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Las tareas inmediatas de la nueva presidenta del Tribunal Constitucional

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María Luisa Brahm. Créditos: Agencia Uno
POR Ana María |

María Luisa Brahm, exjefa del segundo piso de la primera administración Piñera, liderará una entidad con divisiones internas y ad portas de una reforma.

El pleno del Tribunal Constitucional eligió este viernes en la mañana a María Luisa Brahm como nueva presidenta de la institución en reemplazo de Iván Aróstica. Es la segunda mujer en dirigir esa institución en su historia, tras el período de Marisol Peña (2013-2014).

La exjefa del asesores del primer gobierno de Sebastián Piñera obtuvo seis votos (incluido el de ella misma), mientras que Juan José Romero logró tres apoyos y Gonzalo García -quien fue parte de la ex Nueva Mayoría- solo consiguió una preferencia.

María Luisa Brahm en el Tribunal Constitucional este viernes 9 de agosto, tras su elección. Créditos: PAUTA

La votación a Brahm refleja el apoyo de ministros que en su minuto fueron nombrados por representar visiones de la derecha y la ex Nueva Mayoría. Es decir, tuvo apoyos transversales. Entre los que apoyaron a Brahm están Miguel Ángel Fernández, María Pía Silva, Nelson Pozo, Cristián Letelier y Gonzalo García.

En la otra vereda, Domingo Hernández votó por García; mientras que el presidente saliente del TC, Iván Aróstica, y el ministro Juan Ignacio Vásquez votaron por Romero, quien es su compañero de la primera sala, la misma que ha sido cuestionada por paralizar las causas de ex uniformados.

La nueva presidenta asumirá el próximo 28 de agosto. Dirigirá un TC dividido, pero no solo por la elección, sino porque más de la mitad de sus miembros tenía sintonía con el estilo de Aróstica. 

Entre las discrepancias se encuentran los cuestionamientos a parte de la primera sala del TC, presidida por Aróstica. Esa sala ha sido mayoritariamente partidaria -por tres votos contra dos- de la paralización de causas de procesados por violaciones a los derechos humanos y también de los casos de los imputados por la ministra Rommy Rutherford por el fraude en el Ejército, entre ellos el general (r) Humberto Oviedo. De hecho, este último caso fue el que generó más críticas entre parlamentarios de la oposición.

En esa sala, el criterio de Aróstica es compartido por los ministros Juan José Romero y José Ignacio Vásquez -con los votos en contra de María Pía Silva y Domingo Hermández. Es una visión que ha provocado varios roces con el Poder Judicial, debido al restraso que provocan las decisiones del TC en el avance de sus causas, tanto así que el presidente de la Corte Suprema, Haroldo Brito, lo hizo evidente en su discurso de marzo durante la inaguración del año judicial.

María Luisa Brahm, en cambio, desde la segunda sala ha tenido una postura totalmente distinta de Aróstica, Romero y Vásquez. Por ejemplo, nunca estuvo por paralizar causas cuando los exuniformados presentaban recursos de inaplicabilidad por inconstitucionalidad. Asimismo, en diciembre de 2017 rechazó los dos requerimientos presentados por Chile Vamos para declarar inconstitucional el proyecto de despenalización del aborto en tres causales.

Aróstica, en todo caso, solo dejará de ser presidente (el cargo 24 meses), pues continuará como ministro hasta el 2022 e integrado la primera sala.

Lo que viene: la reforma al TC

Esta elección se dio, además, en medio de una serie de cuestionamientos al TC, en especial de parlamentarios de oposición y mientras el Gobierno prepara una reforma al organismo que lidera el ministro de Justicia, Hernán Larraín.

En paralelo, un grupo de 25 constitucionalistas, encabezados por el abogado Gastón Gómez, trabajó entre febrero y julio en la elaboración de un informe con una propuesta de modificación al Tribunal Constitucional que, en sus puntos principales,  impulsa la eliminación del control preventivo de las leyes y elevar de 10 a 12 el número de ministros. Pero también se hacen cargo de los recursos de inaplicablidad -que son los que han provocado la demora en las causas-, por lo que idearon una fórmula para agilizar los casos.

La reforma al TC será una tarea en la que Brahm deberá liderar. Por ello, es clave que tenga buenas relaciones con el Congreso y también con el Poder Judicial.

Los próximos cambios que vienen el TC será la elección de un nuevo ministro. Será elegido por la Corte Suprema para reemplazar a Domingo Hernández, quien dejará su puesto en enero de 2020, cuando cumpla 75 años.