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Los efectos políticos en cadena que se vienen si se aplazan las elecciones de abril

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Agencia Uno.
POR Gladys Pierola |

La opinión del Consejo Asesor del Minsal aceleró los tiempos y el Congreso adelantó para este lunes la sesión para analizar el tema. El fin de semana del 8 y 9 de mayo aparecería como el más viable.

La recomendación que realizó el Consejo Asesor covid-19 del Ministerio de Salud fue meridianamente clara: la unanimidad de sus integrantes planteó que con los números de contagios actuales, el alza de hospitalizaciones y la trasmisión de nuevas cepas, lo mejor es postergar las elecciones que están fijadas para el 10 y el 11 de abril.

Enumeraron seis razones y entregaron recomendaciones en caso de que el mundo político se pusiera de acuerdo para reprogramar los megacomicios. Quizás por esa señal es que no solo el Gobierno y el mismo Presidente Sebastián Piñera, sino también los partidos políticos comenzaron a evaluar las fórmulas para hacer los ajustes en el calendario electoral. Incluso, contra la reticencia inicial que tenían -y siguen teniendo- tanto en el Ejecutivo como en las colectividades políticas.

“Los partidos estamos en la postura de no correrlas, pero con la evidencia que hay y las recomendaciones del Consejo Asesor, hay que tomar una decisión diferente y la vamos a acatar”, explicó a PAUTA el presidente de Renovación Nacional, Rafael Prohens. 

Parte de las conversaciones del Gobierno, el oficialismo y la oposición se darán en paralelo este domingo 28 de marzo en distintas reuniones. Sin embargo, se espera que este lunes 29 se transparente la situación. Al menos en dos instancias públicas: el boletín del Minsal y en el Congreso.

Ese día, a las 11:00 horas, los principales actores se reunirán en la Cámara de Diputados. El Ejecutivo, el Servicio Electoral, el Colegio Médico y los propios partidos participarán de la sesión conjunta que convocaron las comisiones de Constitución y de Gobierno Interior. La cita originalmente estaba agendada para el martes 30 en la tarde, pero la urgencia cambió con la alerta que encendió el Consejo Asesor. 

“Tenemos que conversarlo bien, porque hay un conjunto de aspectos jurídicos que hay que resolver sobre los períodos de campañas y los gastos que pueden afectar el proceso constituyente. El Gobierno ha actuado dolosamente para afectar el proceso constituyente. No es casualidad el haber liberado todos los permisos para todo el verano. Sabían que íbamos a tener un peak justo en las elecciones”, acusa en PAUTA el presidente de la DC, Fuad Chahin. Y agrega: “La prioridad es la salud, pero no podemos seguir improvisando como lo ha hecho el Gobierno con la salud y con las elecciones”. El timonel DC y candidato a constituyente dice que La Moneda debe asumir su “responsabilidad política por afectar el proceso”.

Estas palabras, aunque algo más suaves, replican lo que había dicho horas antes en un grupo de Whatsapp de la campaña de Ximena Rincón. A través de un audio interno, que fue filtrado durante la tarde del sábado 27 de marzo, Chahin acusó al Gobierno de querer “sabotear” la discusión constitucional y llamó a “golpearlo con todo”.

Horas después, con la polémica ya instalada, la directiva DC sacó una declaración pública. Insistieron en las críticas al Ejecutivo, lo calificaron de “negligente” e hicieron una solicitud: que se conforme una mesa político-técnica en salud, “donde estén representados tanto los especialistas en salud, partidos políticos, organizaciones de la sociedad civil” y que sea dicha instancia la que resuelva la procedencia de la suspensión de las elecciones y otras modificaciones. 

Factor I: ¿Qué dice el Tricel?

Si hay una frase que se repite en todos los sectores políticos es que son las razones sanitarias las que empujarán la decisión final. Sin embargo, hay una serie de factores electorales, jurídicos y políticos que se verían afectados por el cambio de fecha, pues la lista de elecciones programadas entre generales, primarias y segundas vueltas para este año incluyen cinco instancias diferentes.

“Las elecciones podrían ser en el mes mayo, pues la segunda ola debiera bajar. Sin embargo, la nueva fecha tiene que proponerla el Presidente”, comenta un dirigente de Chile Vamos.

En el oficialismo y en la oposición se habla de los días sábado 8 y domingo 9 de mayo como una opción, pues ese fin de semana ya estaba marcado para la segunda vuelta de los gobernadores regionales. Otra posibilidad que está a la vista es el 4 de julio, día en que están programadas las primarias presidenciales y parlamentarias. Esta última fecha es calificada como “más extrema”. 

“No solo tiene que ver con el cambio de fecha. También hay que ver todos los actos electorales que tiene el Servel, con adaptar las normas de declaración y las candidaturas; todas las normas de gasto electoral y campañas, lo que pasa con los alcaldes que están fuera del ejercicio de sus funciones y qué va a pasar con las reclamaciones electorales”, advierte a PAUTA el abogado constitucionalista y académico de la Universidad de Chile y de la Universidad San Sebastián, Jorge Barrera

De hecho, el experto explica que en esta decisión es clave escuchar, además del Colegio Médico y el Servel, al Tribunal Calificador de Elecciones (Tricel). “Los tribunales electorales van a tener que adaptar sus tiempos entre la revisión de causas o reclamaciones y el plazo para calificar la elección y determinar quién ganó la elección. Son muchos plazos administrativos que están entremedio”, agrega Barrera. 

