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Los diputados dan otro cierre al pacto constitucional con paridad y la opción del No

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Agencia Uno
POR Gladys Pierola |

La disputa entre Boric y Cariola simbolizó las tensiones en la izquierda. Este miércoles la Sala vota.

Un mes y un día. Ese fue el tiempo que se demoró el primer paso legislativo del acuerdo que habilita el camino para una nueva Carta Fundamental y que se firmó el pasado 15 noviembre

Fueron varias semanas y más de una decena de reuniones entre Chile Vamos y parte de la oposición que apoyó pacto. De hecho, este lunes los presidentes de los partidos adherentes se reunieron por última vez en la sede de Santiago del Congreso para destrabar los nudos del texto que redactó la mesa técnica y que finalmente dio el paso inicial, aunque con varias polémicas a cuestas. 

Todo quedó plasmado en la maratónica e “histórica” sesión -como calificaron algunos de sus participantes- que tuvo la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados este lunes en Valparaíso. Primero votaron por casi cuatro horas y aprobaron la indicación sustitutiva (basada en documento entregado por los expertos) a la reforma al capítulo XV de la Carta Magna que habilita el proceso constituyente y, luego, dieron luz verde, hasta pasadas las 23:00, a un articulado transitorio que sumó los tres temas complementarios que no fueron incluidos en el pacto original: paridad, escaños reservados para los pueblos originarios y la participación de independientes. 

Ahora la votación, que habilitará el plebiscito para el 26 de abril de 2020, queda en manos de la Sala que este miércoles deberá aprobar la reforma por 2/3 de los diputados presentes, equivalentes a 103 votos, y por 3/5 las transitorias, es decir, al menos contar con 93 apoyos.

Votarlo como un todo 

Antes la hora de almuerzo de este lunes los timoneles despejaron tres puntos que entramparon las negociaciones en los últimos días y que desataron varias críticas cruzadas, incluso al interior de los partidos y sus técnicos.

Uno de esos puntos era dejar afuera la mención al artículo 189 de la Ley 18.700, que fue calificado por la ex Concertación y el parte del Frente Amplio como una “trampa” de Chile Vamos a solucionar (y que en cualquier caso fue aprobado por los representantes de la oposición en la mesa técnica), pues daba pie a un redistritaje que no estaba considerado en el acuerdo, pero sí en el documento presentado por los técnicos. Finalmente el oficialismo cedió, en especial la UDI, y este punto no quedó. 

“Estuvimos disponibles para cambiarlo, porque nos parece que efectivamente en algún momento se discutió y nosotros no perseveramos en aquello”, dijo la senadora y timonel de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, a la salida de la reunión.

El otro tema era que la redacción del documento de la mesa técnica diera la posibilidad de interpretar que el texto que emerja de la futura Convención Constituyente (sea mixta o 100% electa) deba ser votado por 2/3 de los convencionales al final, lo que el bloque opositor llamaban la “doctrina Allamand”, en alusión a que la idea la planteó el senador de RN en las negociaciones del 15 de noviembre, pero que fue descartada en aquella oportunidad.

Los presidentes de partidos de Chile Vamos y de parte de la oposición se reunieron durante semanas para destrabar el acuerdo. Recién lograron ajustar los detalles este lunes. Archivo/ Agencia Uno

Los presidentes decidieron dejar el texto original de acuerdo, donde deja claro que “las normas y el reglamento de la mismas” deberán ser apoyados por 2/3 de sus miembros, sin abrir la puerta a una eventual votación final. 

Se aclaró además que una vez que ese texto esté listo y aprobado o se venza su prórroga (una duración de nueve meses que pueden extenderse otros tres), la Convención se disolverá.

Con estos concensos, por fin hubo humo blanco con el acuerdo de que la reforma se “votaba como un todo”: sin indicaciones al documento que entregó la mesa técnica más que estos dos ajustes. 

El fantasma del “NO”

Sin embargo, había un punto más de la discordia, que no logró apoyo transversal en la oposición y que más tarde, en la propia Comisión de Constitución de la Cámara, tampoco consiguieron modificar. Corresponde al último inciso del nuevo artículo 142 del capítulo XV, que deja expreso que de rechazarse en el plebiscito de salida la nueva Constitución, continuará vigente la actual Carta Fundamental de 1980.

Aunque para la mayoría de los parlamentarios es de perogrullo que no puede haber un “vacío constitucional”, el dejar expreso este tema cerraba los espacios para ajustes y posibles reformas en caso de sufrir un revés. Por eso, eliminar ese punto y no hacer referencia al efecto jurídico del rechazo era una de las preocupaciones del Frente Amplio y de algunos miembros de la ex Concertación.

En la cita con los timoneles habría sido el presidente de la DC, Fuad Chahin, quien “quitó el piso” al resto de la oposición para negociar este punto, argumentando que el texto debía dar certezas. 

Por la tarde, este debate se retomó en la Comisión de Constitución y los diputados Gabriel Boric (quien firmó en solitario, no con su partido, Convergencia Social, el acuerdo del 15 de noviembre) y Marcelo Díaz (PS), entre otros, presentaron ajustes a esta norma. Pidieron, además, su votación separada del artículo, argumentando que un eventual rechazo sería sobre el texto que emerja de la Convención Constituyente y no sobre la voluntad de querer una nueva Carta Magna. 

