Actualidad

Los diputados Boric, Jackson y Vallejo se van del Congreso “con tarea para la casa”

Imagen principal
Agencia Uno
POR Gladys Pierola |

El Presidente electo fue a la sede del Legislativo a despedirse y sale con una misión: la búsqueda de acuerdos en un Parlamento donde no tendrá mayoría. Una misión cuesta arriba para su ministro de la Segpres.

Este miércoles 2 de marzo fue la jornada de despedida para el Presidente electo, Gabriel Boric (CS), y dos de sus ministros más cercanos: el futuro titular de la Segpres, Giorgio Jackson (RD), y la nueva vocera de Gobierno, Camila Vallejo (PC). Los tres diputados llegaron hasta el Congreso Nacional para hacer el “rito” del cierre de su ciclo parlamentario, porque desde el viernes 11 de marzo volverán, pero para asumir como gobierno. 

En el caso de Boric se sacó fotografías con funcionarios, asesores y con la prensa acreditada en Valparaíso. “Quise despedirme personalmente”, dijo el magallánico, y agradeció la labor de los trabajadores del Poder Legislativo en “estos años turbulentos de la política chilena”. Luego se retiró del edificio, pero Vallejo y Jackson se quedaron hasta la tarde.

Ambos aprovecharon su estadía en los pasillos del Congreso para delinear el trabajo que asumirán desde el próximo 11 de marzo y también para reunirse con las distintas bancadas de la actual oposición. De hecho, mientras la diputada PC almorzó con sus colegas comunistas, el futuro ministro de la Segpres, quien llegó con su futura  subsecretaria de esa cartera, Macarena Lobos, tuvo tiempo para conversar con los parlamentarios del Frente Amplio, con los de la centroizquierda e incluso con la bancada DC, que no son parte del nuevo gobierno. 

Y es que ahí está parte de la labor de Jackson como el encargado de las relaciones entre el Congreso y La Moneda. De hecho, desde algunos partidos aliados, como el PS o el PPD, dirigentes y parlamentarios ya han levantado las alertas para que el actual diputado de RD asuma un rol coordinador y ordenador no solo en el Parlamento, sino también en las bases de Apruebo Dignidad en la Convención Constitucional.

“Si hay un desafío del gobierno de Gabriel Boric es que el proceso constituyente sea un proceso exitoso. No solo que arribe a buen puerto, sino que se materialice adecuadamente. Creo que el gobierno del Presidente Gabriel Boric se va a medir por el éxito del proceso constituyente”, comentó la presidenta del Senado, Ximena Rincón (DC). 

La respuesta de Jackson 

Cada vez que ha sido consultado sobre la Convención Constitucional, Jackson ha pedido respetar “la autonomía del órgano redactor” de la nueva Carta Fundamental y con ello “separar las aguas” entre ambas instituciones. Pero la tarea no parece fácil.

Mientras en el círculo de Boric advierten que condicionar la relación de la Convención con el resultado en el Congreso es “dinamitar cualquier puente”, parlamentarios de partidos aliados al nuevo Gobierno piensan lo contrario. Así lo manifestaron, por ejemplo, los diputados socialistas y futuros senadores Juan Luis Castro y Fidel Espinoza, quienes le han pedido al fundador de Revolución Democrática que “no mire al techo” con las cosas que están discutiendo los constituyentes y, en especial, en lo que tiene que ver con el futuro de la Cámara Alta que hoy se está discutiendo en la Convención y que el 11 de marzo se votará en el Pleno, casi en paralelo con la ceremonia de cambio de mando presidencial.

“Nadie pone en discusión la autonomía de la Convención, pero de ahí que el futuro ministro Giorgio Jackson pretenda sustraerse de esa discusión nos parece lamentable y preocupante. El Gobierno entrante tiene que estar en esa discusión porque se trata de echar abajo una institución como lo es Senado y que va a hacer fundamental para la agenda transformadora de Gabriel Boric”, afirmó Espinoza. 

