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Piñera, un legado plagado de incertidumbre

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Agencia Uno
POR Andres Sepúlveda |

“Han pasado cuatro años y el balance de la segunda presidencia de Sebastián Piñera es estremecedor”, dice John Müller.

A finales de 2017, cuando faltaban unos meses para que Sebastián Piñera asumiera su segundo mandato, la medida del éxito de su presidencia no era muy ambiciosa: su propio equipo reconocía que ésta consistía en entregarle la banda presidencial a un candidato de su propio sector. No se hablaba de grandes reformas, a lo sumo de rectificaciones de lo que había hecho Bachelet, y lo que obsesionaba a los equipos presidenciales era identificar una magna obra pública que quedará como recuerdo de la obra presidencial: un puente hacia el infinito, un tren de alta velocidad a Valparaíso, un puerto seco o un túnel debajo de la cordillera.

Han pasado cuatro años y el balance de la segunda presidencia de Sebastián Piñera es estremecedor. No sólo no cumple su propio pronóstico de éxito, sino que entrega un país plagado de incertidumbres, algunas de las cuales propició él mismo.

Es verdad que le tocó lidiar con un tiempo extraordinario. Una ola de populismo que no vio venir, una pandemia y ahora una guerra. Pero también parecía imposible encontrar y sacar con vida de las entrañas de la tierra a los mineros, y lo hizo. La diferencia es que, en su primer mandato, el pueblo reía con las ‘piñericosas’ y en su segundo sólo se usan epítetos gruesos. Su popularidad, que llegó a ser del 60% en los primeros meses, siempre fue en descenso hasta que se desplomó en octubre de 2019 y ya no volvió a levantar cabeza jamás.

En su discurso de despedida, el presidente dijo que “la acción del gobierno encontró en demasiadas ocasiones una implacable obstrucción de una parte de la oposición, y a veces críticas que nos parecieron injustas”.

Es cierto, la oposición no le dio tregua. Pero él tampoco la supo atraer a su campo. Por eso se quedó solo en los peores momentos.

Aunque admitió que cometió errores, en su discurso de despedida no tuvo ni una mención a la Araucanía ni a la voladura incontrolada del sistema de pensiones a través de la retirada de fondos. Y mucho menos a que fracasó a la hora de ponerle la banda a uno de los suyos.

Y se lamentó por el afán refundacional que exhibe la Convención Constitucional, nacida del acuerdo in extremis que él promovió en noviembre de 2019 cuando su gobierno se desplomaba.

Piñera se marcha y deja detrás suyo unas atribuciones presidenciales debilitadas porque no las supo defender, un sistema previsional en jaque, una institucionalidad en el aire y un país dispuesto a agarrarse a un clavo ardiente con tal de que alguien le proponga un camino.

Revise la videocolumna de John Müller a continuación

John Müller está en de Radio PAUTA en dos programas: Primera Pauta, de lunes a viernes a partir de las 07:00 horas, y Marcando Pauta, de lunes a viernes a partir de las 08:00 horas. Escúchelo por la 100.5 en Santiago, 99.1 en Antofagasta, y por la 96.7 en Valparaíso, Viña del Mar y Temuco, y véalo por el streaming en www.PAUTA.cl.