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Por qué Leopoldo Llanos se convirtió en el favorito para la Suprema

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Poder Judicial/Agencia Uno
POR Ana María |

El ministro investigó casos de DD.HH. y ha fallado contra isapres. Plantea una nueva relación con la prensa y recomienda terminar las amistades con abogados en redes sociales.

Cuando el 12 de agosto fue uno de los 15 candidatos para ascender a la Corte Suprema que expusieron ante el Pleno del máximo tribunal, Leopoldo Llanos Sagristá escogió un tema diferente a los demás. Mientras la mayoría de los magistrados trataron cuestiones estrictamente legales, él sorprendió con una ponencia sobre la relación de los jueces con la prensa y el uso de redes sociales.

Lo inusual de su exposición se dio más bien porque, desde que en 2015 arribó a Santiago desde la Corte de Apelaciones de Temuco, Llanos ha cultivado más bien un bajo perfil con los medios respecto de sus casos. Esto, pese a que varias de sus investigaciones y condenas han sido de alta connotación pública, en especial por sus sentencias en contra de exuniformados por violaciones a los derechos humanos, como fueron las torturas en Villa Grimaldi o los crímenes en el cuartel Londres 38.

Sin embargo, años atrás el magistrado tuvo un rol protagónico mientras fue presidente de la Asociación de Magistrados, cuando reemplazó en el cargo gremial al también ministro de casos de derechos humanos y expostulante a la Suprema Mario Carroza.

Llanos, quien estudió derecho en la Universidad de Concepción, acaba de ser nominado por el Presidente Sebastián Piñera como su candidato a la Corte Suprema para llenar el cupo del ministro Héctor Carreño. Y en su postulación al máximo tribunal fue parte de la primera generación de candidatos que debió exponer en una audiencia pública ante el Pleno. Hasta esta elección, solo concursaban enviando 10 de sus fallos más representativos.

En su caso, entre las sentencias que entregó a la Suprema, además de los casos de DD.HH., hubo fallos contra isapres por negarse a costear tratamientos o medicamentos de alto costo.

Si es ratificado por los dos tercios del Senado, pasará a integrar la influyente Tercera Sala Constitucional que preside el ministro Sergio Muñoz y de la que son parte Ángela Vivanco, María Eugenia Sandoval y Carlos Aránguiz. Es el tribunal donde se deciden recursos contra las isapres, acciones contra la vida privada, conflictos medioambientales y, en general, decisiones sobre los llamados derechos sociales.

El estreno del nuevo procedimiento

Leopoldo Llanos era parte de una quina -que eligió el Pleno de la Suprema- que también estaba integrada por Carroza, Roberto ContrerasMiguel Vázquez y Sergio Mora. 

Llanos fue nominado casi dos meses después de que expusiera en la audiencia pública en la Suprema, período en el que el ministro de Justicia, Hernán Larraín, comenzó a dialogar con la Comisión de Constitución y Justicia del Senado a fin de tener un candidato de consenso. Esto, para no volver a vivir el traumático proceso de la jueza Dobra Lusic, quien tras ser elegida por Piñera, bajó su postulación ante cuestionamientos de parlamentarios tanto del oficialismo como de la oposición.

Luego del traspié de Lusic, fue nominda María Angélica Repetto, quien ya es parte de la Suprema.

Por ello, tras el episodio Lusic se instauró un nuevo procedimiento que debutó con Repetto y que se repetirá ahora con Llanos. Este consiste en que tras la nominación del candidato comienza la recopilación de antecedentes, período que dura 10 días y en el que, incluso, puede aportar la ciudadanía.

Luego, el ministro de Justicia expondrá sobre su candidato ante la Comisión de Constitución y lo mismo hará el magistrado, quien también tendrá que responder preguntas de los parlamentarios. De hecho, tendrá que llevar a esa sesión su historial judicial de los últimos cinco años: copia de sentencias relevantes, currículum, calificaciones, nombramientos en los que ha participado de jueces, relatores, conservadores y notarios, entre otros documentos.

Tras ello, se fijará la votación en Sala: Llanos necesita 29 votos para llegar al máximo tribunal.

Los votos conversados

El presidente de la Comisión de Constitución, Felipe Harboe (PPD), comenta a PAUTA que cuentan con una buena percepción tanto de Vásquez como de Llanos. “El Gobierno nos preguntó a cuál de ellos estábamos disponibles para apoyar y creíamos que el profesor Llanos representaba una trayectoria regional que es muy importante. También ha tenido una clara convicción en materia de derechos humanos y, por lo tanto, nos parecía que era un buen nombre”.

