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El trago más amargo de la UDI

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Agencia Uno
POR Gladys Pierola |

El triunfo de la acusación constitucional contra el exministro Andrés Chadwick sembró de tristeza y también de profunda molestia a la UDI con la oposición y, sobre todo, con su propio Gobierno.

El reloj marcaba las 17:30 cuando el ministro de Justicia, Hernán Larraín (UDI), llegó este miércoles al Congreso para acompañar a su excolega de gabinete y amigo Andrés Chadwick (UDI). Su cara de preocupación era evidente. A esa hora, ya no quedaba duda de que dar vuelta el marcador de la acusación constitucional contra el extitular del Interior era una tarea imposible. “Había que estar acá”, dijo en el pasillo Larraín antes de entrar a la Sala del Senado. 

Durante la tarde comenzaron a llegar de a poco varias autoridades, ministros y subsecretarios de la UDI hasta la Cámara Alta. Parte de la directiva que encabeza la senadora Jacqueline van Rysselberghe había pedido a los personeros de su partido -que pudieran asistir- que fueran hasta el Congreso para apoyar a quien es calificado como una de las figuras “más importantes y queridas” del gremialismo.

Esa comunión se vio en la foto final, cuando pasadas las 21:00 horas se conoció el resultado oficial del libelo y se confirmó el golpe. Por 23 votos a favor (todos de oposición) y 18 en contra (todos de Chile Vamos) se aprobaron los dos capítulos de la acusación constitucional contra Chadwick.

El exministro no solo quedó innhabilitado para ejercer cargos públicos por cinco años, sino además quedó como culpable de “haber infringido gravemente la Constitución y las leyes y haber dejado estas sin ejecución al omitir adoptar medidas para detener violaciones sistemáticas a los derechos humanos” desde que se inició la crisis el 18 de octubre. También quedó como responsable de “haber afectado derechos constitucionales no contemplados en los estados de emergencia a los que concurrió con su firma”.

“Es injusta, infundada y politizada, contraria precisamente a lo que exige nuestra Constitución”, dijo  Chadwick al finalizar la votación, flanqueado por parte un gabinete liderado por su sucesor, Gonzalo Blumel (Evópoli), así como por parlamentarios de Chile Vamos.

Luego, el personero, considerado de los últimos “coroneles” activos de la UDI, agradeció a sus excolegas, al Presidente Sebastián Piñera, a su abogado Luis Hermosilla y sinceró que los últimos días  han sido “duros, difíciles y dolorosos” para él, su familia y para su sector, en especial para su partido.

“Para nosotros esto es doloroso, porque creemos que esto es extremadamente injusto. Además, desde el punto de vista del procedimiento, de lo que significa una acusación constitucional, es extremadamente riesgoso, porque acá no hubo nada previo, ni dictámenes de Contraloría, nada”, explicó la senadora Jacqueline van Rysselberghe.

La pena, la rabia y la decepción

Durante todo el miércoles, los ánimos en la UDI se fueron contrariando. Varios de los senadores, así como los diputados que iban y venían a la Cámara Alta, no escondían la “pena” y también la “rabia” de lo que estaba pasando. 

Sabían que el panorama era difícil, pero no fue sino hasta antes del receso de almuerzo cuando escucharon las intervenciones de Felipe Harboe (PPD) y de José Miguel Insulza (PS) cuando se perdió la poca fe en que se podía dar vuelta: la votación sería “ciento por ciento política”. Si alguna vez hubo espacio para negociar algo más, a esa hora se cerraba.

La molestia del senador Juan Antonio Coloma y las senadoras van Rysselberghe y Ena von Baer era evidente, en especial tras los discursos de los socialistas Juan Pablo Letelier e Insulza. El exsecretario de Estado aseguró que “este es un juicio político” y que era la única oportunidad para decirle al Gobierno “que antes, durante y después de la crisis, ha hecho un pésimo trabajo, que con su ineficacia e insensibilidad ha perdido la confianza de las chilenas y chilenos”.

Una intervención que fue calificada en la UDI como un “golpe bajo” para Chadwick, a tal punto de que el exministro había transmitido su “decepción” especialmente con Insulza.

En entrevista con Primera Pauta, van Ryselberghe criticó la posición del senador socialista. Usar a Andrés Chadwick como chivo expiatorio, porque no quiere enfrentarse a la funa de sus bases, es de una franca cobardía”, señaló.

Pero en el bloque opositor -que como pocas veces votó completamente alineado- la lectura era otra. No había espacio para una señal distinta, menos con una acusación constitucional contra el Presidente Piñera en votación durante el jueves en la Cámara. Varios, incluso, hablaban de “su responsabilidad” republicana ante la situación. 

“Lo que hemos hecho acá es que se han ejercido las responsabilidades políticas en democracia. Aquí no hay un juicio a la persona de Andrés Chadwick. Nadie ha acusado a Andrés Chadwick de violador de derechos humanos; eso sería una infamia y no es justo. Aquí lo que hay es que se ha establecido la responsabilidad política, por acciones y omisiones que han generado un grave nivel de enfrentamiento en nuestro país”, dijo a PAUTA el senador Harboe.   

