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Constituyente Loreto Vidal: “Dar tribuna permanente a discursos de odio no es deliberación”

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Agencia Uno
POR Cecilia Andrea |

La convencional ex La Lista del Pueblo defiende el trabajo de la Comisión de Ética, a pesar de los cuestionamientos a varios de los puntos más polémicos del reglamento que redactaron.

La Comisión de Ética de la Convención Constitucional fue la primera en finalizar su reglamento específico para el trabajo del órgano constituyente. Dentro del articulado que debatieron y votaron, hubo puntos que trascendieron las paredes de la instancia y que fueron sumamente comentados entre otros constituyentes y en el debate público.

Entre esos, una definición sobre negacionismo que castiga la “acción u omisión”, sanciones para quienes no mantengan un clima de “fraternidad y sororidad” con los colegas; castigos como perder el derecho a voz por 15 días para infractores recurrentes; o incluso que asistan a programas de formación sobre la materia infringida.

La constituyente Loreto Vidal (Ind.), abogada y quien tiene un magíster en bioética por la Universidad del Desarrollo, fue una de las integrantes de dicha comisión. En esta entrevista defiende el trabajo de la instancia y confirma que respaldará las propuestas nuevamente en el Pleno de la Convención, a pesar de los duros cuestionamientos de constituyentes de derecha, como Marcela Cubillos. “Esto que hicimos, en ningún caso va a ser atentatorio si le damos realmente el sentido que tiene”, afirma.

-¿Está conforme con el contenido del reglamento de Ética que elaboró la Comisión?

“Quedé superconforme, con harta expectación porque hay temas que probablemente necesitan ser explicados más en extenso. Cuando tengamos que votar el reglamento en el Pleno, probablemente habrá un contraste valórico, porque este reglamento está hecho y pensado para el buen vivir, para el buen trato, para que podamos avanzar en este trabajo y hacerlo de manera armónica, dando un ejemplo más del país que queremos. Y el país que queremos no está basado en denostar al otro, tratamos de hacerlo con ese enfoque. Ahí probablemente eso se entiende como coartar la libertad. Ahora, hay algunas cosas que en particular es probable que yo hubiese puesto menos restrictivas, pero hay una realidad de facto aquí y esa realidad es lo que hemos vivido”.

-El análisis de varios académicos es que la Comisión de Ética fue muy lejos en la regulación de ciertas materias. El abogado Jorge Contesse plantea, por ejemplo, que corren el riesgo de inhibir la deliberación. ¿Ve un peligro en ese sentido?

“¿Y qué si nos damos la posibilidad de pensar de ir más allá, si podemos subir el estándar ético de lo que hemos vivido siempre? Fue difícil pensar así y esa fue nuestra ruta. Es verdad, nosotros fuimos más allá porque es la única posibilidad que tenemos para escribir una Constitución que va a guiar los destinos de este país. Lo que dice Contesse de que es un riesgo, qué duda cabe que sí, pero no por lo que nosotros establecimos en el Comité de Ética. Está bien establecido ahí, el problema es que nunca nadie nos ha enseñado el proceso deliberativo. Y como no sabemos deliberar, pensamos que eso restringe la deliberación. Cuando yo me doy el trabajo, a veces consciente, de buscar la manera de afectar al otro con mis dichos, eso lo único que hace es bloquear la deliberación y empezamos a hablar de cualquier cosa menos de lo que nos importa. Lo que más me importó estando en esa comisión es resguardar la deliberación. Esto que hicimos, en ningún caso va a ser atentatorio si le damos realmente el sentido que tiene. Si nos volvemos niños mañosos, puede ser, pero ojalá estemos a la altura de las circunstancias”.

-¿Cómo se entiende que en este contexto de resguardar la deliberación se le quita el derecho a voz a alguien, como plantea una de las sanciones del reglamento de Ética?

“En la vida los seres humanos tenemos que hacernos cargo de nuestros actos y comprender que todo acto necesariamente tiene un efecto. Hay un protocolo. No es que usted queda sin derechos a la primera vez, pero tengo que hacerme cargo de mis actos, por lo tanto hay una alerta. Lo hicimos porque es absolutamente impresentable las cosas que se dicen y cómo se dicen, que no solamente tienen que ver con esta suerte de libertad absoluta de decir lo que quiero, tiene que ver con que ahí hay un otro que está escuchando, hay un otro que se va a afectar, son todos los votantes que respaldan a esa persona. Estar dando tribuna permanente a discursos de odio, a maltrato sostenido, eso no es deliberación. Cuando ha habido personas que han sido extremadamente disruptivas, yo he hecho un trabajo que deberíamos hacer todos, sin cámara ni micrófono: decirle lo que me pasa a mí cuando escucho eso. La última sesión de la Comisión de Ética creo que fue uno de los días más bellos de mi vida, al escuchar que un otro que diga ‘sí, yo agradezco esto'”.

-Algunos constituyentes de derecha acusan que en Ética se impuso la visión de los sectores más extremos de la izquierda.  ¿Está de acuerdo?

“No puedo estar de acuerdo con eso, porque si estuviera de acuerdo tendría que reconocer que todo lo que se dijo en la última sesión de la comisión estuvo basado en la falsedad y no creo que sea así. Cuando escucho a Luciano Silva que dice el valor que tuvo esto, cuando escucho a Arturo Zúñiga, que dice lo mismo, creo que lo que él dice ahí es lo que tiene valor, lo demás forma parte de lo mediático. Allí hubo diálogo. Probablemente una de las personas que siempre estuvo en contra pero daba lo mismo lo que fuese, fue Katherine Montealegre, pero fundamentó sus razones y es su visión y creo que eso igual es respetable. Ahora, el que se imponga una visión u otra, qué le vamos a hacer, si estábamos todos representados ahí. El que lo diga, bueno, tendrá que demostrarlo con su voto en el Pleno. La lógica es que cuando votemos en el Pleno, cada uno de los 17 que estuvimos ahí votemos de la misma forma como votamos en la comisión. Si no, quiere decir que hay otros factores que condicionan los votos. Eso yo no lo quisiera”.