Agrega: “A mí no me gusta la politización de la Corte Suprema. Creo que eso no es bueno ni adecuado para las trayectorias que hay detrás, pero evidentemente que debe ser un reflejo de la sociedad con diferentes visiones y el profesor Llanos probablemente representa una sociedad más progresista que la que representa la ministra Repetto. Siempre es bueno un equilibrio no político, sino de visiones. Entiendo que debiéramos tener un apoyo bastante transversal, así que espero que se cumpla. Espero que sea un nombramiento con amplia mayoría”.

El senador DC Francisco Huchumilla también es parte de esta comisión y señala a PAUTA que el proceso de conversaciones sobre Llanos fue “traquilo, silencioso, respetuoso y muy institucional. Y tiene como resultado cierto consenso respecto a este nombre”. Y añade: “Acá no existen bloques y cada senador dará su voto. Pero en las conversaciones se produce un cierto acuerdo, pero eso no obliga a cada uno de los senadores, porque cada uno tiene que verlo en su mérito”.

En conversación con Pauta Final, el ministro Hernán Larraín dijo que su experiencia como parlamentario “me aconseja decir no hay nunca nada garantizado y que cuando se cuentan los votos, se sabe la verdad. Pero esto se dio, por cierto, con responsabilidad y el Presidente (Piñera) ha tenido en cuenta la quina que envió la Suprema, que es el marco de referencia”.

Larraín explicó que había buenos candidatos y que ha conversado con los integrantes de la Comisión de Constitución y también de la mesa del Senado. “Sobre a base de esos antecedentes, el Presidente tomó la decisión. Creemos que la calidad del candidato y los antecedentes que hemos podido recoger, nos hacen pensar que va a tener un buen apoyo y adhesión. Pero el Senado tiene la última palabra”.

¿Pueden ser los jueces amigos de abogados?

Cuando Lepoldo Llanos explicó en agosto al Pleno de la Suprema por qué elegía exponer sobre la relación de los magistrados con la prensa, dijo como contexto que siempre ha sido algo complejo y difícil. También recordó que quedó atrás el antiguo paradigma de que “los jueces solo hablábamos por nuestros fallos […] Esto se ha ido matizando y hoy se propicia de que los jueces tienen el deber de informar a los ciudadanos y explicar las razones de las decisiones judiciales, así como las distintas actuaciones que se realizan en el trabajo de la judicatura”.

Añadió que esa comunicación hacia la ciudadanía debe ser clara, pero que a la vez las expresiones de un juez nunca pueden afectar su independencia e imparcialidad. “Si bien todos los jueces, al igual que los ciudadanos, tenemos derecho a la libertad de expresión, al emitir nuestra opiniones tenemos limitaciones, como no atentar contra la percepción de imparcialidad que deben proyectar cuando emite estas opiniones a través de los medios”. Por ello, recomendó que los dichos deben ser moderados y con el límite de no traspasar los procesos que tienen pendientes “para no quedar sujetos a la posible inhabilidad”.

Exposición de los candidatos a la Corte Suprema, en agosto de 2019.
Exposición de los candidatos a la Corte Suprema, en agosto de 2019. Leopoldo Llanos aparece en primer plano, a la izquierda. Créditos: Agencia Uno

Respecto del uso de redes sociales, dijo que existe cierto consenso de la participación de los magistrados en estas. “En principio no es censurable, por cuanto al igual que todos los ciudadanos, los jueces tienen derecho a la libertad de expresión”. Pero a la vez dio ciertas recomendaciones para su uso, entre ellas que no pueden criticar a otras autoridades públicas; tampoco dar información sobre sus causas pendientes “ni proferir opiniones políticas” ni “descalificaciones destempladas”.

Las redes sociales -dijo- pueden servir a los jueces como labor educativa para difundir su trabajo y también para “defender el Estado de Derecho”.

Sobre las amistades en redes sociales, puso el foco en la relación que pudieran tener con abogados. “Al tener vinculación o interectuar en las redes sociales con otros operadores, podría levantarse alguna sospecha de favoritismo ante el tribunal, juez o jueza. Pero hay que tener en cuenta que la amistad en redes sociales es virtual; sin embargo se entiende que en algunos casos y para no despertar estas sospechas, conviene poner término a estas amistades”. Esto, agregó, sobre todo si este actúa en su mismo tribunal.