Actualidad

El juicio parlamentario a la nueva conducta policial de marzo

Imagen principal
Agencia Uno
POR Cecilia Andrea |

“No veo a nuestros policías con ningún despliegue nuevo, ningún tipo de diálogo, con ningún tipo de inteligencia”, dice el diputado Miguel Ángel Calisto.

Un verano de capacitaciones en derechos humanos, nuevas herramientas, nuevo equipamiento y cursos de “técnicas de diálogo con manifestantes”. Durante el periodo que coincidió con las vacaciones de la mayoría de los chilenos, Carabineros estudiaba para hacer frente al retorno de las manifestaciones en marzo. Sin embargo, terminaba la primera semana del mes cuando arrancó un cuestionamiento mayor: una imágenes viralizadas por redes sociales mostraron a un oficial golpeando a un adulto mayor, Patricio Bao (69 años), en el contexto de incidentes en una manifestación.

“En la reacción del funcionario al proceder a detener a esta persona se observa que hay un uso excesivo de la fuerza”, declaró la mañana del martes el ministro del Interior, Gonzalo Blumel. En esa misma línea comentó el ministro de Justicia, Hernán Larraín, quien en entrevista con 24 Horas dijo que le pareció “un acto brutal”.

El nuevo despliegue

El primer martes del mes fue noticia la aprehensión de 44 personas identificadas como de la “primera línea”. Un hecho inédito desde el 18 de octubre, que Blumel destacó como “un despliegue distinto, con una estrategia mucho más eficaz”. Esto en la línea de aislar a los violentos de las marchas, en una tesis que desde Interior habían denominado como “Yo te cuido y te protejo en las manifestaciones”.

“Desde el 18 de octubre el Gobierno ha anunciado cursos de capacitación, mejoras en los elementos con que cuentan las policías en materia de orden público […] Yo estuve el viernes pasado en Plaza Italia, con vecinos que viven en el sector de Ramón Corvalán y evidentemente ahí, con la guerra campal que se ve, podríamos concluir que no están siendo efectivas las fuerzas que combaten el orden público”, dice a PAUTA el diputado Jorge Alessandri (UDI), miembro de la Comisión de Seguridad Ciudadana. “Pero la violencia de las personas es realmente impresionante: fuego, objetos contundentes que se lanzan, barricadas, saqueos, todo a pasos de la Alameda”, describe.

“Es una tarea difícil la que tiene Carabineros. Creo que todas las mejoras sirven, tanto de elementos, de camiones lanzaaguas, de mejor legislación. Es un problema que no tiene una única solución”, agrega Alessandri.

Otra postura tiene el diputado Miguel Ángel Calisto (DC), presidente de la misma comisión. “Lamentablemente no veo a nuestros policías con ningún despliegue nuevo, ningún tipo de diálogo, con ningún tipo de inteligencia, con tecnología. No los veo aplicando procedimientos nuevos para detener a las personas que están en los desmanes. Los veo en la actitud de los últimos meses: en la violencia, de combatir la violencia con más violencia”, critica Calisto en conversación con este medio.

Con las imágenes difundidas durante el lunes, el exceso de fuerza por parte de la institución fue nuevamente debatido.

Carabineros, de hecho, salió a justificar su acción.

Además de las definiciones del propio Blumel y del titular de la cartera de Justicia, el diputado Mario Desbordes (RN) coincidió en un punto. “En lo que uno aprecia en los videos es evidente que de un lado hay maltrato a un carabinero en servicio, así que es complejo hablar de un ‘ancianito agredido’. Hay que investigar si hay sanciones. Del otro, creo que Carabineros se sale del marco legal que le permite el uso racional de la fuerza. Este es una herramienta, un privilegio, que se les concede y que debe ser utilizado con muchísimo cudiado y criterio”, añade Desbordes.

“Hay que evitar el contacto de las policías con los grupos que están dispuestos a ejercer la violencia, hay que condenar la violencia con mucha fuerza. No hay duda de que los carabineros tienen que actuar con la misma vara con respecto a los violentos de lado y lado”, subraya.

La acusación contra Blumel bajo análisis

La semana pasada, la presidenta de Revolución Democrática, Catalina Pérez, anunció que estaban trabajando en impulsar una acusación constitucional contra el ministro del Interior. En ese entonces, los partidos más grandes de la oposición se desmarcaron del aviso: ni el PS, ni la DC o el PPD estaban dispuestos a entregar los votos.

Este martes, a partir de las imágenes del episodio con Patricio Bao, la intención de acusar a Blumel resurgió. Representantes de todas las bancadas de la oposición comentaron que estaban dispuestos a analizar un nuevo líbelo acusatorio.

“Más que evitar que se presente una acusación contra él, lo que está haciendo es estimular y llamar a los diputados a que presenten esta acusación. El ministro no está ayudando en nada para evitar la acusación constitucional. En algún momento dijimos que no estábamos disponibles, pero pareciera ser que el ministro quiere que se la presentemos”, declaró el diputado socialista Jaime Naranjo.

“Creemos que hoy día no están absolutamente todas las condiciones, pero esto va cambiando rápidamente y estamos reflexionando en aquello”, dijo el diputado PPD Ricardo Celis. En entrevista con Pauta en Desarrollo, de Radio PAUTA, dijo que deben cumplirse tres condiciones para avanzar en esa dirección: los “méritos”, que a su juicio se cumplen; la “fuerza política”, que evite que se trate de una acción meramente testimonial, y la “oportunidad”, que hace que ahora se complican dados los tiempos con el proceso plebiscitario.

La DC, por otra parte, no solo cuestiona a Blumel, sino incluso advierte con acudir a instancias internacionales, como expresó el jefe de la bancada de diputados, Gabriel Ascencio.

Si avanzara, este sería el cuarto libelo acusatorio impulsado desde el estallido de octubre. El primero terminó aprobándose en contra de Andrés Chadwick, predecesor de BLumel y quien ya llevaba tiempo fuera del Gabinete. También fueron sometidos a procedimientos similares, sin éxito, el intendente Felipe Guevara y el Presidente Sebastián Piñera.

En cualquier caso, buena parte de la oposición tiene otro objetivo más próximo (y sostenido desde hace tiempo): la salida del general director de Carabineros, Mario Rozas.