Economía

Rojas (vocero de Sichel) por gasto 2022: “El gobierno que llegue va a estar muy apretado”

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Agencia Uno
POR Marcela Gómez |

Una pensión casi universal a la que se sume 16% de cotización a la cuenta individual y seguros, además de un régimen tributario más progresivo, son parte del programa económico del candidato de Chile Podemos Más

Preocupado por el espacio de gasto que tendrá el nuevo gobierno que asuma en marzo de 2022 se mostró Patricio Rojas, jefe económico del candidato presidencial de Chile Podemos Más, Sebastián Sichel. “Creo que el gobierno que llegue, de alguna manera, va a intentar acomodar lo que tenga; pero mi impresión es que va a estar muy apretado”, afirma.

En entrevista con PAUTA, el economista detalló lo que esa candidatura planea hacer en pensiones, régimen tributario y trayectoria fiscal. Aquí resumimos algunos aspectos destacados de cada área, que usted puede conocer en mayor detalle en el video de la entrevista al final de este artículo.

Pensiones con capitalización individual

El piso universal: “Queremos avanzar en una Pensión Básica Universal (PBU)”. En su primera etapa todos reciben una pensión de $178 mil mensuales, pero quienes han cotizado reciben ese monto si pueden financiar pensiones de hasta $270 mil (equivalente al ingreso mínimo líquido). Desde ese nivel, el aporte estatal empieza a reducirse y se termina cuando las personas financian pensiones en torno a $550 mil. El costo fiscal es de US$ 1.800 millones anuales adicionales al costo actual del pilar solidario, de 1,2% del PIB.

Cotización y seguros: la capitalización individual se mantiene. Al 10% de cotización actual se suma un 6% adicional del empleador que va totalmente a las cuentas individuales. Habrá seguros colectivos para cubrir riesgos de longevidad, lagunas previsionales, eventos catastróficos y compensar algunas diferencias de género. “Cualquier reforma previsional va a tener que  incluir un grado importante de negociación, por lo que cómo se pagan y cómo se financian estos seguros serán parte de esa discusión”. 

Fin al modelo de AFP: “Estamos pensando que los trabajadores puedan elegir si quieren que sus fondos los administre una institución pública o privada, con o sin fines de lucro. Queremos plantear un modelo donde si las AFP quieren participar lo puedan hacer, pero probablemente van a tener que competir con otros actores que van a tener una estructura que puede ser más liviana y más barata”. Esto porque todas las entidades podrán subcontratar la gestión de inversiones.

Quiénes se benefician: este modelo entrega beneficios superiores a los actuales a quienes se pensionen a futuro, que tendrán PBU y los mayores ahorros del alza de cotización. Mejoras adicionales a la PBU para quienes ya se pensionaron serán parte de la negociación. “Eso que no está en el programa, pero estamos hablando de un monto de personas definido,  acotado. (…) La solución es mucho más simple fiscalmente. En la fase de transición puedes calcular cuanto realmente va a costar y se puede utilizar, por ejemplo, el fondo soberanos de pensiones“. 

Cambios tributarios graduales

Alza de 3% del PIB gradual: el programa de Sebastián Sichel plantea elevar gradualmente la carga tributaria para llegar en torno a un 3% del PIB al 2030.”Se va a hacer gradual porque no creemos que la recaudación pueda aumentar de un año para otro […]. Básicamente, tenemos que hacer que aquellos que ganan más contribuyan más en términos recaudatorios”. Esto se hace reduciendo la evasión y elusión “pasando del 4,7% del PIB actual al 3,7% del PIB”, ajustando los impuestos personales y eliminando exenciones.

Impuestos personales: no se modifican las tasas ni el tramo exento. “Las tasas altas ya están en 40%. El problema es que para alcanzar esa tasa más alta se debe tener un renta mensual alrededor $16 millones bruto. Se tiene que bajar esos $16 millones, probablemente a $10 millones u $11 millones. Eso aumenta la progresividad, pero no recauda mucho”.

