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El “veranito de San Juan” que beneficia el lento arribo del ministro Delgado

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Agencia Uno
POR Cecilia Andrea |

Un periodo positivo para Chile Vamos ha sacado del primer plano político al exalcalde de Estación Central.

En el Congreso no lo han visto. A lo más, unas dos veces. Y en la UDI algunos se lo recriminan: Rodrigo Delgado, el ministro del Interior, de su partido, aún no les ha concedido una reunión a los senadores de la bancada. Con Víctor Pérez, dicen en el Senado, las citas eran casi de índole personal; con Gonzalo Blumel, similar. Pero es otro estilo, otro carácter, y otra la experiencia. Ya ha pasado un mes y medio desde que el exalcalde de Estación Central desembarcó en La Moneda y el diagnóstico inicial es más o menos el mismo entre los consultados.

Lo echaron de menos en la tramitación de la Ley de Migraciones, en el debate por los escaños reservados y tampoco se apareció en el segundo retiro del 10%. Dicen que no se ha puesto el “poncho” del jefe de Gabinete y desde su partido critican que no haya un diseño ministerial, un mensaje en conjunto entre las distintas carteras. Sobre eso, dos posturas: unos extrañan el rol que ejercía Andrés Chadwick. Otros plantean que con el Presidente Sebastián Piñera y su personalidad a la cabeza, de cualquier forma es difícil ser el primus inter pares.

Lo ha hecho “bien”, dicen escuetamente en los partidos de su coalición. Le falta tiempo para adaptarse, agregan de inmediato. Pero en Chile Vamos explican que lo que le ha faltado no ha sido tan notorio porque lo envuelve un contexto inusualmente positivo para el bloque: una serie de victorias en el Congreso, trabajo mancomunado para los desafíos electorales por venir, una oposición fracturada y un tema nacional que ocupa mucho más el tiempo que la polémica pequeña. El Covid y las vacunas se han engullido toda la agenda.

El “veranito de San Juan”

En su partido reconocen que con Chadwick era distinto. Algunos lo añoran aún. Pero también recuerdan que con Blumel, pese a que la personalidad era diametralmente opuesta, también era distinto. En Renovación Nacional hacen una lectura en privado: Pérez no tuvo y Delgado no tiene capa de jefe de Gabinete, tal vez por la débil relación previa con Piñera. Chadwick y Blumel habían sido escogidos casi a mano por el Presidente. “Pérez y Delgado parecen más lo que le quedaba a la UDI”, observa una fuente de ese partido.

Los que lo defienden en la UDI comentan que a Blumel también le decían lo mismo cuando llegó a la Segpres. Y que su desempeño en Interior tenía que ver con su experiencia en el Gabinete.

“Uno no puede estar comparando porque las circunstancias en el ejercicio de los cargos son distintos. Las características personales son diferentes, por lo tanto cada cual impone su impronta, su ritmo y los objetivos que quiere lograr”, comenta a PAUTA el exministro y senador Claudio Alvarado.

Pero si hay una visión que comparten en los cuatro partidos, es que el rol que cumpla o no Delgado en estos momentos no es tan relevante. Dicen en el oficialismo que están viviendo un momento mucho más tranquilo, pues a los antecesores del exalcalde les tocó un periodo de conflictividad mucho más alta, tanto a nivel coalición como a nivel país. Hoy en Chile Vamos se jactan de haber mantenido la presidencia de la Cámara de Diputados; de haber logrado una intervención concreta en el segundo retiro del 10% y de un preacuerdo municipal limpio, que una fragmentada oposición no ha podido igualar. Un “veranito de San Juan”, dicen desde Evópoli. 

“Necesitábamos aire”, agregan desde esa misma colectividad. Y el contexto se los ha dado. No solo a los partidos, sino también a Delgado, para que mientras temas como la pandemia y las vacunas preocupan a nivel nacional, él tenga el tiempo suficiente para adaptarse y lograr ese perfil. La incógnita es si tendrá el tiempo suficiente para hacerlo. Su cargo vence en marzo de 2022, pero teniendo en cuenta lo que ocurrió con sus antecesores nada garantiza que no pudiera dejar la sede de Gobierno antes. Otros se preguntan directamente si algún día será capaz de tener esa impronta. En el Comité Político dicen que nunca esperaron que fuera un Chadwick. Y que esa diferencia le da valor a Delgado.