Sin embargo, el aludido futuro ministro insistió en que más allá de los “matices”, no hay espacio para que la nueva administración “mande” a los convencionales, tal como se busca ordenar a los diputados.

“Este gobierno está soportado por una variedad de fuerzas políticas. Se ha hablado de las dos coaliciones […]. Nos gustaría que todos los parlamentarios de estos distintos bloques puedan sentirse en la confianza de decirnos las cosas, de contarnos los aciertos y las diferencias. También sentirse orgullosamente parte de este proyecto de cambio. No hablar desde la ingenuidad, sino hablar de que somos la base de apoyo de este gobierno que va a asumir. Y por lo tanto, también hay que entender que las relaciones en la Convención Constitucional son distintas a las que se han dado en otras instituciones como, por ejemplo, en el Congreso”, comentó Jackson. 

En el gobierno entrante saben que más allá de la defensa de los senadores, tanto al bicameralismo como a sus atribuciones legislativas, el problema pasa por otro lado: que los propios aliados comiencen a criticar la conducción de Jackson y del debutante Comité Político y, con ello, que se abra la puerta para los dardos que llegarán desde la derecha en su rol de nueva oposición. 

“Nosotros como Ejecutivo tenemos ciertos canales de comunicación, pero no tenemos la exclusividad de eso ni tampoco tenemos -como se ha sugerido- ni la capacidad ni la voluntad de hacer que el Gobierno sea el que mande en la Convención, porque creemos que no corresponde, que es un órgano autónomo, que tiene un mandato para llevar adelante el proceso de la nueva Constitución y eso es algo que vamos a respetar independiente de lo que puedan decir de personas que estén trabajando en el espacio político de otras instituciones o de la sociedad civil”, agregó el nuevo ministro de la Segpres. 

La prueba en el Congreso

En el Congreso parte de la tarea de Jackson es conversar con todo el arco político para lograr los apoyos en la agenda legislativa que comienza a correr desde el próximo viernes. Un trabajo que está un poco más pavimentado por sus años de parlamentario, pero que también cuenta con varias grietas en la Cámara de Diputados y hoy en el Senado, donde varios de sus integrantes advierten que no hay una sintonía tan fluida con el nuevo titular de la Segpres y que hasta el momento tampoco se ha construido. 

Por eso, es tan importante el resultado de las negociaciones para la gobernabilidad de ambas Cámaras. Por estos días, las conversaciones se dan a diario para llegar a un acuerdo, tanto para quienes liderarán las dos testeras como para la conformación de las distintas comisiones. 

En la Cámara de Diputados la reunión continuará este jueves entre el Frente Amplio, el Partido Comunista, Partido Liberal, Partido Socialista, Partido Radical y PPD. La traba es quién asumirá como presidente o presidenta el primer año. En el Senado se repite el escenario, aunque es más complejo porque las fuerzas están equiparadas. Ahí serán dos años para la derecha, donde RN quiere inaugurar el pacto y dos años para la centroizquierda, donde el PS juega con ventaja. El problema extra es que en esta ecuación el fin del Senado se suma como un componente de tensión en el ala izquierda, entre Apruebo Dignidad y el eje PPD y PS.

Desde el Gobierno entrante ya transmitieron a todas las bancadas y los presidentes de partidos de la izquierda y el socialismo democrático que se debe llegar a un acuerdo pronto. Y la razón es que Apruebo Dignidad no tiene mayoría para tramitar con facilidad sus reformas: tiene el mismo número de diputados que la centroizquierda en la Cámara Baja y en el Senado corren con desventaja al tener solo cinco escaños de 50. 

“Nos importa como Gobierno que se dé un acuerdo en el Congreso, que haya conducción y que permita poner en el centro los desafíos legislativos que sintonizan con la ciudadanía. Las bancadas tienen una gran responsabilidad en eso y esperamos que se llegue a buen puerto. La conducción del Congreso en ambas Cámaras implica también conducir procesos legislativos y estos están relacionados con las reformas, y las reformas están relacionadas con las aspiraciones ciudadanas”, comentó Vallejo.