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La historia de cómo falló la primera sesión de la Convención Constitucional

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Agencia Uno
POR Cecilia Andrea |

La jornada quedó marcada por la demora, salas que no tenían las condiciones para funcionar y acusaciones cruzadas entre Vamos por Chile y el resto de los constituyentes.

“No había ni café”. 

Así lo resumió una representante de La Lista del Apruebo a momentos de salir del edificio del Congreso Nacional, sede Santiago, en el que debía desarrollarse la primera sesión de la Convención Constitucional (CC) durante la tarde de este lunes. 

Según criticó una veintena de constituyentes cerca de las 17:00 horas tampoco había una guardería establecida para la hija de la constituyente Manuela Royo, que estaba ahí con ella; ni las salas en las que debían repartirse 75 constituyentes contaban con audio y video que los conectara con el Pleno; ni el sistema que debía transmitir la sesión vía streaming estaba funcionando; ni había micas de protección entre los puestos del Salón de Honor.

La fallida sesión terminó con acusaciones al gobierno por “boicotear” al nuevo órgano, transmitían constituyentes de La Lista de Pueblo, y con la exigencia de la salida de Francisco Encina, secretario ejecutivo de la Segpres, y del mismo ministro de la Segpres, Juan José Ossa

Los representantes de Chile Vamos, en tanto, se retiraron argumentando que era responsabilidad de la Mesa Directiva hacer la convocatoria a la sesión y, por lo tanto, debían asegurar esas condiciones. 

Un dato: el miércoles 30 de junio, la mesa de la Cámara de Diputados entregó a Segpres el edificio asegurando que estaban todas las condiciones. Según fuentes de PAUTA, el viernes, cerca del mediodía, el edificio del Congreso sufrió de una inundación producto de una falla. Hubo trabajos intensos para evitar el deterioro de equipos nuevos y en las últimas horas se estaba reforzando el cableado. Hay dudas, además, de si había micrófonos para cada puesto.

El presupuesto para la habilitación de dichos espacios rondó los 850 millones de pesos.

Todo listo… pero no

A las 13:57 horas de este lunes, a los constituyentes les llegó un mensaje de WhatsApp proveniente de Claudia Shaw, la secretaria de la Unidad Secretaría Administrativa de la Convención Constitucional. Este decía que el edificio del Congreso Nacional los recibiría a las 15:00 horas para la primera sesión, para la cual tendrían que distribuirse en cuatro espacios: el hemiciclo que fue reformado en los últimos meses para el funcionamiento del Pleno y tres salas aledañas.

Según habían comentado desde Segpres ese mismo mediodía, desde Palacio Pereira, el Pleno tendría capacidad para albergar a 80 personas; y las otras 75 debían ubicarse en el resto de las salas adecuadas para aquello.

De hecho, después de una reunión entre la presidenta de la CC, Elisa Loncon; el vicepresidente, Jaime Bassa; el subsecretario Segpres, Máximo Pavez, y Encina, habló Pavez. Comentó en un punto de prensa que “le aclaramos a la presidenta, y lo entendió bastante bien, que no puede funcionar [el Pleno] con los 155 porque la resolución sanitaria era excepcional el día de ayer y se va a disponer para que todo funcione bien hoy día en el ex-Congreso”. 

Pero no funcionó tan bien. La sesión partió recién cerca de las 16:00 horas. A medias. Hubo encuentros y desencuentros de quienes no se habían registrado al ingresar y no habían sido contabilizados como presentes; y entre la falta de información que alegaban algunos constituyentes sobre cómo se iba a desarrollar el proceso.

Mas había mucha expectativa por esa primera sesión. Hasta antes de pisar el Congreso, los ánimos estaban caldeados por la declaración que la Convención tendría que abordar este mismo lunes, en la que se pediría a los poderes del Estado avanzar en la liberación de los presos del estallido social. Chile Vamos en bloque salió a declarar que “la Convención Constitucional no es soberana, y no puede intervenir, ejercer otra función o atribución de otros órganos u autoridades, incluido por supuesto, el Poder Judicial” y que “en Chile no hay presos políticos“. 

El problema de las salas

De acuerdo con lo que transmitió un constituyente socialista, al llegar a las dependencias del Congreso fueron ingresando al Salón de Honor, que solo tendría capacidad para 80 personas, y la Mesa propuso que la distribución en las salas se hiciera según establecía el orden de los nombres del acta de Tricel, que es alfabético y paritario. Es decir, que en las mismas salas se agruparan hombres y mujeres de distintos sectores políticos.

Aquello generó la resistencia del Partido Comunista, del Partido Socialista, de Chile Vamos y de La Lista del Pueblo, los cuales proponían que se agruparan según bloques. Otros independientes, como Alondra Carrillo, argumentaron que no podía darse así. “Desde las fuerzas independientes planteamos que no estábamos dispuestas ni dispuestos porque no correspondemos a bancada alguna”, contestó Carrillo a este medio.

A las 16:22 horas, la constituyente Alejandra Pérez (LLDP) salió del edificio reclamando porque no había espacio suficiente para todos. Postulaba que la sesión debió darse al aire libre, como el domingo de la inauguración, y que el esquema de las salas estaba diseñado porque “nos quieren encerrar para debilitarnos”.

