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Javier Sajuria: “Tendremos una subrepresentación de los conglomerados de izquierda”

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Javier Sajuria
POR Cecilia Andrea |

El académico estima que la lista Vamos por Chile podría alcanzar un 45% de los votos en la Convención Constitucional.

Buenos resultados para la derecha, una oposición subrepresentada e independientes “muy subrepresentados”. Esas son las conclusiones que Javier Sajuria, profesor de la Queen Mary University of London y director de Espacio Público, entrega a PAUTA a partir del análisis de los datos previos a las elecciones de este fin de semana.

La clave del ordenamiento político posterior estará dada por los resultados de los concejales y los convencionales, según explica el doctor en ciencia política. Pero ojo, los independientes podrían generar una “distorsión técnica” importante y afectar seriamente los números que entreguen estos comicios, sobre todo para la Lista del Apruebo y Apruebo Dignidad.

Quiénes concentrarán el poder

-¿Los resultados de qué elección pueden terminar configurando la distribución del poder de los partidos en el próximo tiempo? 

“La de concejales y la de convencionales. La de los concejales porque históricamente ha sido la que los partidos han mirado para determinar su poder, porque usa un sistema proporcional, entonces es una buena señal de cómo están las fuerzas y la correlación hacia adelante. Ahora, hay que acordarse también de que normalmente esta elección ocurre un año antes de la presidencial; ahora solo seis meses: entonces, también la influencia de cualquiera de las cuatro elecciones será más inmediata. La de convencionales, por razones obvias, pareciera ser una elección que tendrá ciertas consecuencias, particularmente porque la conformación de la lista de la oposición hace mucho sentido en términos de cómo se están configurando las listas de las candidaturas presidenciales en las futuras primarias. De cierta forma esa elección, en términos de cómo se configuraron las listas de la oposición, pudiera ser razonable mirarla sobre todo considerando la decisión que tienen que tomar los dos días siguientes respecto a la primaria presidencial”.

“Uno podría quedarse hasta ahí y hace sentido, pero están los independientes, que van a significar una distorsión en términos técnicos. No vas a poder saber realmente los poderíos de los partidos políticos o la falta de poder porque los independientes, sobre todo en la oposición, van a generar ruido o cambios respecto a lo que uno podría estimar cuando hay solo una oferta de los partidos políticos”.

 -¿Cómo va a afectar este boom de independientes a lo que pase el fin de semana? 

“Lo que puede ocurrir es que los independientes obtengan un porcentaje no irrelevante de votos a costa de la oposición, a costa de la Lista del Apruebo y Apruebo Dignidad. En general los independientes están en ese sector, salvo la lista de Mariana Aylwin, que uno podría decir que es otra lista de la derecha. Tendrán a nivel nacional una votación no insignificante, entre nueve puntos y ocho puntos, pero mi impresión es que no serán lo suficientemente altas en distritos específicos como para poder obtener una representación equivalente en escaños. Quedarán muy subrepresentados, con varias consecuencias: primero la frustración de los votantes, porque el sistema impedirá que salgan electos. Lo segundo es que disminuirán la votación de las listas de los partidos de la oposición, entonces generará una subrepresentación de esas listas que va a favorecer a la derecha”.

¿Y cómo vislumbra el rol que tengan durante la Convención Constitucional? 

“El cómo van a afectar la el desarrollo de la Convención Constitucional va a depender de qué tan grande o qué tanta es la distancia entre el tercio y los escaños de la derecha. Si la derecha está cinco o seis escaños por encima del tercio, cada voto va a contar mucho más, habrá un ejercicio mucho más de uno a uno, de pirquineo de votos, y van a tener un poder relativo más fuerte. Si la derecha está muy por encima del tercio y por lo tanto pueden aguantar una cantidad indeterminada de díscolos, para los independientes hay menos poder relativo”.

-Y sobre el panorama general, ¿cómo debería mirar uno los resultados del domingo en la elección de constituyentes? 

“Lo que uno podría anticipar a partir de cómo se ha comportado el electorado en las elecciones parlamentarias de 2017, que son las más similares en este sistema, y las de 2013, que también podría ser similar, es que vamos a tener una derecha sobrerrepresentada. Es decir, que el porcentaje de escaños que obtengan va a ser mayor que el porcentaje de votos y que probablemente tendremos una subrepresentación de los conglomerados de izquierda y, como dije antes, una absoluta subrepresentación de los independientes. Probablemente tengamos muy pocos independientes, no me refiero a los que están dentro de listas, sino a las candidaturas independientes o a listas independientes. Me extrañaría mucho que la derecha no obtuviera el tercio de los votos, no me extrañaría tanto si estuvieran cerca del 45%, que es alto, pero solo por el hecho de que van en lista única y que supieron aprovechar mejor el sistema”.

Los ganadores y el Frente Amplio

-¿Es posible proyectar qué sector puede ser el ganador de este fin de semana?

“Hace dos semanas yo estaba superconfiado en que a la derecha le iba a ir muy bien por la estrategia electoral que habían tenido. Ahora no sé qué tanto le puede pegar al sector la muy mala evaluación del Gobierno. El hecho de que el ministro Jaime Bellolio haya salido diciendo que ‘por favor no tomen esto como un plebiscito sobre el Gobierno’ en el fondo refleja que, en la medida en que el electorado tome esto como un plebiscito sobre la derecha, puede ser que estas proyecciones que tenía en la cabeza no se consigan, porque la gente terminó castigándolos. Pero eso también implica que la gente que terminó castigandolos votó por alguna de las listas que tiene más posibilidades, como Apruebo Dignidad o la Lista del Apruebo. Son dos supuestos que tienen que ocurrir de forma conjunta, pero creo que con cierta seguridad uno podría afirmar que vamos a tener una derecha sobrerrepresentada y eso les debería dar a ellos la oportunidad de celebrar. También se ha dicho que es esperable que a Apruebo Dignidad le vaya mejor que lo que le fue al Frente Amplio antes. Ahora, hay que recordar que el Frente Amplio sacó 20 diputados en elección de 2017 y además el PC sacó 8 diputados; o sea, cualquier resultado alrededor de ese número es básicamente una mantención de lo que tenían en su momento”.

-En una columna en diciembre planteaba que parte de los adherentes más moderados del Frente Amplio habían quedado huérfanos. ¿Puede eso verse reflejado en el respaldo que reciba la lista de Apruebo Dignidad? 

“No estoy tan seguro. Una de las gracias que tienen las listas electorales es que uno no necesariamente tiene que estar de acuerdo con toda la lista para votar por la candidatura. Hablar de un electorado del Frente Amplio como si fuera propio hace poco sentido, de hecho yo creo que uno de los problemas del Frente Amplio es que efectivamente no ha construido electorado; ha construido bases, pero no electorado. Y hasta por ahí ha construido bases. Entonces, hay una parte del electorado que votó por Beatriz Sánchez y por candidaturas del FA en 2017 que históricamente han votado por la Concertación y que se sintieron defraudados, y creo que muchas de esas personas van a encontrar en la Lista del Apruebo espacios, porque hay candidaturas nuevas, porque parte del FA se fue para allá. Hay otro porcentaje del electorado del Frente Amplio que es históricamente de izquierda, se va a sentir cómodo con Apruebo Dignidad y van a seguir ahí; y está el del PC, que no es mayoritario pero es fiel y consistente y eso se va a expresar. La clave es entender que no existe un electorado que sea del FA, porque el FA nunca consolidó un electorado. De hecho, rápidamente después de salir electos se han ido desperdigando en el paso de los años“.

La presidencial y los gobernadores regionales

-¿Cómo se ve el día siguiente a esta elección, con la inscripción a la primaria presidencial a solo horas de conocer los resultados?

“Es una pregunta abierta, porque históricamente esta discusión se daba cuatro o cinco meses después de las elecciones municipales, entonces ya había un indicador duro que permitía saber cómo estaban paradas las fuerzas electorales en mira de las elecciones presidenciales. Hoy día no tenemos ese indicador. Si nosotros miramos hacia la derecha, ahí está más o menos claro, ellos hablan de una sola primaria y la pregunta es si José Antonio Kast se va a lanzar o no, pero más allá de eso está claro que van a salir con una candidatura de los partidos de Gobierno. Además tienen al menos dos candidatos, Joaquín Lavín y Sebastián Sichel o Evelyn Matthei, en buenas posiciones, por lo tanto yo no veo que haya mucho conflicto por ese lado. Tendrán primarias, generarán roces como todas las primarias, y van a salir con una candidatura única con la cual van a seguir adelante. Será poco traumático”.

-En el caso de la oposición parece todo lo contrario…

“Ahí será mucho más difícil, porque tienen problemas de coordinación grande y no tienen claridad respecto de las fuerzas de cada partido. Todos los candidatos están marcando cuatro puntos en las encuestas. En términos de lo que sería la centroizquierda, o la ex Nueva Mayoría más todos los agregados, lo que tienen hoy día es que tiene a cuatro a cinco candidaturas empatadas y, por lo tanto, la única forma que van a tener para resolver esa pregunta será precisamente viendo cómo les fue en las elecciones. Y ahí yo creo que van a tomar todas las elecciones juntas, particularmente las de concejales y las de convencionales”.

-Hace un par de semanas Catalina Parot decía que si Chile Vamos perdía la Gobernación Metropolitana, estaban en un problema para la presidencial. ¿La elección de los gobernadores regionales pueden tener alguna relación con la presidencial más adelante?

“No creo. Por el sistema electoral hay una probabilidad muy alta de que gran parte de las regiones, si no todas, sean obtenidas por la oposición. Hay que recordar que la oposición como conglomerado siempre tiene un voto de un 45% o más y en el fondo la fluctuación en la presidencial para llegar a más del 50% en la segunda vuelta, está dada por la capacidad de movilizar votantes. Por tanto, hay un voto más o menos duro de oposición que está cerca del 45%, y lo que va a lograr es automáticamente ganar esas elecciones, porque aquí se ganan con el 40% y si dos o más candidaturas llegan al 40% se va a segunda vuelta, o si ninguna llega a 40%, se va a segunda vuelta. En el caso de la RM creo que es un caso bien particular, porque Parot a pesar de haber sido ministra no tiene una trayectoria política grande y tampoco está la sensación de que haya entrado a esta competencia decididamente por ganar. Hubiera sido distinto por ejemplo si hubiera sido Karla Rubilar, que hizo carrera como intendenta, pero decidió terminar su carrera en el Gabinete. Si ella hubiera sido la candidata quizás ahora sería distinto, porque tuvo un rol muy activo como intendenta en deshacer muchas de las cosas que hizo Claudio Orrego como intendente. Por otra parte, Orrego lleva como 10 años esperando esto. Él ha soñado con ser esto y ha trabajado un montón, entonces ahí hay una posibilidad bien factible de lograrlo”.

-¿Y el factor Pamela Jiles y Pablo Maltés? 

“Al menos un 40% de quienes dicen votar por Pamela Jiles votarían por un candidato de la derecha en segunda opción. Podríamos hacer el mismo parámetro con Pablo Maltés y por lo tanto lo que estamos viendo es que Maltés puede que le esté quitando algunos votos a la oposición, probablemente a Karina Oliva, pero también le está quitando votos a Parot. Entonces en ese sentido esa candidatura genera un fenómeno que distorsiona mucho esta mirada presidencial“.