“Creo que tiene un estilo distinto a los ministros anteriores y eso es básicamente porque viene de un mundo diferente. Le falta tiempo aún para asentarse como ministro y como jefe de Gabinete, como líder de la agenda política. Eso evidentemente se lo dará el tiempo, y creo que tiene una sensibilidad distinta que puede aportar quizás a acciones distintas.  Esa prestancia que tenían otros ministros, creo que hay que activarla lo más rápido posible”, comenta a este medio el jefe de bancada de RN, Sebastián Torrealba.

Un problema ¿de diseño?

Tal vez, plantean en el oficialismo, es un tema de diseño. Algunos sustentan esa tesis argumentando que a Delgado no se le puede pedir lo mismo que a sus predecesores, porque el contexto es distinto y él viene de un ámbito diferente. Y que entonces, donde tiene que estar no es en el Parlamento ni alineando al Gabinete, sino conectado con la gente y de lleno en la modernización de Carabineros, un desafío que él mismo reconoce que quiere dejar avanzado al terminar su gestión. 

“Del ministro Delgado yo no esperaría lo mismo que de otros ministros del Interior, porque estamos en una situación diferente y creo que lo que se le pide también es diferente. Tiene una lógica de cercanía, adecuada a los momentos que se están viviendo, estos no son cargos que se ejercen siempre de la misma manera. Habrá otros momentos para que uno pueda volver a un tipo de Ministerio del Interior más tradicional o clásico, creo que hoy se está haciendo otro tipo de ministerio, uno más cercano, más vinculado a la realidad” comenta a PAUTA el senador Juan Antonio Coloma.

Pero si no está él dirigiendo, entonces quién. En Chile Vamos ven supliendo ese vacío en lo político a los ministros Jaime Bellolio y Cristián Monckeberg. Como grupo hoy juegan “bien”, no de memoria. Con Pérez tampoco, en todo caso, pero en el círculo de hierro del Presidente destacan que Delgado es mucho más abierto que Pérez. No hay ningún diseño, insisten por ahí, aunque sea cierto que el nuevo inquilino de Interior esté centrado en el eje de seguridad. Lo demás es trabajo en equipo, repiten en La Moneda.

Para lo que le falta adquirir aún, aseguran que tiene espacio y sacan a colación su nexo con lo municipal y su capacidad de tender puentes.

Lo ha estado intentando. “Habló con quienes tiene que hablar”, repite un senador oficialista. Para quienes lo aprecian más, es realmente una cuestión de tiempo, y en su entorno transmiten que la crítica de que no tenía los lazos armados era obvia. En eso ha estado trabajando: cuando llegó, le presentó a los partidos del bloque una propuesta de “nuevo trato” que consideraba reuniones periódicas y bilaterales para mantener la comunicación fluida.

Si bien se ha encontrado con algunos de los dirigentes por separado, no han vuelto a verse todos juntos, aunque de acuerdo con lo que comentan en el bloque, tanto él como su jefe de gabinete Gonzalo Herrera están constantemente involucrados. Según anticipan en la coalición, recién la próxima semana podría haber novedades, pues el ministro había estado sosteniendo citas también con dirigentes de la oposición.

“No creemos que le falte carácter. Por el contrario, hemos visto que ha podido otorgar unos nuevos aires a Interior. También estamos a la espera de que pronto comience a funcionar, de manera regular, las diversas instancias de diálogo y trabajo entre los partidos y el propio Gobierno. Hasta ahora, desde el PRI, consideramos positiva su llegada a La Moneda”, dice a PAUTA el presidente del PRI, Rodrigo Caramori.

En las últimas semanas desde Interior han transmitido que, en cuanto a Chile Vamos, Delgado tiene dos objetivos más o menos concretos: trabajar en una idea, un “concepto” fuerte que una al bloque y a los candidatos que deben presentar para el 11 de enero, y avanzar en un proyecto que los partidos oficialistas le exigen hace tiempo al Ejecutivo: una defensoría de víctimas.