Este punto también lo destaca el abogado experto en materia electorales Gabriel Osorio, quien asegura que se debe tener a la vista que un cambio en las fechas también debería modificar los tiempos en la declaración de candidaturas de las elecciones que siguen; por ejemplo, en las primarias presidenciales que deben ser inscritas el 4 de mayo. “Hay que encontrar una fecha que sea la más cercana a la actual. Ojalá no acercarnos a agosto para que no coincida con el período de calificación de presidenciales, parlamentarias y consejeros regionales, junto con la calificación de esta megaelección”, comenta Osorio a PAUTA. 

El abogado PS, quien fue parte de la mesa técnica del proceso constituyente, asegura que si llegan a coincidir esos plazos, el óptimo es que sean los menores posibles. “Lo ideal es que la calificación de una elección no coincida con la calificación de candidaturas de otra elección, porque puede provocar un atasco en los tribunales electorales, tal como los que vimos en este verano”, añade.

De hecho, un grupo de expertos electorales de todos los colores políticos hizo una propuesta para no aplazar el calendario. La idea es que los comicios se extiendan no solo a dos días, sino a tres jornadas, para dar todas las posibilidades de seguridad. 

Factor II: ¿Qué hacer con las campañas?

Quizás uno de los elementos que más se mencionan en los partidos es qué hacer con las campañas en caso de aplazarse los comicios de abril. La mayoría manifiesta la preocupación de sus candidatos a convencionales, gobernadores regionales (gores), alcaldes y concejales, porque no hay recursos que aguanten la extensión de la campaña. Esto, sin contar el eventual efecto que podría tener en los resultados de la misma elección. 

Por ejemplo, en el PPD proponen que en el momento que se confirme la postergación finalice la franja televisiva, los mensajes radiales y el trabajo en terreno que se mantiene en lugares que no están en cuarentena. “En el momento que se manda el proyecto, se suspende la campaña. No hay más recursos para aguantar un par de semanas más”, dice a este medio el vicepresidente del PPD, Francisco Vidal

Vidal pide que no se distorsione el resultado “por la vía del peso del dinero”, y que la única forma de que eso no ocurra es que se congelen las campañas que originalmente están programadas hasta el jueves 8 de abril. 

En RN proponen que más que extender el período de campaña y, con ello, del gasto electoral, se adapten las condiciones al tramo final de la nueva fecha. “Si a los candidatos les quedan dos semanas, hay que congelar y retomar las campañas más adelante. La gran mayoría no tienen recursos para hacer una segunda etapa de campaña. Por ejemplo, si se suspende ahora y quedan 10 días, tendrán 10 días para retomar sus actividades de propaganda antes de la nueva fecha de elección”, explica el senador Prohens. 

Factor III: Matthei y Jadue en jaque

Cambiar una elección no es solo cambiar una fecha. Y menos una elección que ya ha sido pospuesta, como las municipales, que originalmente estaban programadas para el día 25 de octubre de 2020. Ahora si esto se mezcla con los comicios de constituyentes, la preocupación por la participación, la legitimidad del proceso y los efectos sanitarios aumentan la presión.

En el caso de la postergación de las elecciones de alcaldes, también hay otro efecto en dos candidatos que buscan la reelección y que en paralelo tienen aspiraciones presidenciales: Daniel Jadue (PC) y Evelyn Matthei (UDI). Ambos quedarían en un limbo, pues si no se corre la fecha de inscripción de las primarias, no podrían participar y ser candidatos a dos elecciones. 

“Si la elección se corre para mayo y la declaración de las candidaturas de primarias están programadas para el 4 de ese mes, evidentemente vamos a tener algunos alcaldes que quieren ser candidatos presidenciales que, sin haberse calificado su elección de alcaldes, van a ser al mismo tiempo precandidatos presidenciales”, señala Osorio. 

Incluso, si el calendario se extiende y las cuatro elecciones se realizan en julio junto con las primarias, Barrera advierte que se produciría un problema legal para Matthei y Jadue. “La ley impide declarar candidaturas para elecciones que se van a realizar simultáneamente”, comenta. En este caso, la única opción que quedaría para permitir la participación de ambos es presentar una ley que lo solucione. 

Factor IV: La elección presidencial

Si se ajusta el calendario, habría que buscar una nueva fecha para la segunda vuelta de los gores. Salta como opción el 4 de julio en caso de que se mantengan las primarias para ese día, porque dejarlo para junio provocaría otro nudo: tres elecciones en tres meses. Sin embargo, en esta ecuación también se suma otra gran duda: si los cambios llegarán hasta la primera vuelta presidencial, que está programada para el 21 de noviembre, y si esto tendría otros efectos políticos.

“Todo es posible sin prorrogar el mandato presidencial. Nuestro calendario a partir de agosto es un poco más holgado. Recordemos que antes votábamos en la presidencial en diciembre y enero para la segunda vuelta. No veo un peligro de verse afectado el mandato presidencial, menos aun cuando las elecciones no tienen relación con una prórroga del mandato”, comenta Gabriel Osorio. 

De hecho, el abogado recalca que cuando se corre una elección, no necesariamente se tienen que modificar las otras. “Cambiar las elecciones de convencionales, gobernadores, alcaldes y concejales, no afecta en ningún caso el calendario electoral que desemboca en la presidencial”, asegura.