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Adiós a la era Mañalich: cómo se gestó la cirugía al manejo de la pandemia

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Agencia Uno
POR Eduardo Olivares |

Desde hace semanas se estaba fraguando su salida como ministro de Salud. Estaba cansado y había pedido al Presidente varias veces una nueva figura para enfrentar la crisis.

Las polémicas fueron persistentes, ya sea por dichos o por acciones. Eso implicó Jaime Mañalich como ministro de Salud, responsable de la estrategia de combate a la pandemia que tiene a Chile como uno de los países líderes en contagios y fallecimientos diarios (en distintas métricas corregidas por número de habitantes). Ese perfil, este momento sanitario y las decisiones tomadas, que incluyeron un zigzagueo de la metodología para contar casos, empujaron la realidad hasta el punto de que el Presidente Sebastián Piñera resolviera su salida este sábado 13 de junio. 

Pero no fue la decisión de un sábado.

La partida de Mañalich se venía conversando desde hace semanas, según comentan fuentes de Gobierno. Al menos desde la segunda quincena de mayo, la idea de dejar el gabinete se había instalado en la cabeza del ahora exministro, quien en varias ocasiones llegó al Palacio con su carta de renuncia bajo el brazo. Las razones son varias, dicen en La Moneda, pero el desgaste personal y también laboral fueron determinantes.

Según las mismas fuentes, el Presidente Piñera le había dicho que no, que esperara. Así pasó el cambio de gabinete hace 10 días y Mañalich se mantuvo. El Mandatario se resistió lo que más pudo hasta que esta semana, las nuevas polémicas y el ánimo del extitular de Salud no dio más. Trasmitió con vehemencia que quería que el cambio fuera pronto.

En varias conversaciones, explican en La Moneda, Mañalich le había insistido al Mandatario que era necesario entrar a una nueva etapa, porque el conflicto y “la polarización” que generaba su nombre y sus decisiones torpedeaban la estrategia del Gobierno. Reiteró la idea de un nuevo rostro y liderazgo, pues según palabras que habría dicho el médico, de la crisis “aún quedaba harto”. 

El diseño y el resguardo

Aunque su salida se selló el viernes, dicen en Palacio -y por lo mismo se marginó del balance diario de ese día y de otras reuniones- fue este sábado en la mañana que se le comunicó a gran parte del gabinete. Este sábado, claro, tuvo su propia crisis de contexto: una denuncia publicada en Ciper decía que el Ministerio de Salud está informando a la Organización Mundial de la Salud (OMS) cifras distintas -mayores- de aquellas difundidas para la opinión pública en Chile.

Un rato antes de que fuera pública la noticia del ajuste ministerial, la oposición había solicitado la renuncia y un cambio en la cabeza del Minsal. Para entonces el destino de Mañalich ya estaba listo.

“Esta nueva etapa de esta lucha contra el coronavirus requiere un nuevo liderazgo, que se abra nuevamente al diálogo, que convoque más personas, que le dé frescura a la conversación y en ese sentido es mi deber republicano dar un paso al costado”, dijo Mañalich en su último punto prensa en La Moneda.

Y dejó entrever parte los argumentos que hace días venía entregándole al Presidente. “Necesitamos unirnos, confiar más. Necesitamos trabajar juntos y, es por eso, que insisto en que este es el momento de la unidad, del diálogo, de la confianza”, señaló y se retiró sin recibir preguntas. Antes, eso sí, anunció que vendrían días más difíciles ante el mayor estrés de los sistemas sanitarios.

A varios llamó la atención que el exministro pudiera despedirse en pleno patio de Los Cañones y con podio incluido. Pero así fue el diseño de La Moneda para mostrar el “agradecimiento” a Mañalich por su trabajo que en esta segunda administración de Piñera duró exactamente un año.

Primero fueron las palabras del propio Presidente, quien aseguró que Mañalich “no escatimó ningún esfuerzo, postergó legítimos intereses personales para concentrar todo su tiempo y energía para entregar lo mejor de sí mismo para proteger nuestras vidas, nuestra salud”. 

Luego fue la puesta en escena para que extitular de Salud diera sus últimas palabras en Palacio. De hecho, mientras hablaba lo miraban atentamente el ministro del Interior, Gonzalo Blumel; el subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli, y el director de la Secom, Christian Rendic, los mismos que tras su intervención final lo acompañaron hasta que su imagen salió de las pantallas de televisión. 