Finalmente, la mayoría señaló que se debía respetar el acuerdo logrado por los timoneles y la redacción quedó tal cual, convirtiéndose en la votación “más dividida” de la jornada: ocho votos a favor, cuatro en contra de los diputados Leonardo Soto (PS), Tomás Hirsch (PH), Díaz y Boric,  y una abstención de Hugo Gutiérrez (PC). En general, gran parte de la reforma se aprobó con el marcador 11 a 2, con los diputados Gutiérrez y Hirsch como minoría -sus partidos no firmaron el acuerdo del 15 de noviembre- y evacuando permanentemente su disconformidad con la redacción del texto. 

En la discusión en la Cámara, el presidente la Comisión de Constitución, Matías Walker (DC), dijo que, por ejemplo, el mejor argumento para aprobar el artículo 142 es decirle a la ciudadanía que si en la consulta ratificatoria no se apoyaba, queda vigente la Constitución de 1980. 

Pero la posibilidad del “No” no es solo de salida, también de entrada. ¿Qué pasa si en abril gana la opción de “rechazo” a una nueva Constitución?. En los partidos opositores evitan ponerse en ese escenario.

Al otro lado, en Chile Vamos, tienen menos complejos con esta posibilidad, porque una parte del sector liderará el “No”. Pero incluso para los que apoyan y darán libertad de acción, la situación es clara. “Si una amplia mayoría de los chilenos dice que no quiere una nueva Constitución, significa que una amplia mayoría de los chilenos respalda a la actual Constitución”, comentó el timonel de RN, Mario Desbordes

Cariola versus Boric

Durante la votación de este lunes, hubo interpelaciones cruzadas en el bloque opositor, en especial porque las diputadas comunistas Karol Cariola y Camila Vallejo presentaron indicaciones al texto que se estaba votando, pero que fueron rechazadas al ser incompatibles. Una apuntaba a dejar expreso el nombre Asamblea Constituyente -en la ex Concertación y el Frente Amplio signatario insisten en que la Convención Constituyente 100% electa es lo mismo- y otras a que la paridad se resolviera en la reforma y no en artículos transitorios, como finalmente sucedió. 

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Así medida que avanzaba la larga tramitación, los ánimos también se tensionaron. Cariola acusaba a Walker y Boric de no permitir que sus ajustes se debatieran, inclusó los acusó por Twitter.

Pero fue en la votación de los “complementarios”, que no quedaron en el pacto, cuando el debate tuvo su punto más alto. La diputada Cariola, visiblemente molesta, emplazó a los miembros de la Comisión. “Somos un partido con vocación democrática, aunque algunos no lo quieran reconocer. El Partido Comunista tiene vocación democrática y todos ustedes lo saben y vamos a participar de este proceso”, comentó. 

“Nosotros creemos que estamos en el lado correcto de la historia y por eso, que no les vamos a permitir que nos traten de antidemocrático”, agregó Cariola, quien además aseguró que no le gustaba “la casa” y “cómo se había construido”, haciendo alusión al acuerdo que se firmó hace un mes. 

De hecho, parte de estos dichos apuntaron directamente Boric, quien minutos antes había acusado al comunismo de torpedear el proceso. “Me parece bien insólito esto de querer los muebles y rechazar la casa, que es lo que están haciendo el PH y el PC”, criticó el parlamentario por Magallanes. 

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Pese al impase, la paridad, las cuotas para pueblos originarios y la participación de independientes sí quedó resuelto por la Comisión de Constitución y por amplio respaldo de sus integrantes de centroizquierda. En el primer tema, 20 diputadas, en su mayoría de oposición más tres de RN (Marcela Sabat, Érika Olivera y Ximena Ossandón) presentaron una propuesta por el equilibrio de género tanto en las candidaturas como en la elección de la Convención.

La indicación, que fue aprobada por siete votos a favor (incluido PC y PH), uno en contra (Juan Antonio Coloma, UDI) y dos abstenciones (Diego Schalper, RN, y Andrés Molina, Evópoli), establece que las listas presentadas no podrán superar el 50% de candidaturas del mismo sexo y fija como regla que estas deban ser encabezadas por mujeres, siendo luego alternadas. Es decir, mujer-hombre-mujer-hombre…

En cuanto a la composición del órgano constituyente, los distritos que eligen un número par de representantes se elegirán una y uno; mientras que en los impares, ningún sexo podrá tener más de la mitad más uno de los escaños.

En cuotas para pueblos originarios –uno de los temas más controvertidos para Chile Vamos– el proyecto aprobado deja 18 escaños reservados, en el caso de ganar la oposicón de Convención Constituyente, y 21, si se elige la opción mixta.

Pero, además, define que los que quieran ser candidatos deberán estar inscritos en una comunidad o contar con una certificación de la calidad de indígena emitida por la Corporación de Desarrollo Indígena (Conadi). 

En relación con la participación de independientes, el texto les permite pactar entre ellos. Se señala que dos o más candidatos podrán hacer un acuerdo electoral en su distrito bajo una causa común. Pero, también, detalla que cada candidato requerirá el patrocinio o firmas equivalente al 0,4% de quienes sufragaron en la última elección parlamentaria (actualmente es de 0,5% para parlamentarios). Este punto causó controversia, pues algunos de los presentes, como el diputado Schalper, advirtieron que de todas maneras estos requisitos serán una “alta barrera de entrada” para los que no tenga partido político y quiera participar del proceso.