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La difícil decisión de Elizalde

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Agencia Uno
POR Gladys Pierola |

El 26 de mayo el PS elegirá una nueva mesa directiva. En el partido asumen que el senador deberá ir a la reelección, pese a sus dudas. Las razones de su larga reflexión han sido varias: las críticas internas, el desorden en la oposición y un difícil panorama electoral.

El senador y presidente del Partido Socialista, Álvaro Elizalde está jugando por estos días al misterio. Desde hace algunas semanas que el timonel ha dicho a sus cercanos que está en reflexión y que aún no decide si competirá en las próximas elecciones internas que se realizarán el 26 de mayo.

“Este es un proyecto colectivo y, por lo tanto, tiene que ser conversado entre todos ellos que hemos estado en la conducción del PS en este tiempo”, dijo el presidente socialista a PAUTA.

La mayoría en la colectividad, en todo caso, asume que el exministro irá a la reelección. Algunos con información en la mano lo dan por hecho.

La disidencia

Las razones para aplazar su decisión no serían pocas. El senador por el Maule ha comentado en privado que “está cansado del fuego amigo”, en especial de la disidencia de su mesa. Como una normal oposición interna, sus integrantes -como el diputado Marcelo Díaz– han sido críticos públicamente de la conducción de Elizalde, en especial en este primer año de Gobierno de Sebastián Piñera en el cual la ex Nueva Mayoría ha tenido dificultades para organizarse.

“Tenemos una oposición más vociferante, pero no necesariamente más numerosa”, explicó un miembro de la Comisión Política del PS.

De hecho, la semana pasada se conoció una dura carta del diputado Díaz. Junto con anunciar que no liderará una lista opositora para presidir el partido, acusó a la dirigencia de “precariedad en el debate interno” y de “falta de liderazgo a nivel nacional”. Calificó como “errática e inconsulta la política de alianzas que se intentó instalar; el estilo excluyente en las instancias de trabajo del PS, con escasos precedentes en nuestra historia”.

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En los sectores que apoyaron a la actual mesa como el Tercerismo, lote del propio Elizalde; Grandes Alamedas, que lidera senadora Isabel Allende y al que pertenece el actual secretario general de la colectividad, Andrés Santander; la Nueva Izquierda, encabezada por Camilo Escalona, y Colectivo de Identidad Socialista, del alcalde Sadi Melo, los cálculos están más avanzados y aseguran que hoy no existe el liderazgo en la disidencia que pueda competirle a Elizalde. “No hay competencia real”, comentan en el oficialismo socialista.

“Lo importante aquí es trabajar por preservar la unidad del PS ante el enorme desafío que tenemos por delante, que es trabajar por la unidad de la oposición. Sabemos que esta no es una tarea fácil, porque hay actores que no están convencidos de la importancia de la oposición. Para ello, que un partido clave como el Socialista esté unido con una política común es fundamental”, agregó Elizalde.

En este escenario, algunos que levantaron listas la vez pasada y compitieron contra la actual mesa hoy están hablando de que, si no hay mejor nombre que una al partido, lo óptimo es apoyar y fortalecer la eventual lista del timonel PS. Incluso, varios de sus detractores reconocen que es probable que gane con “holgura”, pese al nuevo escenario electoral, pues esta será la primera medición de fuerzas que se hará con el renovado padrón de militantes y donde cada uno tendrá derecho a dos votos, uno masculino y otro femenino, con el fin de promover la igualdad de género en el Comité Central. 

Según números internos de la directiva, se espera que, de los más de 41 mil afiliados, al menos la mitad participe del proceso. “Soy de los que creen que hay que hacer una crítica fuerte a la conducción, pero hay que respaldar una futura conducción que sea muy amplia y que además tenga un peso político muy distinto al que tiene hoy”, comentó el exdiputado Osvaldo Andrade, quien lidera la Convergencia Socialista.

Pero algunos críticos de la gestión de Elizalde, incluido el diputado Díaz o el diputado Marcelo Schilling, quien suena como posible carta dentro de los detractores, no descartan la idea de levantar una propuesta que sea más que “testimonial”. Para eso, ya comenzaron las conversaciones de pasillo en el Congreso. Se espera que la próxima semana la disidencia tenga una reunión para zanjar su posición.

“Nuestra pretensión de ser el eje articulador no se ha cumplido, por falta de definición política del propio Partido Socialista. Uno no puede andar ocultando su pensamiento. El partido aparece hoy sin opinión en muchos temas”, dijo el Schilling a PAUTA.

Aún queda tiempo para las negociaciones internas, por lo menos hasta mediados de abril, cuando las listas deban inscribirse oficialmente. De hecho, parte de esas conversaciones se tomarán el debate el próximo Comité Central que se realizará el 30 de marzo.

La compleja calculadora electoral

Otro factor que sería clave en la reflexión de Elizalde es el “sombrío” panorama que se ve con la oposición y que deberá enfrentar la directiva ganadora.

En el PS no es secreto que los cálculos con miras a las municipales y a la elección de gobernadores regionales no se ven auspiciosos. En especial, porque se ve lejano un pacto con el Frente Amplio (FA) o con sectores de la Democracia Cristiana, que defienden su camino propio.

“El FA ha resultado muy impredecible. No veo que los buenos deseos sean fáciles de materializar. Nadie piensa que esto será fácil”, comentó a PAUTA un dirigente histórico del PS.

Los costos de una mala performance electoral no son pocos, en especial en los comicios de alcaldes, concejales y futuros gobernadores, donde la directiva carga casi siempre con la responsabilidad de sus resultados. Más aun cuando estos cargos son uninominales y, en un escenario de proporcionalidad, se requiere muñeca política para negociar cada uno de los cupos.

“El periodo que se avecina para la conducción de cualquier partido de la oposición es tremendamente desafiante y difícil, porque hemos tenido una oposición fallida”, agregó Andrade.

Otros personeros fueron más allá y aseguraron que lo más complejo para la colectividad de calle París 873 es que no se observa ningún liderazgo presidencial que pueda sumarse al debate público. Esto preocupa a varios militantes del PS, pues en Chile Vamos ya existen varios aspirantes a La Moneda e incluso el propio Presidente Sebastián Piñera ha dicho que el éxito de su Gobierno depende, entre otras cosas, de que si logra traspasarle la banda presidencial “a una persona que continúe con su proyecto”.

En la lista socialista, uno de los pocos nombres que suenan hoy es el de Máximo Pacheco, exministro de Energía de Michelle Bachelet. Pacheco ha dicho reiteradamente que “está disponible” para asumir un desafío de esta envergadura.

Por el momento, lo que toma fuerza en el PS es que el tema presidencial se resuelva antes de las municipales. La idea es que quien resulte como abanderado pueda convertirse en vocero y rostro del socialismo, en una oposición que se ve con más divisiones que aunada en un proyecto común.

Mire la presentación de este tema en Primera Pauta: