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El acuerdo previsional retorna a la Cámara de Diputados

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Agencia Uno
POR Maria Catalina |

Con votos PS y DC, la Comisión de Trabajo aprobó la creación del Consejo Administrador de los Seguros Sociales, entidad que administrará el 4% de cotización adicional.

En Convergencia Progresista (PS, PPD y PR) esperaban un gesto del Gobierno: el retiro de la urgencia al proyecto de ley de Reforma Previsional. Pero el “gesto” llegó de la mano de las indicaciones que prometió el Ejecutivo. Como sostuvo el ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, buscando generar “acuerdos lo más amplios posibles”, decidieron acoger los planteamientos socialistas, comprometiendo mejoras al proyecto. “Es urgente hacer una reforma en materia de pensiones”, argumentó.

Con todo ello sobre la mesa, la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados continuó este jueves la votación en particular de la iniciativa.

Según explicó Monckeberg en la sesión, unas nuevas indicaciones -que serían ingresadas en la Comisión de Hacienda- detallarán cómo el ahora Consejo Adiministrador de los Seguros Sociales (CASS), entidad que administra el 4% de cotización adicional y los seguros sociales, realizará las inversiones y profundizará el aspecto solidario del sistema a través de nuevos seguros.

Además, la autoridad dijo que también se corregirá la fuente de financiamiento del CASS para que sea excusivamente de cargo fiscal y no, como señala la última indicación del Ejecutivo, de cargo de los fondos constituidos por las cotizaciones adicionales. 

Con ello, Monckeberg logró cambiar la postura que hasta la noche del miércoles algunos diputados opositores habían manifestado: tras una jornada que había estado marcada por acuerdos inconclusos entre Convergencia Progresista y el Gobierno, los diputados habían anunciado que votarían, en bloque, en contra de la propuesta.

El único diputado socialista en la Comisión de Trabajo, Gastón Saavedra, votó a favor, lo que sorprendió a varios presentes en la sala. Tucapel Jiménez (PPD) se abstuvo, pero solo porque espera ver primero que las mencionadas indicaciones se materialicen, y advirtió que en Sala su voto, de todas formas, puede variar. 

Reproches cruzados

La sesión partió marcada por el debate en torno al nuevo Comité de Educación Previsional y luego sobre la injerencia que tendrán las Administradoras de Fondo de Pensiones. La mayoría de los diputados de la ex Nueva Mayoría que integran la instancia aprovecharon de recordarles a los ministros presentes que negociaron con un sector “privilegiado” de la oposición: la Democracia Cristiana.

El ministro Monckeberg respondió que intentaron llegar a acuerdos, “en función de la urgencia que esta reforma requiere”, que “agotaron” las instancias de diálogo y que no quedó jefe de bancada o partido por consultar. 

El diputado Gabriel Silber (DC) hizo alusión a las críticas de las que fue blanco por intentar aunar posiciones con el Ejecutivo. Insistió en que buscaban ser una alternativa para generar el cambio, ya que una reforma como esta no podía esperar tres años más. 

Comentó que esto “no es un gallito” sobre quién logra más. Incluso, se dio el tiempo de citar a la conocida cantante Shakira al aludir con uno de sus temas a quienes lo cuestionaron: “Nadie puede vivir con tanto veneno”.

Desde el oficialismo, los parlamentarios Patricio Melero (UDI) y Francisco Eguiguren (RN) reprocharon la “mezquindad” de algunos de sus pares de izquierda. Enfatizaron que el Gobierno está haciendo un esfuerzo histórico por mejorar las pensiones de los chilenos.

El costo de ceder

Desde el Gobierno valoraron el apoyo de la DC y del PS, pues como dijo el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, “hoy se ha aprobado un punto fundamental de la propuesta que ha hecho el Ejecutivo”.

