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Convención: se desdibuja el “acuerdo de medianoche” que instalaba el unicameralismo

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Convencionales de Sistema Político Marcos Barraza y Ricardo Montero. Créditos: Agencia Uno
POR Sofia del |

La Comisión de Sistema Político aprueba nuevas atribuciones a la “Cámara Territorial” que reemplazaría al Senado.

Ha habido tres tiempos en la Comisión de Sistema Político, cuando se habla del nuevo Poder Legislativo que debate para la propuesta de Constitución. En un primer tiempo hubo un debate entre unicameralistas (que sea un Congreso de una sola cámara) y bicameralistas (Congreso con dos cámaras), que pareció tender hacia algo que ciertos convencionales denominaron “bicameralismo asimétrico”. En un segundo tiempo, hubo un acuerdo “transversal” de medianoche (al cierre del lunes 22 de febrero) entre centro e izquierdas que eliminaba el Senado y creaba el “Consejo Territorial” en un diseño conocido como “unicameralismo corregido“.

Ahora se transita de vuelta por un camino bicameral. Aquel acuerdo de medianoche parece diluirse tras cada ocasión en que distintas indicaciones de Vamos por Chile son aprobadas. En la mayoría de los casos hay un concepto que se repite: “Cámara Territorial”.

No más “consejo”, sino “cámara”.

El hilo bicameral

La discusión respecto a si se estaba respetando o no la fórmula prevista -Congreso Plurinacional y Consejo Territorial- comenzó cuando 14 convencionales, aprobaron una indicación de los constituyentes de la UDI Marcela Cubillos, Constanza Hube y Arturo Zúñiga. A la derecha se unieron los representantes de INN, Colectivo del Apruebo y Colectivo Socialista.

Con el curso de los días, la comisión no solo dejó “Cámara Territorial” donde antes decía “Consejo Territorial”, sino que le agregó atribuciones a este órgano.

“Corresponderá a la Cámara Territorial conocer los proyectos de reforma constitucional, de leyes interpretativas de la constitución, de la ley anual de presupuesto, de ley sobre la división política y administrativa del país, de ley que afecten las competencias de las regiones, de ley sobre votaciones populares y el sistema electoral […]”, dice la indicación ingresada por los convencionales de la UDI, que había sido ligeramente enmendada. 

Fue la primera demostración del nuevo rumbo tomado por esos colectivos, al que no se han sumado los representantes de izquierda como Chile Digno o el Frente Amplio

Durante la jornada del 3 de marzo, la derecha propuso nuevas indicaciones que suman atribuciones a la “Cámara Territorial”. Por ejemplo, “es atribución de la Cámara Territorial conocer de las contiendas de competencia que se susciten entre las autoridades políticas o administrativas y los tribunales superiores de justicia”. Esa cualidad es muy similar a una de las atribuciones más importantes que hoy tiene el Senado de la República.

También concitó el apoyo para avanzar al Pleno la indicación que señala que “en caso de existir una Cámara de Diputados y una Cámara Territorial, es atribución del Congreso aprobar o rechazar los tratados internacionales que le presentare el Presidente de la República antes de su ratificación. La aprobación de un tratado requerirá, en cada Cámara, de los quórum [sic] que corresponda, en conformidad a lo dispuesto en esta Constitución y se someterá, en lo pertinente, a los trámites de una ley”. 

“Es atribución de la Cámara Territorial otorgar su acuerdo para que el Presidente de la República pueda ausentarse del país por más de treinta días” fue otras de las indicaciones que logró los votos requeridos y que también forma parte de las atribuciones del actual Senado. 

¿Quiénes apoyaron estas indicaciones? Los nombres se repiten: la derecha, Colectivo Socialista, INN, Colectivo del Apruebo, Renato Garín (Indep.) y Rosa Catrileo (mapuche).

En casi todos los casos, aquellas indicaciones fueron aprobadas con un margen de apenas un voto, dado el rechazo casi en bloque (minoritario) de los colectivos de izquierda.

No se trata tampoco de que todas las atribuciones del Senado hayan pasado al informe final de la comisión. Algunas otras indicaciones similares propuestas por Cubillos, Hube y Zúñiga, como aquella que se refiere a declarar la inhabilidad del Presidente de la República o pronunciarse sobre los estados de excepción, por dar dos ejemplos, fueron rechazadas también por un margen mínimo.

¿Acuerdo en peligro? 

Las críticas a los colectivos que han apoyado las indicaciones mencionadas ha ido en aumento en las últimas horas. Los convencionales de izquierda que suscribieron este “acuerdo” afirman que lo acordado se está “desdibujando”, y por tanto, modificándose lo sustancial.

