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El diseño de La Moneda para un fracaso

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Agencia Uno
POR Gladys Pierola |

El revés del Ejecutivo en el Senado -nuevamente con votos de Chile Vamos- no es la estocada final. El nuevo capítulo en la Cámara de Diputados podría tener consecuencias políticas mayores que la semana pasada.

La puesta en escena sería muy distinta a la de la semana pasada, básicamente porque el resultado en el Senado se sabía de antemano. El Gobierno tenía claro que perdería otra batalla para detener el avance del proyecto que permitiría el retiro de hasta el 10% desde los fondos previsionales y otra vez sería con votos oficialistas. “El resultado de esta votación ya está escrito. No vamos a tener sorpresas en ese sentido. Nos hubiese gustado que el debate hubiera sido mucho más profundo, mucho más reflexivo y entre todos construir una adecuada política pública”, dijo a media tarde el ministro de la Segpres, Claudio Alvarado, frente a los senadores.

Ya esa hora era de público conocimiento que cinco senadores de Chile Vamos –Iván Moreira (UDI), David Sandoval (UDI), José Miguel Durana (UDI), Manuel José Ossandón (RN) y Juan Castro (RN)- se sumarían a los 24 votos de oposición. Entre todos le propinarían otra derrota al Gobierno. Y lo hicieron en horario prime: con 29 votos a favor -dos tercios de los senadores-, 13 en contra y la abstención del RN Francisco Chahuán se aprobó el proyecto en general.

Como el escenario era predecible, unas horas antes de que comenzara la discusión en el Senado este miércoles 22 de julio pasadas las 14:15 horas, el Presidente Sebastián Piñera se reunió con parte de su Comité Político para evaluar el diseño y el despliegue. En la cita, ocurrida cerca de las 11:00 horas, se afinó una suerte de control de daños para una difícil jornada que continuará este jueves, cuando la moción vuelva a ser vista en tercer trámite en la Cámara de Diputados.

Así, quedó claro la defensiva: no habría vocería oficial en La Moneda; los ministros del Interior, Gonzalo Blumel, y de Hacienda, Ignacio Briones hablarían solo en el Congreso, después de Alvarado, y el Presidente tampoco esperaría en su oficina el resultado. Por el contrario, se retiró temprano del Palacio. Antes de las 17:00 horas el Mandatario partió camino a su casa. Según comentan en el Gobierno, lo hizo no solo para seguir desde allá el debate, sino también para avanzar en su discurso para la Cuenta Pública que deberá dar el próximo 31 de julio.

En las retinas de todos estaba, además, la imagen del Presidente en el segundo piso de La Moneda de aquel 8 de julio, cuando en su oficina anocheció el análisis en compañía de Blumel y del jefe de asesores, Cristián Larroulet.

El camino que llega al TC

Por reloj, a las 15:40 de este miércoles se selló el panorama del proyecto del 10%. A esa hora y luego de la intervención de Moreira y Ossandón se confirmó que la oposición tenía dos votos para llegar a los 26 y con ello, alcanzar el piso del cuórum requerido de 3/5. “El Senado ya ha tomado una decisión. No hay ninguna duda ni suspenso: la reforma será aprobada”, señaló a esa hora, evidentemente molesto, el senador de RN Andrés Allamand.

De hecho, en medio de recriminaciones cruzadas por los efectos institucionales de la propuesta, la última apuesta “simbólica” que trataron de dar los detractores del proyecto, y en especial el Gobierno, fue tratar de cambiar los cuórums y subirlo a 2/3, por las materias que se abarcaban: seguridad social e impuestos, dos áreas de iniciativa exclusiva del Ejecutivo.

Si bien desde La Moneda se sabía que no estarían los apoyos para cambiar en la Sala el cuórum que elevaba de 26 a 29 votos la barrera, igual hizo el punto y perdió. Por 29 a favor y 14 en contra (es decir, con el concurso de dos tercios de los senadores), los 3/5 se mantuvieron.

De todos modos, esa mayoría de 3/5 abre la puerta para que La Moneda o los parlamentarios de Chile Vamos lleguen al Tribunal Constitucional que en un primer cálculo tendría más chance que el veto presidencial. Un veto completo necesitaría 2/3 de ambas Cámaras para ser revertido, un escenario factible dada la rebelión en el oficialismo. Es cosa de mirar que el proyecto se aprobó por esos mismos 2/3 en el Senado y este jueves podría suceder lo mismo con los diputados, pues habría nuevos descolgados de la UDI y de RN –así lo advirtió el timonel de RN, Mario Desbordes, a Canal 13– y se podría llegar a ese mismo umbral, alcanzado el apoyo de los 103 parlamentarios.

Así, de ir al TC se daría una pelea más de formas, sobre cómo se tramitó el proyecto y no sobre el contenido mismo. El argumento es que no se cumplieron las reglas del juego y se usaron triquiñuelas o resquicios constitucionales, como insistieron los personeros oficialistas y también los ministros en el Congreso.

“Tenemos superclaro cuáles son las consecuencias de esto, pero no se puede descartar nada a priori“, dice un alto personero de La Moneda. Por ahora han perdido en la Cámara, la noche del miércoles 22 de julio en el Senado y se avecina otra derrota en el tercer trámite en la Cámara. Explica que, una vez terminado el trámite legislativo del proyecto de retiro del 10% previsional, será el tiempo del Ejecutivo. 

En ese minuto, la pelota quedará en las manos del Presidente.

