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La señal de la Corte Suprema tras la llegada de María Luisa Brahm al TC

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POR Ana María |

El ministro Haroldo Brito visitó a la presidenta electa del TC, en un gesto que contrasta con la tirante relación sostenida con Iván Aróstica.

Una señal de acercamiento hacia el Tribunal Constitucional (TC) dio esta semana el presidente de la Corte Suprema, Haroldo Brito, quien fue hasta el edificio el TC para saludar a su nueva presidenta, la ministra María Luisa Brahm.

La reunión de Brito con Brahm -el pasado miércoles 14, a las 17 horas- es una señal de la nueva relación que podrían tener en adelante ambas instituciones tras un conflictivo año en que las diferencias se hicieron evidentes. En marzo pasado, durante la inauguración del año judicial, en su discurso Brito hizo patente las discrepancias entre la Corte Suprema y el Tribunal Constitucional a raíz de la paralización de causas, al punto que llamó a “a superar un estado de tensión que, de ser exacerbado, puede afectar la estabilidad y seguridad jurídica”.

Esa vez, en marzo, entre los asistentes estaba Iván Aróstica, quien dejará la presidencia del Tribunal Constitucional el próximo 28 de agosto. Ese ministro encabeza la primera sala del TC, la misma que ha paralizado varias causas de exuniformados por violaciones a los derechos humanos y también de los imputados por la jueza Romy Rutherford en el caso de fraude en el Ejército, entre ellas el proceso contra el general (r) Humberto Oviedo.

María Luisa Brahm, exjefa de asesores del primer gobierno de Sebastián Piñera, fue electa presidenta del TC el pasado viernes 9 de agosto. Obtuvo seis votos contra tres de Juan José Romero –cercano a Aróstica- y uno de Gonzalo García, quien fue parte de la Nueva Mayoría antes de llegar al Tribunal Constitucional.

Los apoyos que obtuvo Brahm fueron transversales, de ministros nombrados por representar tanto posturas de la derecha como la ex Nueva Mayoría. Entre ellos Miguel Ángel Fernández, María Pía Silva, Nelson Pozo, Cristián Letelier y Gonzalo García.

Brahm asumirá el próximo 28 de agosto y se estima que impondrá un sello de mayor apertura del TC hacia la ciudadanía y otras instituciones.

De hecho, dos horas antes del encuentro que sostuvo con Brito, también hasta su oficina -de acuerdo con el registro de su agenda pública-, la visitó María Eugenia Manaud, la presidenta del Consejo de Defensa del Estado (CDE). Se trata de un organismo que, a raíz de la paralización de la causa de Oviedo (que ya se destrabó), también se había enfrentado jurídicamente con el TC.

La presidencia de Brahm -que durará dos años- coincide con la reforma al Tribunal Constitucional que prepara el Gobierno, liderada por el ministro de Justicia, Hernán Larraín. Simultáneamente, un grupo transversal de 25 constitucionalistas, liderados por Gastón Gómez, ya elaboró un informe que ha socializado en el Congreso con propuestas de cambio al TC. La principal: la eliminación del control preventivo de las leyes.