Exenciones e impuestos verdes: otra vía para agregar progresividad es eliminar exenciones que favorecen a personas de altas rentas, pero el Fisco no pueda apropiarse de todo ese gasto tributario. Un ejemplo: “eliminar el subsidio que tiene el diésel recauda US$ 1.200 millones”, pero “se debe llevar a que esa industria que utiliza diésel tenga alguna ayuda para que se pueda reconvertir a utilizar energías renovables. Lo mismo con los transportistas. Por tanto, de los US$ 1.200 millones probablemente habrá que gastarse US$400 millones en esas transformaciones. (…) Pensamos que de los US$ 7.500 millones que hoy hay en exenciones, podemos recaudar cerca de US$ 2.000-2.300 millones”.

Algo similar ocurre con los impuestos verdes que buscan desincentivar el uso de combustibles fósiles. “Tienen recaudación en la transición pero no en el largo plazo, cuando se supone que eso [el hecho gravado] ya no exista”.

Devolver el IVA a grupos vulnerables: no es una medida tributaria sino social: entregar un bono por lo que gastan las familias en alimentos y medicamentos, calculando el IVA de la canasta promedio de las familias. “Vamos a entregar un bono trimestral de $140 mil al 50% de los hogares. Lo más relevante para poder disminuir los niveles de desigualdad es la entrega de transferencias directas. Tenemos la devolución del IVA, un subsidio permanente al trabajo y la PBU. Esos tres ítems, se llevan una parte muy importante de los recursos que nosotros estamos considerando en nuestro programa”.

El complejo desafío fiscal

El mix para financiar el programa: junto con los fondos de libre disposición que entrega el Presupuesto, el programa en el primer año de gobierno se financia con reasignaciones en torno a US$ 2 mil millones y también podrían usarse ahorros por cerca de US$ 2.700 millones de los fondos soberanos. Los siguientes años  habría más ingresos fiscales por los cambios tributarios y modificaciones a programas públicos más evaluados.

“El crecimiento de la economía en los próximos dos años, en el mejor de los escenarios, van a estar entre 2%-2,5%. Hacia el tercer y cuarto año [de gobierno] recién podría haber crecimientos superiores y algo más de recaudación (si somos capaces de recuperar crecimiento tendencial entre 3% a 4%, podemos tener unos  US$ 3 mil millones en régimen). Dado esto, la probabilidad que tener que ocupar algo más de deuda durante estos años existe.

Estabilizar la deuda:”Hoy el nivel de deuda pública está del orden de 35%-36% del PIB. Considerando el pago de intereses y los déficits fiscales que se tienen que acomodar a futuro, lo más probable es que la deuda bruta se estabilice en la segunda parte de esta década (…) en un  nivel entre 47%-50% del PIB”.

Presupuesto y estrechez fiscal: al retirar las ayudas extras asociadas a la pandemia, el Presupuesto 2022 reduce el déficit estructural del 11,5% este año a 3,9% el próximo y el efectivo de 8,3% a 2,8%. Rojas además prevé que la normalización monetaria del Banco Central llevará a una Tasa de Política  Monetaria en torno a 5,5%-6%.”El ajuste que se está efectuando es muy fuerte. Hubiese esperado que en 2022 hubiéramos hecho una transición un poco más lenta, de manera de poder acomodar las distintas necesidades y demandas que va a tener la población. Hay que irse moviendo a una situación fiscal más ordenada hacia adelante, pero en 2022 podríamos haber tenido una situación mucho más manejable”.

¿Más gasto fiscal en 2022?: “Creo que el gobierno que llegue, de alguna manera va a intentar acomodar lo que tenga; pero mi impresión es que va a estar muy apretado. La probabilidad que el déficit fiscal termine siendo superior a 2,8% creo que es bastante alta”. 

Vea la entrevista completa con Patricio Rojas