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“¿Cómo no dieron vuelta un solo voto?”

Pero la molestia de la UDI no solo fue contra la oposición. Había un malestar evidente contra el Gobierno y, en particular, contra la gestión del ministro Gonzalo Blumel y su “grupo negociador” integrado por Felipe Ward (ministro de la Segpres), Claudio Alvarado (Subdere), Juan Francisco Galli (subsecretario de la Segpres). Ward y Alvarado son UDI.

Fue en el almuerzo de la bancada de diputados donde la tensión llegó a su punto máximo, pues acusaron a parte del gabinete de “dejar solo” a Chadwick y de no hacer los esfuerzos necesarios para dar vuelta el escenario o al menos parte de él como, por ejemplo, que uno de los dos capítulos del libelo fuera rechazado. Apuntaron al trabajo de la “dupla antigua y dupla nueva”, haciendo alusión a los antiguos roles de Blumel y Alvarado como exautoridades de la Segpres.

De hecho, criticaron que los ministros aparecieran recién el día de la votación en la tarde y no en la jornada previa, cuando el exministro Chadwick había estado solo acompañado por el titular de la Segpres, Felipe Ward, el único representante de la UDI en el Comité Político. 

“Cómo no consiguieron dar vuelta un solo voto” reclamó un diputado de la UDI en el pasillo del Senado. 

El enojo fue transmitido directamente a parte del Comité Político que a esa hora estaba en el Congreso, los mismos que hicieron el “control de daños” por la tarde. Según fuentes conocedoras de esas conversaciones, tanto el ministro Blumel como su par de la Segpres explicaron cuál había sido la estrategia y el despliegue que había hecho La Moneda no solo para contener la situación en este libelo, sino también el del Mandatario.

“Entiendo la preocupación desde el cariño profundo que tenemos los militantes de la UDI por Andrés Chadwick, y desde ese punto de vista, no me preocupa que exista una legítima manifestación en esa materia”, dijo Ward en la noche del mismo miércoles a PAUTA.

La estrategia que siguió La Moneda

En particular, el ministro Blumel había transmitido que sus contactos con distintos personeros de oposición se habían intensificado las últimas dos semanas y, en especial, este último fin de semana, cuando según los calculos de Gobierno había un espacio para conversar con senadores como Insulza, Letelier, Harboe, Guido Girardi (PPD), Jorge Soria (independiente pro PPD) y Carolina Goic (DC). También hubo, aseguran, un contacto permanente con el presidente del Senado, Jaime Quintana (PPD). Sin embargo, en varias de esas conversaciones, se había dado la misma señal desde la oposición: en esto había que dar sí o sí un mensaje político ante la crisis. 

Desde el gabinete político, según fuentes de Gobierno consultadas, aclararon al gremialismo que “no había abandono” a Chadwick, menos por lo que significaba su figura para La Moneda y, en particular, para el Presidente. Por eso, detallaron que en el diseño estaba considerado que los ministros fueran el día de la votación misma y no antes. Incluso, sinceraron que si hubiese estado todo el gabinete el día martes presionando en el Congreso, se habrían disminuido aún más, las pocas posibilidades que existían de modificar algún voto.

Además, había otro punto sobre la mesa y era “la delgada línea” de salir con toda la artillería detrás de Chadwick, cuando él ya no es ministro; es un ciudadano más. “Había que ser prudente” con los gestos, aunque el propio Presidente había dejado claro que “el Gobierno no dejaría solo” al extitular del Interior y también uno de sus consejeros más cercanos.

La respuesta calmó las aguas en público, pero en privado no del todo. Los senadores bajaron el tono, pero al otro lado del Congreso la molestia seguía. De hecho, a las 18:00 horas, desde la bancada de diputados de la UDI, se analizó hacer un gesto más y se barajó la idea de ausentarse de una parte del libelo contra Piñera como señal de molestia. Al poco rato la idea se desechó. Y la propia senadora van Rysselberghe habría transmitido que “no había espacio” para esas señales.

“Efectivamente ha existido una molestia por parte de la UDI en general, no solo en la bancada, y es por eso que nuestro estilo y nuestra lealtad hacia el Gobierno ha sido irrestricto desde el primer día. Queremos conversarlo en privado. Esperamos que en esa conversación podamos mejorar la fluidez que debe tener hoy un Gobierno”, dijo a PAUTA la jefa de bancada de la UDI, María José Hoffmann.

Tras finalizar la acusación constitucional, el propio Chadwick agradeció el trabajo de Blumel y el apoyo del gabinete en esta etapa. Varios prefirieron quedarse con esas palabras. “No tenemos reclamos específicos que hacer y creemos que el respaldo que le dio el Gobierno al ministro fue sólido, como él mismo, al término de la acusación, lo dijo, agradeciendo especialmente al ministro Blumel”, comentó a este medio el diputado UDI Patricio Melero.

En privado, el propio ministro Blumel valoró la frase de agradecimiento de su antecesor, confirman quienes conocieron esas conversaciones. De todas maneras, entre la tienda de calle Suecia y el titular del Interior queda una conversación pendiente, o al menos así lo ven desde la UDI, pues le solicitaron para este viernes una reunión bilateral para tratar el tema.