No obstante, ese conflicto duró solo algunos minutos. A medida que los constituyentes llegaban a las salas, notaron que no estaban las condiciones para poder sesionar de forma telemática, pues no había sistema que los conectara con la mesa directiva y el resto del Pleno. Un grupo de constituyentes copó incluso las galerías, para no amontonarse en los asientos del Salón de Honor.

La constituyente Camila Zárate (LLDP) transmitió en vivo desde su cuenta Instagram. Allí expresó que salió desde una sala y partió al segundo piso del Salón de Honor, donde estaban “en condiciones de convencionales de segunda categoría”.

Ante esa escena, según contó Arturo Zúñiga (UDI), la Mesa solicitó someter a votación si sesionarían de esa forma o no. Al no estar de acuerdo, los constituyentes de Vamos por Chile pidieron suspender la sesión. Así se terminó acordando a las 16:30 horas, con la venia de la Mesa y la mayoría, al menos hasta tener las condiciones técnicas suficientes para sesionar. 

Una vez afuera, las versiones fueron absolutamente disparejas: representantes de Apruebo Dignidad, pueblos originarios, La Lista del Pueblo y el Colectivo Socialista de Constituyentes acusaron al Gobierno por no haber garantizado las necesidades técnicas para sesionar; y los constituyentes de Vamos por Chile (Chile Vamos) responsabilizaron con fuerza a la Mesa Directiva.

“La Mesa debió haber chequeado si estaban las condiciones. Desconocemos si es que la Mesa chequeó con el Gobierno y quedaron con que estaba todo listo”, dijo Zúñiga a la salida.

Después de una reunión entre Elisa Loncon, Jaime Bassa, Máximo Pavez y Francisco Encina, que duró cerca de dos horas y partió pasadas las 18:00 horas, la Mesa directiva aclaró en un punto de prensa que durante la mañana la Segpres les informó que estaban todas las condiciones para sesionar. 

“Nos dijeron que podíamos sesionar a las 15:00 horas, por eso llegamos. Que las salas estaban equipadas para hacer la sesión”, declaró Loncon.

El subsecretario Pavez salió a continuación de los representantes de la testera y reconoció que “hubo error técnico que impidió que la sesión funcionara de la manera plena. Lo vamos a resolver, hubo imprevistos desde el punto de vista técnico. Hemos venido a darle explicaciones a la Mesa y a los constituyentes”.

El acuerdo al que llegaron es que este martes se enrolaría a los constituyentes, la Segpres se comprometió a establecer los arreglos necesarios y durante la tarde, desde las 15:00 horas, harían un chequeo de que todo estuviera en su lugar. La sesión recién sería este miércoles 7 de julio, en la mañana.

La exigencia de renuncia de Ossa y Encina

Por otra parte, los representantes de Apruebo Dignidad, La Lista del Pueblo y el Colectivo Socialista de Constituyentes salieron a pedir la cabeza de Encina y Ossa. LLDP, incluso, deslizó que había intencionalidad por parte del gobierno para que la Convención no pudiera abordar el primer tema en tabla: la liberación de los presos del estallido social.

“A mí me da para suponerlo, porque el gobierno se ha mostrado tozudo frente al avance del proyecto de ley de indulto”, contestó Manuel Woldarsky (LLDP) a PAUTA.

“No, cómo se le ocurre. Queremos descartar cualquier tesis que se aparte de la buena fe republicana. No tiene ningún sentido después del día de ayer, que trabajamos durante meses”, respondió Pavez, cerca de las 21:00 horas de este lunes.

Desde el Senado, en todo caso, la presidenta de la entidad, Yasna Provoste (DC), llamó a los convencionales a respetar las instituciones del Estado y sus funciones.

Mientras seguía el desorden, los representantes de esa lista salieron en masa con fotos de presos del estallido social a pedir por la liberación de esos detenidos y a exigir la salida de Encina. “Renuncia Encina, el hombre del sueldo de siete millones”, gritó Francisco Caamaño (LLDP).

Se sumaron más tarde los socialistas y Apruebo Dignidad mediante declaraciones públicas. 

“El Colectivo Socialista solicita la renuncia del ministro Juan José Ossa por el notable abandono de deberes y repetida falta de disposición hacia la Convención Constitucional”, leyó Pedro Muñoz (PS) en los jardines del Congreso.

“Exigimos, además, se tomen todas las medidas extraordinarias necesarias para que los espacios estén habilitados en las condiciones antedichas a primera hora de mañana, así como que se hagan valer las responsabilidades políticas sobre el ministro Ossa mediante su renuncia inmediata y las responsabilidades administrativas del subsecretario Pavez y del funcionario Encina”, se lee en el documento que emitió Apruebo Dignidad.

“Hay que ser muy claros: el primer responsable de esto por expreso mandato de la Constitución es el Presidente de la República. Él tiene la obligación de establecer las condiciones económicas, financieras, sanitarias, para que podamos hacer nuestro trabajo de cara al pueblo. El gobierno leyó la idea de la prescindencia política de una muy mala manera, porque se echó para atrás, se desentendió de los requerimientos técnicos”, declaró Bassa.