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Los escenarios de Brahm tras responder al sumario por maltrato laboral

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PAUTA
POR Ana María |

El abogado Luis Cordero, que defenderá a la presidenta del TC, pidió paralizar la indagatoria. Si se rechaza su solicitud, podría ser reemplazada por Aróstica de forma interina.

Una semana después de que se le abriera un sumario por cinco acusaciones de casos de maltrato y acoso laboral, la presidenta del Tribunal Constitucional (TC), María Luisa Brahm, contrató al abogado especialista de derecho administrativo Luis Cordero para defenderla.

Se trata del mismo abogado que representó, el pasado 15 de marzo, a la defensora de la Niñez, Patricia Muñoz, ante el Pleno de la Corte Suprema, tribunal que rechazó por amplia mayoría la destitución que pidieron 52 de parlamentarios de Chile Vamos.

En el escrito, Cordero -junto con los abogados Josefina Court y José Tomás Correa, todos del estudio Ferrada Nehme– pidió que se suspenda la instrucción del sumario en contra de Brahm, que está a cargo del ministro investigador Rodrigo Pica. El eje del argumento de la defensa de Brahm es que el autoacordado del TC que sustenta la indagatoria no es aplicable a los ministros. Y señala que con ello se vulnera la Constitución, pues los jueces constitucionales se rigen por un estatuto legal contenido en la Carta Fundamental.

Se trata de un autoacordado que el TC dictó en 2016 -y que contó con el voto de Brahm-, que fija un reglamento interno para casos de acoso laboral, que persigue responsabilidades disciplinarias y permite la apertura de una investigación sumaria. Un documento que, además, se ampara en el inciso 2° del artículo 2 del Código del Trabajo, que define como acoso laboral, entre otros varios puntos, el exceso o abuso de autoridad en el ejercicio de sus funciones.

Pica investiga a Brahm por cinco acusaciones: de la secretaria del TC, la abogada María Angélica Barriga, quien denunció a Brahm a viva voz en el Pleno del 8 de marzo; de la Asociación de Funcionarios que lidera Leonardo Carrasco; del Jefe de la Unidad de Informática; de Julio Ortiz, exdirector de Administración y Finanzas del tribunal y del exchofer de la presidenta, Cristián Suárez, quien al renunciar -duró dos meses en el puesto- envió una dura una carta al Pleno denunciando las conductas de Brahm.

Todas las acusaciones relatan gritos y portazos de parte de la presidenta del TC hacia los funcionarios. 

Lo que pide Brahm

En el escrito, Cordero pide que se suspenda la apertura del sumario hasta que el Pleno no se pronuncie respecto de si el reglamento contenido en el autoacordado es la vía para indagar a un ministro del TC. Pero, además, solicita que cuando los jueces voten esta solicitud en un Pleno extraordinario, se inhabiliten en la votación Brahm, Pica y el ministro Iván Aróstica.

La relación de Aróstica con este caso es que, como ministro de mayor antigüedad del TC, fue el encargado de abrir la indagatoria y nombrar a Rodrigo Pica. Pero hay otro elemento en el contexto: una larga disputa entre el Aróstica y Brahm.

De hecho, el TC atraviesa una crisis interna desde hace un año, cuando Brahm, exjefa de asesores de la primera administración del Presidente Sebastián Piñera, dijo en una entrevista que “antes de que yo llegara, había causas detenidas en el Tribunal Constitucional por mucho tiempo, al límite de la corrupción”. Y apuntó a Aróstica, quien la antecedió en la presidencia, como el responsable, pues -dijo- era quien “decidía y proponía qué causa se ve en el Pleno”. Hoy la fiscal Ximena Chong investiga esas denuncias tras una presentación de la diputada Carmen Hertz (PC).

Luis Cordero, abogado de María Luisa Brahm.

Según el escrito, varias de las denuncias no cumplen con las formalidades del reglamento disciplinario del TC. Y los abogados ejemplificaron su argumento con el caso de la secretaria del TC, María Angélica Barriga, pues denunció a viva voz delante del Pleno el maltrato de Brahm.

Además, el texto señala: “Hacemos notar que esta es la primera vez que el procedimiento sancionatorio al que da lugar al Reglamento Disciplinario se emplea para perseguir la eventual responsabilidad disciplinaria de uno de sus Ministros y Ministras, habiendo bastado para eso la voluntad de solo uno de sus miembros, sin ningún conocimiento o evaluación de pertinencia previa por parte de este Pleno”.

Solo hubo un caso previo, pero no se abrió una investigación: cuando el expresidente del TC, Carlos Carmona, fue denunciado por una alumna de Derecho de la Universidad de Chile por acoso sexual al interior del tribunal. En cambio, sí lo sumarió la Facultad de Derecho.

Cuórum y estrategia

En medio de la crisis por el clima laboral, el escrito además aludió a la necesidad de que el TC “disponga de un procedimiento para la investigación de los casos de acoso sexual, maltrato y acoso laboral”. Un protocolo que, a diferencia de otros organismos, nunca se ha implementado.

Con ello, Brahm y su abogado apuntan directamente al Pleno para que se discuta el punto: “Es un grave déficit que debe ser resuelto perentoriamente por este Pleno, a fin de proveer una regulación procedimental adecuada. A ella se ajustará nuestra representada para efectos de defenderse de las denuncias que han dado origen a la resolución y actuaciones que se objetan en esta presentación”.

¿Qué viene ahora? Cuando se reúna el Pleno en forma extraordinaria, deberá analizar la petición. Y, si se acoge la solicitud de inhabilitación de Brahm, Aróstica y Pica, el TC deberá recurrir a uno de los dos ministros suplentes y así lograr un cuórum de ocho jueces para funcionar: Rodrigo Delavau o Armando Jaramillo.

Además, debe votar si el autoacordado es o no el reglamento adecuado para sumariar a Brahm.

Si el Pleno rechaza la solicitud de Brahm, el ministro Pica puede continuar su investigación sumaria. Incluso, tiene la facultad de suspender a María Luisa Brahm mientras se desarrolla el sumario. En ese caso, momentáneamente Iván Aróstica asumiría como presidente del TC al ser el juez de mayor antigüedad.