Mi Constitución en 60 palabras: ¿Mantener la autonomía del Banco Central?
Para los candidatos consultados del distrito 18 (Maule sur), la autonomía del Banco Central es fundamental.
El capítulo XIII de la Constitución parte con el Banco Central. El artículo 108 es el que define que existirá un “organismo autónomo, con patrimonio propio, de carácter técnico, denominado Banco Central, cuya composición, organización, funciones y atribuciones determinará una ley orgánica constitucional”. En el artículo siguiente aporta algunas definiciones y limitaciones sobre el rol que debe cumplir, fijando como una de las principales prohibiciones la de contribuir a financiar el gasto público.
Aunque el Banco Central se creó en 1925, no fue sino hasta la promulgación de su ley orgánica en 1989 (como parte de las medidas pactadas en el proceso de transición a la democracia) que logró su estatus de organismo autónomo, responsable de la estabilidad de precios y el funcionamiento del sistema de pagos.
Si bien la baja tasa de inflación de Chile muestra que la entidad ha sido exitosa en el logro de sus objetivos, eso no obsta que hayan surgido propuestas para modificar su rol; por ejemplo, ampliando sus objetivos. De hecho, durante la pandemia, el Ejecutivo impulsó una reforma constitucional para facultar al Banco Central a adquirir instrumentos de deuda del Fisco en el mercado secundario de ser necesario, lo que fue respaldado por el Congreso.
Considerando el análisis que ha existido entre expertos sobre una eventual revisión de cómo la Carta Fundamental concibe a este organismo, PAUTA consultó sobre sus preferencias a candidatos del Distrito 18 (Cauquenes, Chanco, Colbún, Linares, Longaví, Parral, Pelluhue, Retiro, San Javier, Villa Alegre y Yerbas Buenas), quienes debían responder en un máximo de 60 palabras la siguiente pregunta:
“¿Haría algún cambio o le agregaría algún mandato a la autonomía del Banco Central?”
Consuelo Veloso Ávila (27), estudiante de último año de derecho. Dice que es “activista por los derechos de la vejez, las mujeres, la infancia y por el cuidado del ecosistema”. Candidata de Apruebo Dignidad.
“No obstante estar bien evaluado nuestro Banco Central, agregaría como mandato, además de controlar la tasa de inflación, el preocuparse del empleo ya que es otra forma de mantener la estabilidad en la economía. Respecto a su integración: mecanismo de nombramiento objetivo de consejeros; aumentar consejeros de cinco a siete ya que se requiere una mirada amplia de la sociedad para controlar bien la política monetaria; y garantizar paridad”.
Rodrigo Norambuena Ortega (40), abogado especialista en materia laboral. Candidato de La lista del Pueblo Maule Sur.
“No realizaría cambios a la autonomía del Banco Central. Debe seguir siendo un órgano autónomo y de carácter técnico. Quizás introduciría pequeñas modificaciones a su ley orgánica que apuntan al funcionamiento, pero no a la autonomía”.
Ricardo Igancio Montero Allende (37), abogado. Candidato de la Lista del Apruebo.
“La evidencia muestra que la autonomía de los bancos centrales es clave para que estos puedan desarrollar correctamente sus funciones. El nuestro ha podido consolidarse como una de nuestras instituciones más sólidas, también gracias a la autonomía de la que goza. Por ello, es correcto mantener la consagración de su autonomía a nivel constitucional”.
María Eugenia Hormazábal (70), exalcaldesa y exgobernadora de la Provincia de Linares. Actualmente jubilada. Candidata de Vamos por Chile.
“El Banco Central y su autonomía ha sido la institución de la Constitución de 1980 más tranversalmete valorada por todos, ya que ha asegurado la estabilidad financiera y el control de la inflación. Si algo funciona bien, hay que mantenerlo y resulta sorprendente que algunos sectores de izquierda pretendan que sus consejeros sean acusables constitucionalmente, ya que eso solo los entregaría a los vaivenes políticos y liquidaría su sana independencia”.
Nota metodológica: este artículo forma parte de una serie que PAUTA está realizando en todos los distritos del país. A cada distrito le fue asignada aleatoriamente un pregunta y el contacto con un candidato de cada lista inscrita en esa zona. Los representantes seleccionados discrecionalmente recibieron la misma pregunta y tuvieron igual plazo y extensión para responder (o fue editado para ajustarse al máximo de 60 palabras). Cuando un candidato estuvo inubicable u optó por no responder, se pasó al siguiente postulante. En ciertos distritos hay más de un candidato consultado por listas con mayor representación parlamentaria.