo Valdés advierte que un exceso de reglas puede frenar los créditos

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Rodrigo Valdés pidió apurar el despacho de la ley. Crédito: Agencia Uno
POR Marcela Gómez |

El exministro de Hacienda critica la propuesta que esbozó el Presidente Piñera para “salvar” a grandes empresas y llama a poner “en el congelador” la rebaja de jornada.

Un equilibrio entre incentivos y exigencias. A eso es lo que aspira el economista y exministro de Hacienda Rodrigo Valdés para asegurar que la banca efectivamente entregue los “créditos Covid-19” con garantía estatal.

Por eso llamó al Congreso a apurar el despacho de la ley (despachada este miércoles por el Senado), dejando flexibilidad al Gobierno para hacer ajustes vía reglamento. “Es bien complicado rigidizar las condiciones”, advirtió.

El también académico de la Pontificia Universidad Católica de Chile se refirió a este tema y al “salvataje” de grandes compañías en el marco del seminario digital “¿Cómo traspasar la liquidez a la economía y a las empresas?“, que es parte del ciclo “Construyendo País”, organizado por PAUTA y la Cámara Chilena de la Construcción. En el evento también intervino el presidente de BancoEstado, Arturo Tagle.

Que el crédito fluya

Sobre los llamados “créditos Covid-19”, Rodrigo Valdés cree que “hay que ser cuidadosos con ‘apretar’ demasiado los spreads y hacer esto algo que sea inconveniente para los bancos”. Esto, ya que la tasa de esas líneas para capital de trabajo avaladas por el Estado quedó fijada en la ley.

“Algún nivel de techo era adecuado”, dijo. Recordó que fue el Presidente Sebastián Piñera quien anunció esa cifra. Pero llama a tener cuidado en las condiciones anexas que se están discutiendo, como un deducible que “podría ser mínimo para que esto tenga tracción”. 

Aunque insistió en que es “importante no apretar demasiado para que esto no se nos tranque”, señaló que la autoridad no debe centrarse solo en dar incentivos a los bancos, sino también plantearles exigencias. Entre estas, que detallen cuáles son las metas de colocación de estos créditos y que quienes evalúan créditos sientan respaldo para cursarlos aunque sepan que pueden no ser un negocio para el banco.

A su juicio, es clave no perder más tiempo para que las empresas accedan a estos fondos. Incluso, planteó la opción de que la ley tenga efecto retroactivo de modo que las compañías que ya solicitaron ayuda a su banco no tengan que seguir esperando.

Salvataje de grandes empresas

Rodrigo Valdés sostuvo que si bien estos créditos son un apoyo para la inmensa mayoría de las firmas, aún queda un segmento muy menor excluido que son las grandes empresas, que también tienen importancia estratégica. En línea con lo expresado a Radio PAUTA la semana pasada, añadió que aunque aquellas compañías grandes “tienen más caja, pueden aguantar un tiempo más y acceso a soluciones distintas que solo crédito”, también pueden requerir apoyos.

En esto, dijo “no hay que reinventar rueda”, sino mirar las soluciones que se han usado en otros países como los bancos en la crisis subprime y las líneas áreas hoy en otros lugares.

Su preferida es la de inyectar capital estatal a través de estructuras que mantienen la gestión en manos de dueños, cautelan que los recursos fiscales se usen bien y que haya reembolso al Estado en primer lugar cuando la empresa despega. Esto, además, puede movilizar otros aportes privados. El modelo puede estructurarse como acciones preferentes u otro instrumento.

En cuanto a los riesgos de esta opción (entre ellos, que la empresa no logre repuntar), piensa que los dueños y acreedores asumen una pérdida inicial y que, tras la reestructuración, los derechos del Estado priman por sobre los de los dueños. No obstante, dijo que la fórmula debe sortear primero el debate político de por qué es necesario “salvar” grandes empresas, ya que algunos preferirán que algunas quiebren.

El economista tuvo una visión crítica del diseño que el Presidente Sebastián Piñera esbozó en entrevista en El Mercurio, centrado en garantizar que los préstamos a grandes empresas tengan una preferencia de pago respecto de acreedores más antiguos. “Creo que eso es para empresas que ya están quebradas. Esa solución tiene cosas buenas, pero también peligros de acelerar quiebras. Descuida a acreedores y cuida demasiado a los actuales accionistas”, opina. 

Pensiones y “40 horas”

Ante una consulta sobre el efecto de la crisis sanitaria en la agenda legislativa, el exministro enfatizó en que “sin duda que propuestas como [la rebaja de jornada a] 40 horas deben ser puestas en el congelador hasta nuevo aviso”.

Aunque concordó con la ministra del Trabajo, María José Zaldívar, en que la actual coyuntura dificulta cargar al empleador con nuevas cotizaciones previsionales, estimó que eso no debe detener la Reforma de Pensiones.

“Es importante avanzar en la reforma y calendarizarla de manera distinta. Llevamos demasiado tiempo discutiendo. Estamos llegando tarde con reformas que no pueden esperar”, dijo. De ser necesario, se puede diferir un año toda la aplicación de la reforma, propuso.

Revise la conversación con Arturo Tagle y Rodrigo Valdés

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