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Camas, ventiladores, personal: los factores críticos ante un posible colapso sanitario

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Crédito: Silas Camargo/Pixabay
POR Marcela Gómez |

Gestionar el alza de casos por Covid-19, la Influenza y las enfermedades regulares someterá al sistema a un desafío enorme.

Aplanar la curva de contagios por Covid-19, que implica que el número de pacientes que requiere hospitalización no crezca de golpe sino gradualmente, se ha convertido en el norte de las medidas para enfrentar la pandemia. La razón es clara: garantizar la atención para que todos quienes la requieran, pero mantener la cobertura en todos los demás problemas de salud de la población. El balance se vuelve desafiante en invierno, cuando crece la demanda por atención dadas las afecciones propias de esa estación.

La presidenta del Colegio Médico, Izkia Siches, advirtió en Radio Pauta que si se cumplen las proyecciones por el nuevo coronavirus de tener 100 mil pacientes contagiados en total, o 45 mil terminando abril, sería “un tsunami para la red sanitaria, porque tenemos las Unidades de Cuidados Intensivos llenas“.

¿Serán suficiente los recursos y personal sanitario en esta emergencia? “No lo sabemos. Por eso estamos tratando de que se tomen medidas para aplanar la curva [de contagio]”, dice el secretario ejecutivo del Consorcio Universidades de Salud, Manuel Inostroza. El también acádemico y consultor agrega que todo dependerá de la cantidad de pacientes que se enfermen al mismo tiempo y cuántos de ellos estarán graves.

“Si logramos aplanar la curva y hay una lentitud en el contagio, vamos a pasar sin problemas en la atención de pacientes, incluso los críticos. Pero si se enferman todos de golpe o muy rápido, puede ocurrir lo que pasa en Italia, en que la cantidad de enfermos críticos superó la capacidad de camas y ventiladores. Por eso allí se están tomando decisiones de a qué pacientes se le da atención de mayor gravedad y a cuáles no”.

Ampliando la capacidad

Previendo un escenario complejo, el Ministerio de Salud (Minsal) ha adoptado diversas medidas, buscando contar con cuatro mil camas adicionales. Esto incluye adelantar la entrada en operaciones de cinco hospitales que estaban en sus últimas fases de habilitación (Gustavo Fricke, Félix Bulnes, Ovalle, Padre Las Casas y Angol) para sumar 1.700 camas, arrendar el centro de eventos Espacio Riesco para instalar 800 camas y disponer del Hospital Modular de Campaña del Ejército, para habiltar 500 camas en terrenos de la Ciudad Parque Bicentenario, en Cerrillos.

Se suma la apertura de 300 camas adicionales en el sistema público, lo que es posible al reabrir salas que se cierran en el verano, sobre todo en hospitales pediátricos, debido a la menor demanda. 

Manuel Inostroza detalla que según la información del Departamento de Estadísticas del Minsal, a marzo de 2018 (último dato disponible) las camas públicas eran 26.198 y las extrasistema  (o “privadas”) a julio 2019 llegaban a 12.022, según la Asociación de Clínicas. Esto incluye a las mutuales, hospitales universitarios, Fuerzas Armadas, Teletón, Conin y centros geriátricos de recuperación. En total, 38.220 camas, de las cuales el 69% son del ámbito público.

“Lo importante aquí no son las camas básicas adicionales, sino las críticas. Se estima que el 85% de pacientes contagiados tendrán una enfermedad leve o moderada que no requerirá hospitalización y el 15% sí lo necesitará. De este grupo, los más graves requerirán ventilador mecánico”, afirma el académico.

Cálculos de distintos investigadores apuntan a que los pacientes más críticos alcanzarán el 5% de los contagiados.

Lo crucial: ventiladores

En los hospitales, las Unidades de Paciente Crítico (UPC) son las áreas donde se trata a los pacientes graves o en riesgo vital. Estimaciones de investigadores apuntan a que la cifra actual de camas UPC, que suma UTI (Unidad de Tratamientos Intensivos) y UCI (Unidad de Cuidados Intermedios), es de 2.500, aproximadamente: 1.700 del sector público y 800 del privado.

Las camas UTI deben estar equipadas con un ventilador mecánico, que es una máquina que se conecta para ayudar a respirar artificialmente a una persona debido a su condición clínica, ya sea porque sus pulmones están colapsados por alguna infección o porque debido a una debilidad muscular o neurológica no puede hacerlo por sí misma. Como los ventiladores los usan solo médicos y enfermeras de UTI, es indispensable una capacitación al personal para disponer de estos equipos.

“Las camas críticas también tienen otros equipos, como bombas y acceso a oxígeno, pero el componente logístico crítico para los pacientes de coronavirus es la existencia de ventilador mecánico y personal capacitado. Hay oxígeno portátil que se puede poner al pie de la cama, es algo de fácil solución”, precisa Inostroza.

Añade que además los hospitales tienen cuatro o cinco ventiladores adicionales a los de camas UTI, que se emplean para traslados de paciente complejos y emergencias, lo que podría sumar unos 400-500 equipos extra. Además, Minsal ordenó la compra de 800 ventiladores adicionales.

“Sumando, se podría estar llegando a 2.300 ventiladores disponibles en el sistema público de salud. Lamentablemente no hay información sobre cuántos ventiladores mecánicos existen en el sector extrasistema. Ahí hay una cifra adicional que desconocemos”, afirma.

PAUTA consultó sobre estos datos a la Subsecretaría de Redes Asistenciales, pero no obtuvo respuesta.

El peso del invierno

Lo que ocurra con el coronavirus es parte del problema, porque en cada invierno hay situaciones críticas en las urgencias que revelan la tremenda presión que pesa sobre el sistema sanitario debido a la falta de camas y personal. Es una realidad tan conocida que casi no se requieren números.

Entre los informes de traspaso de Gobierno, en el caso de la Subsectretaría de Redes Asistenciales se describe la situación para el periodo 2014-enero de 2018. Evaluando la realidad de los 27 hospitales más complejos, se detalla que en promedio 674 pacientes esperan en las urgencias con orden de hospitalizarse hasta que se habilite una cama, cifra que en invierno sube a casi mil.

En el 80% de los casos la hospitalización se resuelve en menos de 12 horas, pero en casos críticos puede llegar a tres días. La Región Metropolitana es la que muestra mayores problemas, con hospitales como el Barros Luco, donde a diario un promedio de 49 personas requieren ser internadas, seguido por Padre Hurtado y San Juan de Dios, con 47 pacientes.

Del total de 25.070 derivaciones realizadas en este período en todo el sistema público, el 71% corresponde a pacientes adultos (17.717), principalmente por el requerimiento de camas UCI (7.440) y UTI (6.478).