Entre estas consideraciones -y a pedido el propio Presidente- también estuvo que antes de que su sucesor, el médico pediatra Enrique Paris Mancilla, hablara como nuevo ministro de Salud, la vocera de Gobierno, Karla Rubilar dedicara algunas palabras al exsecretario de Estado.

“El exministro Mañalich fue un ministro extremadamente comprometido, en terreno, que siempre dio la cara. Un hombre que, sin duda alguna, exponiéndose a muchos riesgos sanitarios por su condición personal de salud y de su familia, no dudó en ningún minuto en entregarlo todo para enfrentar este desafío gigantesco”, señaló la vocera. Luego las redes sociales del gabinete y del oficialismo se llenaron de buenas palabras para el extitular de Salud. 

Mientras al otro lado, varios miraron con escepticismo el cambio y aseguran que no basta con tener “otro rostro” si la estrategia sigue siendo la misma. “La salida de Jaime Mañalich era casi inevitable”, comentó Juan Luis Castro, diputado PS y expresidente del Colegio Médico, en Pauta en Desarrollo, de Radio PAUTA. A su juicio, corresponde a los problemas en credibilidad. “Esto es una derrota para el propio Presidente”, agregó.

“Si tenemos liderazgos de oposición con críticas pequeñas, no saldremos de esto”, respondió Francisco Chahuán, senador RN de la Comisión de Salud, a este mismo medio. Por el contrario, exigió iniciar un diálogo abierto y franco.

Entre algunos parlamentarios incluso han evaluado el piso para una eventual acusación constitucional contra Mañalich, al estilo de aquella efectuada contra Andrés Chadwick cuando salió como ministro del Interior. Eso sí, son apenas conversaciones preliminares.

Paris, el hombre que siempre tuvo en la banca

“A Enrique Paris le deseo una fecunda y exitosa labor como nuevo ministro de Salud”, señaló el Presidente tras formalizar el ingreso del médico en ese puesto.

Su nombre no llamó la atención. Al contrario, el ingreso del expresidente del Colegio Médico era un nombre que “estaba en la banca”, dicen en La Moneda. Desde los tiempos de campaña el pediatra ha estado ligado con el piñerismo. De hecho, al principio de esta administración su nombre también estuvo sobre la mesa para la cartera de Salud, aunque en aquella oportunidad el Presidente eligió a Emilio Santelices

El ministro Paris “asume el Ministerio de Salud en tiempos muy difíciles y de mucha adversidad”, explicó el Mandatario al darle la bienvenida y planteó que su primera misión “será liderar la lucha contra el coronavirus” para “buscar nuestra felicidad y que los chilenos y chilenas seamos dueños de nuestras vidas y destinos”.

A diferencia del estilo Mañalich, el nuevo secretario de Estado partió agradeciendo a la prensa e hizo un llamado “al diálogo y la colaboración”. Aunque aseguró que este es ministerio de continuidad, en el Gobierno reconocen que tiene mejores “herramientas comunicacionales” y genera -por el momento- menos anticuerpos que su antecesor. De hecho, partió con peticiones de acercamientos a las sociedades científicas, los centros de estudios y el Colegio Médico.

Hay especial interés para ver cómo se relacionará en esta nueva era con la presidenta del gremio médico, Izkia Siches, con quien ha tenido más de un encontrón público y varias diferencias en la Mesa Social Covid. Paris lideró ese gremio por ocho años.

“Se abre una nueva etapa en la cual debemos recibir las opiniones divergentes y las que apoyan la política actual y sacar de ese diálogo lo mejor de Chile, de la patria y de los funcionarios de salud”, añadió Paris en su debut como secretario de Estado. Estuvo flanqueado por los dos subsecretarios de la cartera: Paula Daza (Salud) y Arturo Zúñiga (Redes Asistenciales). 

Formalmente, este domingo en la mañana Paris será parte del primer comité de crisis de esta nueva etapa. Ahí precisamente uno de los desafíos que tendrá que resolver son todas las dudas que han surgido por la comunicación de los fallecidos y decidir finalmente qué tipo de metodología se usará y se hará pública. Entre esto está la tarea de definir cómo se comunicarán los resultados del Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS), oficina que hoy concentra todas las miradas luego del reportaje de Ciper. 

Por lo pronto, en La Moneda también se preparan para esta nueva puesta en escena de Salud. La primera llegará también este domingo: cómo se alternarán en el mismo podio las autoridades en el balance diario de la pandemia.