Larraín manifestó que el Gobierno también ha cedido y que, por lo demás, “esto significa un costo adicional, durante el año 2020, de US$ 100 millones, aproximadamente, respecto del proyecto original. Pero creemos que es importante que podamos llevarle mejores pensiones a nuestros compatriotas, especialmente, a los más vulnerables, a los de clase media a partir del 1 de enero. Por eso hemos hecho este esfuerzo adicional en recursos público y, también, de conversar con la oposición”.

Al respecto, el diputado Guillermo Ramírez (UDI), indicó que “este es un acuerdo que no es fácil para nadie. No es fácil para la DC, no es fácil para el PS y tampoco es fácil para Chile Vamos. En este acuerdo todos tuvimos que ceder. En nuestro caso tuvimos que ceder en la creación de un ente público que no queríamos”.

Las tensiones que dejó el debate

Aunque en algunas materias hay acuerdo, en la oposición algo que no cuaja. Hay intentos por acercarse, por negociar, pero luego todo queda en nada. Eso, justamente, fue lo que ocurrió con el acuerdo al que intentaron arribar en materia previsional.

A pesar de que los partidos de la ex Concertación habían aprovechado el interferiado y feriado del 16 de julio para acercar posturas y agilizar el debate, todo se diluyó. Solo faltaba que explicaran a la ciudadanía los alcances del pacto, pero “el apuro de la Democracia Cristiana“, como indicaron desde el PPD y del PS, terminó entrampando el asunto.

Dicha descoordinación, de paso, marca la antesala de uno de los hitos con que Convergencia Progresista busca revitalizarse. Como adelantó PAUTA, el PS, PPD y PR se reunirán para fijar una postura común en materia previsional, darle un nuevo impulso a la alicaída alianza y así enfrentar el debate en la comisión de Hacienda y en Sala.

Cada partido tiene una propuesta en individual, pero hace semanas que los equipos técnicos vienen trabajando para unificar un documento. Si luego de eso la DC decide sumarse, las puertas están abiertas, dicen desde Convergencia.

La cita está programada para el lunes 22 de julio y se espera que asistan los presidentes nacionales de cada colectividad, los respectivos jefes de bancada y los diputados integrantes de la Comisión de Trabajo.

La compleja dispersión

Los efectos de que el pacto entre la DC, el PS, PPD y PR no se materializara marcaron la jornada parlamentaria del miércoles 17 de julio. Todos tenían algo que decir, por lo que hay varias teorías que buscan explicar qué sucedió. Que la DC se adelantó, que se arrepintieron, que algunos no quisieron salir negociando con el Gobierno, o que simplemente el convenio nunca existió.

La explicación que tiene más peso es que el diputado Silber no cumplió con los tiempos concordados. Si bien habrían logrado mínimos comunes, se suponía, como explicaron diferentes fuentes, que no lo anunciarían hasta que el Gobierno ingresara formalmente las indicaciones y estas fueran revisadas en forma detallada.

Debido al supuesto incumplimiento, uno a uno los parlamentarios salieron a desconocer los avances. “Es imposible que tengamos acuerdo sobre algo que desconocemos […] Esa convocatoria estaba concordada con el diputado Gabriel Silber, considerando que previo a esa hora íbamos a tener el contenido final de las indicaciones. Obviamente si [el Gobierno] recogía los planteamientos, íbamos a tener una opinión favorable”, dijo el jefe de la bancada socialista, Manuel Monsalve.

Desde el PPD, el diputado Tucapel Jiménez manifestó: “Me parece responsable que si el Gobierno tiene un acuerdo con la DC que lo diga abiertamente. Conmigo no ha conversado nadie. Conversé con el presidente del partido, y tampoco; así que todo lo que ha ocurrido acá es sumamente extraño”.

Esas declaraciones marcaron la tónica de la jornada. Si bien Silber había manifestado interés por retomar las negociaciones con sus pares de oposición, eso no ocurrió. No fue invitado a la reunión que sostuvieron los parlamentarios de Convergencia Progresista, ni a la que convocó la presidenta de la Comisión de Trabajo, diputada Gael Yeomans (CS).