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El recuento público de los días “más oscuros” en el Gobierno

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POR Gladys Pierola |

En las últimas semanas el Ejecutivo pasó de frases optimistas a la preocupación. El alto número de contagios y la alza en los fallecidos por Covid-19 cambiaron el foco y el discurso.

Hace 15 días en el Gobierno hubo un claro “cambio de tono” y de fórmula para enfrentar la pandemia, comentan desde La Moneda. Marcado por la cuarentena de gran parte del Región Metropolitana, con una alza permanente en los contagiados y también en el número de fallecidos asociados al Covid-19, las frases de preocupación y de un ánimo menos optimista se apoderó de las intervenciones públicas y privadas desde el Presidente Sebastián Piñera para abajo.

“Hemos cometido errores, por supuesto que sí”, dijo el Mandatario este miércoles 26. Sus palabras fueron en respuesta de uno de los dichos, que marcaron la nutrida agenda de polémicas de los últimos días, del ministro de Salud, Jaime Mañalich, quien aseguró el martes que a la vista de los números de hoy todos los ejercicios epidemiológicos y “las fórmulas de proyección con las que me seduje en enero, se han derrumbado como castillo de naipes”.

Y si bien esa frase incomodó a varios en el Gobierno, en la última semana este tipo de reconocimiento se ha hecho mucho más visible. Por ejemplo, Presidente reconoció que pese a que quedaban reservas, la situación del sistema de salud estaba “muy cerca del límite” y el ministro Mañalich sinceró que la situación de la pandemia en el país “es bastante seria”, tanto que aseguró que está “en su momento más oscuro”.

¿Los gestos suficientes?

Hace dos semanas que el giro de La Moneda fue más claro. Atrás quedaron conceptos como “el estamos preparados desde enero” que tanto el Presidente como parte de su gabinete reiteraron desde que se confirmó el primer caso de coronavirus. 

Ahora se pasó a otra vereda y la confirmación de que ningún país, ni siquiera los más desarrollados, estaban preparados para enfrentar la pandemia. En esto “Chile tampoco estaba preparado […] Tenemos que ser humildes en reconocerlo”,  dijo el Mandatario en su última cadena nacional el pasado 17 de mayo.

De ahí vino una serie de gestos comunicacionales. Por un lado, explicar una y otra vez que el escenario que con el que trabajan era el “peor”, es decir, proyectar 100 mil contagios simultáneos. Y por otro lado, la urgencia de dar certezas a una ciudadanía inquieta por el confinamiento y que terminaron en un llamado a un Acuerdo Nacional para enfrentar los efectos económicos, ampliar las medidas de protección social y generar un pacto de gasto fiscal para lo que le queda de mandato.

Sin embargo, su convocatoria provocó suspicacias en cierto sectores de la oposición, pues varios reclamaban que era un “botón de pánico” del Gobierno. Y si bien varios se sentaron virtualmente este viernes con el Ejecutivo y se abrió un plazo de dos semanas para lograr un pacto, algunos personeros de la ex Concertación y otros del Frente Amplio apuntaron a que si bien hay una urgencia sanitaria y social, el Gobierno parecía más bien querer “compartir la derrota” de su estrategia ante la pandemia.

De hecho, incluso algunos pidieron formalmente la salida de Mañalich, luego que dijera que hay sectores de la RM, donde la tasa de contagiosidad aumenta y hacer un aislamiento social se hace más difícil en ciertos sectores. “Hay un sector de Santiago, donde hay un nivel de pobreza y hacinamiento, perdón que lo diga con esta… del cual yo no tenía conciencia de la magnitud que tenía”, aseguró en el matinal Mucho Gusto, de Mega. 

Su frase provocó las críticas de distintos sectores y también la incomodidad en algunos inquilinos de  La Moneda. Todo quedó reflejado en la explicación de la vocera, Karla Rubilar, de que el Gobierno “siempre ha tenido claras las desigualdades y las dificultades para enfrentar las medidas sanitarias”.

Mañalich salió a explicar este viernes que lo habían “malinterpretado” y aseguró que sigue continuamente “con el soporte y la ayuda del Presidente Sebastián Piñera”.

Pero desde el Gobierno hay dos lecturas de este episodio. Algunos personeros de La Moneda dicen simplemente no entender esta nueva salida del titular de Salud, pero que es parte del “impredecible estilo del ministro”; mientras que otros defienden que quizás no se explicó bien, pues Mañalich se refería al hacinamiento que existe en ciertas comunas con alta población migrante.

De hecho, un alto personero de Gobierno defiende que a Mañalich si hay algo de lo que no se le puede acusar es de no conocer el mundo social y la realidad del sector público. Incluso, algunos hacen la diferencia con el perfil de otros excolaboradores de esta administración. “Mañalich tiene una sensibilidad distinta”, explicó la misma fuente. 

“El gabinete está trabajando unido como siempre”, comentaría en cualquier caso el ministro del Interior, Gonzalo Blumel.

Pero los “días oscuros” y la tensión ante un eventual colapso sanitario han generado roces en el comité de crisis del gabinete. Por ejemplo, un roce de criterios entre Mañalich y la vocera -también médico- en la última decisión de las cuarentenas, donde se sacó Antofagasta y no se decretó en Valparaíso. Esta polémica se sumó a otra diferencia entre Rubilar y su par de Salud, sobre el efecto de los términos “nueva normalidad” y el “retorno seguro” en el aumento de los contagios, dos conceptos que se suman a la larga lista de frases que han marcado el manejo de la pandemia.