-¿Estaría dispuesta a rechazar en el Pleno puntos como la definición de negacionismo y los programas de formación de constituyentes como sanción?

“Voy a respaldar ambos, porque hicimos modificaciones. Los cursos de ética, de formación, están tan manoseados. Hace años, cuando decidí formarme como magíster en bioética, nunca voy a olvidar que el primer día nos encontramos con todos los compañeros que iban saliendo ya formados y nos dieron la bienvenida. Una dijo ‘chiquillas, de verdad esto les va a cambiar la visión del mundo’. Yo soy bastante prudente y le dije a una compañera mía, ‘¿no será mucho?’. Cuando terminé de formarme, con absoluta certeza en el haber ampliado mis conocimientos, cambió mi mirada del mundo. La formación siempre nos hará mejores personas. Ahora, cuál es el punto: el curso de formación lo pusimos como voluntario; por lo tanto, quien considera que no necesita formarse en nada, bueno. El ponerlo como una sanción quizás pudiera haber tenido alguna objeción, pero dentro de la voluntariedad, y como lo pusimos como el trabajo que va a hacer la comisión preventiva, a mí me parece un lujo. Le aseguro, voy a demostrar al año y tanto, que así como logramos después de haber estado 46 días sesionando 17 personas, fuimos capaces de impactar y dejarnos impactar y decir realmente ‘esto tenía valor’. Eso va a pasar”.

Plebiscitos dirimentes

-Esta semana, la discusión también giró en torno a los plebiscitos dirimentes. ¿Está de acuerdo con ese mecanismo?

“Estoy de acuerdo. Hay un tema, los costos involucrados, pero la base de lo que estamos haciendo es la participación ciudadana. Tenemos que buscar alguna herramienta, lo cual no significa que si tenemos una discordancia todo puede ir a plebiscitarse. Hay que ser capaz de identificar aquello que realmente no permita llegar a un consenso, que por lo menos permita asegurar que eso después va a ser lo que la comunidad estaría esperando para una nueva Constitución. Sí eso en algún momento tengo que votarlo, será un sí. Creo que tenemos que hacer todo lo necesario para poder tenerla como una carta bajo la manga. A mí me encantaría abrir las puertas del ex-Congreso y que llegue toda la gente aquí. Pero lo que pasa cuando uno quiere salir y tenemos a todos los manifestantes afuera… ahí está la ira, la ira desbordada, y con toda razón. Por lo tanto, no estamos preparados para eso, pero por lo menos debemos prepararnos para entregar herramientas que logren que esa ira, que es el germen de la justicia social, se pueda expresar en un instrumento válido que nos ayude a hacer mejor el trabajo”.

-Pero para aquello existen otros mecanismos también, como consultas no vinculantes, cabildos, comentarios sobre propuestas. ¿El plebiscito dirimente no va en contra del mandato que se le dio a los constituyentes, que es escribir la Constitución?

“Decidir si esa es la alternativa también será una decisión que tomemos nosotros. Hay que buscar una alternativa, a lo menos validar una herramienta que podría ser la última herramienta en un caso hipotético, no que empiece a ser ‘parte de’, porque de alguna manera, ¿será que tenemos también temores a no ser capaces de ponernos de acuerdo porque no tenemos capacidades deliberativas? Eso podría ser una justificación. Entonces, deberíamos tenerlo, pero yo apostaría siempre porque aquí se resuelva el tema. Si tengo que votar aquello, mi voto será positivo, porque si llegamos a ese punto quiere decir que nuestra confianza dialógica y deliberativa está aún inmadura, y que vamos a necesitar esa herramienta alternativa en algún minuto”.

Situación con el candidato Ancalao: “Me dio mucha tristeza”

Loreto Vidal formó parte de La Lista del Pueblo hasta fines de julio, momento en el que renunció criticando que solo representaban a “un pueblo” y que, si tuviera que ubicarlos en una línea de tiempo, era un movimiento con comportamientos “preescolares”. Esta semana, el Servel dejó fuera de la carrera presidencial al candidato de la lista, Diego Ancalao, objetándole cerca de 23 mil firmas constatadas ante un notario fallecido.

-¿Le sorprendió lo que ocurrió con el candidato presidencial de la lista, Diego Ancalao?

“Eso siempre va a ser una pregunta difícil para mí de responder. Quisiera no referirme a eso, pero quiero ser objetiva. Yo tengo tanto respeto a los pueblos originarios, por un lado porque los he conocido acá; por otro lado, porque parte de mi familia directa tiene sangre mapuche. Cuando aparece esta figura [Diego Ancalao], para mí fue relevante ver que estábamos dándole valor a esta realidad país que por mucho tiempo se iinvisibilizó o se estigmatizó. Cuando pasó esto, me generó mucha tristeza, porque no sé qué fue honestamente lo que ocurrió, pero sí pude ver lo que ocurrió anoche [jueves] en televisión cuando se salieron a dar las respuestas [con Rafael Montecinos, fundador de La Lista del Pueblo]. No sé, si hubiese estado dentro del movimiento, si esa hubiese sido mi forma de responder a las preguntas. Si tú eres parte de mi espacio y te equivocas muy mal, yo esperaría más bien acogerte y decir hasta el final que sí, levantamos esa candidatura, que no fui engañado. No creo que sea la forma y me generó mucha tristeza. No pensando tanto en el movimiento, sino también en lo que genera a todo un país, que puso allí también sus sueños”.