La señal en el Senado

Durante el debate que duró más de 10 horas en el Senado solo algunos parlamentarios, como Allamand, Víctor Pérez (UDI) -quienes hicieron reserva constitucional- y la timonel de la UDI, Jacqueline Van Rysselberghe, deslizaron de manera más formal que el camino al Tribunal Constitucional estaba como una opción viable, a la cual podrían acudir con la firma de 11 senadores. 

Esgrimen como argumento que el proyecto en cuestión y sus indicaciones debían ser sometidos a un cuórum de 2/3 y no de 3/5, como aprobaron los legisladores. “Si se quiere legislar, tiene que hacerse a través de un camino correcto”, señaló la senadora por el Biobío. Sin embargo, la derrota del Gobierno en la Cámara Alta fue de 29 votos a favor de la iniciativa y esos apoyos equivalen a 2/3 en cualquier caso.

Al otro lado, legisladores de oposición pidieron Piñera no usar estas herramientas. “Vetar este proyecto o ir al TC es darles la espalda a miles de chilenos”, comentó la presidenta del Senado, Adriana Muñoz (PPD).

Aunque no fueron los únicos. Incluso, Iván Moreira le “imploró” al Mandatario “no cometer ese error” y el Desbordes advirtió que acudir al TC podría dañar aun más a una coalición oficialista ya trizada: después de todo, fueron cinco los senadores del sector (tres UDI y dos RN) quienes se unieron a la embestida del bloque opositor.

Las heridas de Chile Vamos

“Sabemos que es una excusa para otros propósitos, ya sea para causarle una derrota política al Gobierno, ya sea para debilitar la Constitución, para terminar con el actual sistema previsional o para buscar una forzosa unidad en la oposición”, dijo el ministro Blumel minutos antes de la votación. 

A esa hora poco se podía hacer más que punto político con la centroizquierda y agitar un poco más las aguas. Las heridas del oficialismo habían sido expuestas durante todo el día en el Senado y las del Comité Político también. Entre los descolgados y los alineados con el Gobierno hubo constantes críticas. De hecho, la sorpresiva abstención Chahuán fue en “protesta”, según dijo, a la renuncia del Gobierno en el debate y su falta de conducción política. Los “brazos caídos” como lo denominaron en la oposición. 

La tensión no quedó ahí. El senador Allamand apuntó sus críticas más duras a Desbordes y también al alcalde de Las Condes y presidenciable UDI, Joaquín Lavín

“No se me escapa que algunos de los nuestros darán los votos decisivos para que la reforma avance, que fue el propio presidente de Renovación Nacional quien abrió una puerta que luego no fue capaz de cerrar, aunque paradojalmente se haya abstenido; es decir, rechazado el proyecto en la votación correspondiente, y que la principal carta presidencial de la centroderecha se haya transformado bruscamente en un entusiasta de la idea”, dijo Allamand. 

Los tres senadores UDI descolgados justificaron una y otra vez sus razones, aunque de todas maneras serán pasados al Tribunal Supremo del partido, tal como ocurrió con los diputados que apoyaron la inciativa. “Podrán sacarme de la UDI, pero no podrán sacar la UDI de mi corazón”, señaló Moreira, quien al igual que su hermano el diputado Cristhian Moreira, serían parte los sancionados.

Pero la derrota de este miércoles también tuvo otra discusión. El futuro del círculo de hierro del Presidente y, en especial, la continuidad del ministro del Interior, quien ha estado bajo la lupa principalmente por no poder ordenar las filas internas. En La Moneda aseguran que antes de que termine la tramitación de este polémico proyecto no habría novedades. El después es otra cosa. Si la tramitación se cierra este jueves en la Cámara, la presión para tener un nuevo ajuste al corazón del Gobierno quedaría sobre la mesa: ya el viernes cuenta como una oportunidad. 

¿Un cambio de gabinete cambiaría el ánimo interno? Algunos dicen que sí, en especial en la UDI. Pero en la práctica no garantiza el éxito, ante la falta de elenco. El canciller Teodoro Ribera, la alcaldesa Evelyn Matthei o el titular de Defensa, Alberto Espina, son algunos nombres de tonelaje político que rondan en el oficialismo.

La oposición en una misma orilla

En la oposición varios dijeron que la votación de este miércoles en el Senado fue “histórico”. El adjetivo en cuestión está archigastado, pero fue usado de cualquier forma: no solo por resultado, sino también porque la centroizquierda, desde la DC al Partido Comunista y el Frente Amplio, como pocas veces votó completamente alineada. 

“El Gobierno optó por la confrontación”, comentó el senador PS Carlos Montes en una frase que repitieron varios de sus colegas. 

En el bloque opositor algunos insistieron que si bien el proyecto del “10%” no es del todo bueno, era una solución ante la tardanza del Estado. Dichos y acusaciones que cayeron pésimo a los ministros presentes y rebatieron con reflejo pavloviano. 

Otros senadores explicitaron qué buscan: el primer paso concreto para cambiar el sistema de pensiones. 

“Este es el principio del fin de las AFP”, señaló el senador de RD, Juan Ignacio Latorre. Ese legislador fue el responsable de reponer la indicación sobre la creación de un fondo solidario para restituir los saldos retirados y que la semana pasada se rechazó en la Cámara por no lograr el cuórum necesario. Y en el Senado, tampoco lo logró y también fue desechado: siete senadores votaron a favor, 25 en contra y 10 se abstuvieron.

Este punto, era clave para el FA, pero para el resto de la oposición abría la puerta a la discusión de los cuórums, porque el Fondo Colectivo Solidario de Pensiones sí irroga directamente gastos al Fisco. Esto, además, habría forzado a una comisión mixta, alargando el trámite legislativo del proyecto.