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Educación desde la docencia: despertar la pasión por los libros

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Ilustración: Felipe Rojas
POR Fernanda Valiente |

La profesora de literatura del Colegio San Andrés de Maipú Claudia Fuenzalida habla sobre distintas técnicas para incentivar la lectura en los jóvenes.

“Por estos caminos de niñerías se puede llevar a cualquiera a la pasión de leer. […] Lo único que importa es cuidar los comienzos. El no hastiar al recién llegado. El no producirle el bostezo. […] Ciencias de editor, de bibliotecario o de maestro”, decía la escritora Gabriela Mistral.

Pese al optimismo de la pedagoga de la ganadora del Premio Nobel de Literatura de 1945, los niños y jóvenes actuales no solo viven en un entorno altamente tecnologizado, sino que además presentan cierta aversión a la literatura clásica, en gran parte por la complejidad de su vocabulario.

“Invitar a los jóvenes a leer es un poco difícil. No podemos llegar y decir ‘tome, aquí está y léalo’’ Sobre todo, cuando en nuestra asignatura se pretende comprender textos tan antiguos. La mediación permite darse cuenta de que no basta con entregar el libro. Hay que encantar, y eso requiere buscar ciertas estrategias que tiene que ver con entender el mundo desde la mirada de ellos. […] Los estudiantes le tienen mucho rechazo a los clásicos, que es lo que compone la mayoría del programa ministerial. Entonces ahí está el gran desafío”, señaló la profesora de lenguaje y comunicaciones del Colegio San Andrés de Maipú Claudia Fuenzalida.

Además, ocurre que desde la docencia existe una mirada más crítica de la literatura contemporánea. “Hay una tendencia a ser más prejuicioso con el best seller. Pero uno tiene que generar ahí la intriga y entregarse a esa apertura como mediadora. Compartir textos. Cuando les das importancia a sus gustos tienen otra disposición a escucharte y a recibir tus propios textos”, agregó. 

Nuevas formas de lectura 

“¿Sigue habiendo lectores o son una especie de minoría secreta como en la novela Fahrenheit 451 [de Ray Bradbury]?”, preguntó Cristián Warnken en Desde el Jardín, de Radio PAUTA.

“Lo que pasa es que los jóvenes leen de una forma diferente. Primero, leen en otro formato, como por ejemplo sus celulares. Es difícil verlos con libros, además que su acceso es carísimo. Otro formato que es agradable para ellos es el cómic. […] Ahora estamos leyendo la novela gráfica de 1984 [de George Orwell] que es acompañada de dibujos y de textos un poco más breves. Ese es otro de los desafíos que no podemos descontextualizar sobre todo si estamos invitando a nuevos lectores“, respondió la profesora.

Fuenzalida marcó un punto importante a la hora de llamar la atención de un estudiante para que lea un libro: más allá de la edad, tiene que ver con la experiencia personal. “Me pasó que no me gustó El Perfume [de Patrick Süskind] cuando me tocó leerlo a los 15 años, pero después lo leí a los 20 años y me encantó. Estuve superarrepentida de no haberlo leído en ese primer momento. Pero ahora me doy cuenta de que necesitaba otra madurez y eso fue un mensaje muy emocionante para mis estudiantes”, señaló. 

Se trata, entonces, de guardar un título y darle una segunda oportunidad, más tarde.

Revise la conversación con la profesora Claudia Fuenzalida