Una de las demandas populares era que no existieran órganos de control revisores como funciona el Senado actualmente, porque es un proceso que, a nuestro entender, frena los avances sociales”, dice Marco Arellano (Coordinadora Plurinacional). “Habíamos llegado a un acuerdo con diversas fuerzas políticas, en la cual este ‘Consejo Territorial’ iba a tener atribuciones en materias territoriales y en materia presupuestaria, pero se han ido aprobando indicaciones que cada vez le otorgan más atribuciones a la segunda cámara, y ya empieza a tomar una forma más parecida al Senado actual, lo que nos parece muy peligroso”, comenta. 

“Hacemos un llamado a los sectores políticos a respetar el acuerdo en que el habíamos quedado. Se está desdibujando bastante el acuerdo”, agrega.

La estrategia de los unicameralistas

Lo que ahora propondrá la comisión al Pleno corresponderá a su primer informe.

Arellano aporta un antecedente sobre cómo pensaban ir votando estas materias. Dice que los defensores del modelo unicameral, en particular la Coordinadora Plurinacional y el PC, eran partidarios de llegar al Pleno con el diseño original de unicameralismo. Sin embargo, sabían que solo obtendrían la mayoría simple, y su estrategia era en el segundo informe “comenzar las conversaciones para este bicameralismo lo más asimétrico posible”. 

Pero según cuenta el constituyente, el Frente Amplio se habría opuesto. Para ello impulsó desde ya este “acuerdo” con un diseño que fue presentado como de “dos cámaras asimétricas”, aunque en rigor despojaba de casi cualquier atributo relevante a la segunda de ellas.

Arellano indica que “la derecha obviamente leyó este momento y le otorgó inmediatamente más atribuciones a este diseño. Lamentablemente sectores que fueron parte del acuerdo lo están destruyendo, entonces es una situación bastante compleja que nosotros esperamos poder frenar”.

En esa misma línea, el convencional Marcos Barraza (PC) dice a PAUTA: “Creo que existe una clara intención de desdibujar el acuerdo por parte de quienes votaron a favor de esas normas y antes lo suscribieron”. Y agrega: “Deben estar muy presionados por los senadores y senadoras“.

El convencional comunista se refiere a los abiertos cuestionamientos que llegaron desde distintos senadores, en especial del PS, que cuestionaron el acuerdo y a los representantes de su partido en la Convención. Uno de los primeros fue Juan Luis Castro, senador recién electo, quien en PAUTA no solo desautorizó a Ricardo Montero (Col. Socialista) -coordinador de la Comisión de Sistema Político y suscriptor del acuerdo de medianoche-, sino que también deslizó consecuencias negativas para el gobierno de Gabriel Boric. “Todas las tramitaciones, las leyes a contar del 11 de marzo, que sería el día que se votarían estos artículos, irían a una Cámara Alta que estaría, para decirlo en buen chileno, en llamas, prácticamente. Porque estaría ya en el camino de su extinción“, dijo la semana pasada en Radio PAUTA.  

El exdiputado DC Fuad Chahin (convencional del Colectivo del Apruebo y otro firmante del pacto de medianoche) cree que no se está desconociendo el acuerdo. “Lo que suscribimos fue solamente el piso, los mínimos comunes”, defiende. Y sostiene que era de público conocimiento que no había acuerdo en cuanto a las competencias e incidencias legislativas. “Esto será un bicameralismo asimétrico”, subraya Chahin.

¿Qué pasará ahora?

Los tres tiempos que se corren entre unicameralistas y bicameralistas son, en rigor, parte de una primera fase.

De partida, aún quedan cientos de indicaciones por votar -sí, cientos- en la comisión. Incluso trabajando a toda velocidad, es posible que no alcancen a terminar el sábado, por lo que la última sesión en particular de la instancia podría alargarse hasta el lunes 7 de marzo. Si fuese así, sería difícil que el Pleno alcance a votar la próxima semana, en general y en particular, el informe emanado. Por cierto, se evitaría de modo incidental que la Convención estuviera votando el destino del Parlamento -el cambio desde Cámara de Diputados a Congreso Plurinacional, y la eliminación del Senado con una incierta segunda cámara- el viernes 11 de marzo, justo para el cambio de mando presidencial y la instalación de la nueva legislatura.

Con todo, ya se está configurando un escenario para el día en que el Pleno sí revise el informe: dado que la mayoría de las indicaciones en la comisión referidas al nuevo sistema parlamentario han sido aprobadas por un mínimo margen, lo más probable es que no consigan los dos tercios del cuerpo completo de convencionales. La propuesta, entonces, deberá volver a la comisión de origen donde otro partido, con otros tiempos, comenzará a negociarse.