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La oposición va por la mesa de la Cámara con el mismo argumento que antes, pero sin escándalo

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Diego Paulsen y Francisco Undurraga, directiva de la Cámara. Crédito: Agencia Uno
POR Cecilia Andrea |

Habría consenso desde la DC al PC. La votación se hará el 1 de diciembre; el 15 se escogería a la nueva directiva.

Esta vez no hubo escándalo. Como hace tres semanas, la oposición presentó la censura a la mesa de la Cámara de Diputados que dirige el RN Diego Paulsen. Ahora con la firma de cuatro jefes de comité, no solo uno, y sin resistencia por parte de los demás. Hubo una diferencia: el acuerdo para reemplazar a la actual directiva y las presidencias de las comisiones ya está casi listo. Y, además, les juega el tiempo a favor: recién el 1 de diciembre se votará la censura y el 15 de ese mes se escogería a la nueva mesa.

Nadie lo impidió y nadie pedirá que retiren la petición. Tal vez fue un poco “apresurado”, dicen los más moderados. Esos mismos son quienes sí tienen una objeción: que el acuerdo aparezca por escrito, con las firmas de todos, para no volver a pasar el “bochorno” de principio de año; y que se reconozca que la falta que se le acusa a la mesa no es tal, sino que simplemente la izquierda quiere retomar la conducción de la Cámara, como había adelantado a PAUTA el jefe de la bancada DC, Daniel Verdessi, hace dos semanas.

“No vamos a permitir que se nos saque por algo que no es cierto”, afirmó Paulsen este martes.

¿Esta vez sí?

En esta oportunidad, la diputada Marcela Hernando no quedó sola en su petición. Además de la firma de su jefe de bancada, el diputado Alexis Sepúlveda, acompañaron las rúbricas de Camila Vallejo (PC), Claudia Mix (PR) y Giorgio Jackson (RD). En octubre se había acordado que la censura iba sí o sí y en la DC comentan que el timing estaba fijado desde la semana pasada. Había dudas de si debía hacerse este martes o el miércoles, pero era un detalle, pues el calendario les da una ventaja: la censura debe votarse en la próxima sesión ordinaria y las pendientes de esta semana son todas extraordinarias. 

El motivo esta vez fue el mismo que antes: el haber impedido votar en el proyecto de Educación Sexual Integral a Cristóbal Urruticoechea (RN) y Vallejo, el 15 de octubre pasado. Al menos en papel, claro. Más de un jefe de bancada ha admitido que ese no es el motivo real por el que buscan remover a Paulsen y Francisco Undurraga (Evópoli) de la testera, sino que el deseo responde a la necesidad opositora de recuperar la influencia en la tramitación de los proyectos y que en la directiva quede representada la mayoría que son. 

“Sería más sencillo pedirles que renuncien y no tener que someterlos a una censura”, decía precisamente Verdessi a PAUTA.

“Esas motivaciones son políticas. Es una oposición que quiere recuperar el control de la mesa para hacer legítimamente un contrapeso a otro poder Ejecutivo. Esa es la razón real, no hay un cuestionamiento de que haya habido una mala conducción de esta mesa. No tiene que ver con un problema con el presidente ni los vicepresidentes”, aclaró este lunes el jefe de bancada del PPD, Raúl Soto.

De hecho, blanquear aquello es la condición que ponen en el PPD y en la DC para hacerse parte de la censura. Eso, y que el acuerdo aparezca por escrito y cuente con la venia de todas las bancadas. El PS está en la misma postura. 

El detalle del acuerdo

Hay parte del acuerdo de 2018 que se mantendrá. La próxima presidencia le tocará a la DC con una vicepresidencia PC y la última del periodo al PS, junto al PR. Pero ninguno de las dos testeras alcanzará a estar un año completo. Así, los meses restantes deberán dividirse en dos periodos iguales: desde ahora hasta la primera semana de junio 2021 y desde ese momento hasta el final de la gestión en 2022.

El nombre para la primera parte ya está claro: es Víctor Torres, como confirmó a PAUTA el jefe de bancada de la DC. ¿Lo apoyarán sus pares de izquierda? “Por supuesto”, contestó este martes Vallejo.

Entre los sectores que habían rechazado al nombre DC a principios de año parte del Frente Amplio, desde donde un dirigente de RD a principios de noviembre decía que aceptarían a cualquiera que no fuera Gabriel Silber. Hoy quedan dudas sobre si Pamela Jiles (PH) y los diputados del movimiento Unir pudieran respetar el acuerdo. Por eso varios lo quieren por escrito.

“Si la censura se aprueba, tendrán los votos de la DC y el nombre para la mesa. Si fracasa, no será culpa nuestra ni de Unidad Constituyente”, advierte Verdessi a este medio. 

No obstante, aún faltan detalles que afinar, según dicen desde todas las bancadas. Entre este martes y miércoles deben resolver los últimos puntos y que mayormente tienen que ver con las presidencias de las comisiones cuyos líderes todavía no han sido renovados. La de Constitución, por ejemplo, que hoy preside el DC Matías Walker, y que era disputada por el Frente Amplio. 

“Estamos trabajando en la censura, algunos diputados se adelantaron y la presentaron, pero tenemos algunos días para ponernos de acuerdo y todos vamos a empujar la gobernabilidad de la mesa. Las individualidades no pueden correr. Esto se ha perseguido desde hace bastante tiempo y hay un pacto casi mayoritario, faltan detalles muy minuciosos. En la redacción se disiparán las dudas”, afirmó a PAUTA el jefe de bancada del PS, Luis Rocafull.

Parte de lo que queda por asegurar: que Tomás Hirsch (Ind) obtenga otra comisión -hoy solo está en la de Ciencias y Tecnología y todos los diputados tienen al menos dos- y la idea de que Jiles podría ser removida de la Comisión de Constitución, dado que su cupo le correspondía al Frente Amplio y ella ya no pertenece a él desde diciembre del año pasado. Esto último, dicen desde la oposición, no es cierto: no hay riesgo de que la saquen. Pero a ella le quedarían dudas aún.

Revise los detalles la presentación de la censura en esta conversación en Pauta Final, de Radio PAUTA: