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El ‘bacheletismo’ sin Bachelet

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Agencia Uno/PAUTA (archivo)
POR Eduardo Olivares |

Un “escenario de elevadas demandas también se puede dar con una presidenta de centroizquierda”, dice John Müller: “Las cosas han cambiado tanto en los últimos cuatro años que ya nada volverá a ser igual”.

El fin de semana, Andrés Velasco abrió en canal la gran cuestión que desordena a Unidad Constituyente (la ex-Concertación) y a una parte de la política chilena que él llegó a representar en su momento (sus simpatizantes hoy están repartidos entre Ciudadanos, Evópoli y la DC): ¿Qué tipo de “bacheletismo” ofrecerle al país para ocupar la primera magistratura? Velasco lo tiene claro, dijo que le gustaría que la candidata fuera la socialista Paula Narváez, “una isla de cordura en medio de esta marejada de insensatez política”.

Quedó descartada Yasna Provoste, una figura izquierdista de la DC que se agiganta cada semana desde su puesto de presidenta del Senado, donde ha ido a demostrar moderación. En las redes sociales y en los grupos de WhatsApp se habla familiarmente de “Yasna Gol” o de “Mamá Yasna” y se da por seguro que será candidata y que tiene buenas opciones de imponerse.

Velasco apuntó a la DC y dijo que si no va a primarias competitivas e impone a su candidata (supuestamente Provoste), muchos socialistas se sentirán tentados de ir con Boric o Jadue. Sin embargo, dejó al margen en su análisis lo sucedido con Ximena Rincón, la aspirante que las bases de la DC eligieron en una primaria formal como su candidata y que –”nada por aquí, nada por allá”- de pronto ha desaparecido sin que se produzca la más mínima consecuencia jurídica y política. Este feo chanchullo es el que quizá esté dilatando muchas decisiones y el exministro pasó por encima de ello, aunque Rincón también fuera, como las otras dos mencionadas, una destacada ministra de Michelle Bachelet.

Lo curioso es que las palabras de Velasco despertaron mucho interés en la derecha. Porque el debate entre qué tipo de “bacheletismo” escoger -si el de Narváez, el Provoste o el de Rincón-, conecta directamente con el razonamiento de un sector de los empresarios que considera que los gobiernos de derecha son un desastre para sus intereses. Esta teoría sostiene que la fortuna del empresariado chileno estuvo mejor protegida con Ricardo Lagos o con Bachelet I que con cualquier gobierno de Sebastián Piñera. Muchos de ellos financiaron generosamente la reelección de Bachelet II, un tiempo que ahora añoran a la luz de lo ocurrido con Piñera II.

Esta tesis da por descontado que un candidato de derecha tendrá que enfrentarse a un escenario muy parecido al del gobierno de Piñera II, con grandes demandas en la calle que, mal gestionadas, pueden acabar con el país en cualquier sitio. Y en esa tesitura todos los nombres de la derecha son igual de malos para llegar a la segunda vuelta, como ha puesto de manifiesto el exsenador Carlos Larraín, una voz importante de la derecha. Entre los empresarios, la excepción sería Sebastián Sichel, que se perfila como el hombre que más les agrada porque se imaginan -sin dato alguno que lo avale- que es el mejor producto que pueden “venderle” al país.

Sin embargo, esta tesis olvida que ese escenario de elevadas demandas también se puede dar con una presidenta de centroizquierda. Y que las cosas han cambiado tanto en los últimos cuatro años que ya nada volverá a ser igual. Lo que ha aparecido en Chile, según diversos expertos, es un clivaje (fractura social) pueblo-élite que supera ampliamente el tradicional que se daba entre izquierda y derecha o entre lo rural y lo urbano. Ese pueblo, que es muy heterogéneo, todavía está articulándose políticamente y está cargado de contradicciones.

Quien lo ha visto de manera más clara ha sido el candidato de Evópoli, Ignacio Briones, quien en el programa Estado Nacional evocó la famosa frase pronunciada hace 16 años por Felipe Lamarca cuando propugnó que las élites chilenas debían “soltar la teta” para facilitar un cambio del orden de cosas. “Efectivamente –dijo Briones–, las élites han estado muy atrincheradas y tienen que soltar la teta, y no solo las élites empresariales”.

John Müller conduce Primera Pauta, de Radio PAUTA, de lunes a viernes a partir de las 07:00 horas. Escúchelo por la 100.5 en Santiago, 99.1 en Antofagasta, y por la 96.7 en Valparaíso, Viña del Mar y Temuco, y véalo por el streaming en www.PAUTA.cl.