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¿Está vacunado? Muy bien, pero aún puede contagiar

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Campaña "Yo me vacuno" del Gobierno de Chile. Créditos: Agencia Uno
POR Eduardo Olivares |

La inoculación es indispensable en el combate a la pandemia, pero esas personas aún podrían transmitir el nuevo coronavirus.

Ahora hay tres vacunas aprobadas por las autoridades sanitarias. La primera fue la inoculación de Pfizer y BioNTech el 24 de diciembre. El 20 de enero, las autoridades dieron el sí a la CoronaVac, elaborada por la empresa china Sinovac. Y este 27 de enero el Instituto de Salud Pública (ISP) aceptó, en forma unánime, el uso de emergencia este 2021 de la propuesta de AstraZeneca y la Universidad de Oxford

Con la emoción que genera el inicio de la vacunación masiva en febrero, como la anunciada por el Gobierno, se vuelve crucial aclarar un punto por parte de los expertos: recibir la inoculación no es un argumento suficiente para dejar de lado las medidas de protección personal que se han venido aplicando hasta ahora.

El lavado de manos constante, la distancia física y el uso de mascarillas se deben mantener a pesar de recibir la inmunización.

“La vacuna tiene dos funciones: proteger al individuo y proteger a la comunidad a través de algo que se llama inmunidad de masa“, señala César Bustos, infectólogo de la Clínica Universidad de Los Andes.

De todos modos, la vacuna puede ioperar de tres modos posibles en el individuo que la recibe.

  1. En algunos grupos, la vacuna puede impedir que se infecten con el virus.
  2. A otros la vacuna les permitirá infectarse, pero con un grado de severidad menor que si no tuvieran puesta la vacuna.
  3. Hay un tercer grupo que puede infectarse y pasar por un cuadro 100% asintomático, pero estar igualmente portando el virus.

Las vacunas ayudan a generar defensas propias contra un virus o una bacteria antes de que esta infecte a una persona. En otras palabras, “la vacunación significa exponer artificialmente a una persona a una forma más segura del microbio (que no produce enfermedad), de tal manera que el sistema inmune los reconozca como ‘enemigos’ cuando ocurre la infección natural”, explica Pablo Vial, infectólogo de la Clínica Alemana.

Es decir, el virus puede entrar al organismo de todos modos. Las vacunas no actúan como un escudo que evita su ingreso, sino que son una herramienta que permite al cuerpo defenderse de mejor manera si llega a contraer el virus.

“Lo que se espera de una vacuna administrada en dos dosis, que ha demostrado tener una eficacia superior al 95%, no es que impida la infección -aunque en algunos casos podría hacerlo-, sino que impida la presentación de formas graves y severas de la enfermedad que se busca evitar”, señala Bustos.

“Por lo tanto, es una irresponsabilidad pensar que porque alguien está vacunado ya no tiene que usar mascarillas o dejar de respetar el distanciamiento social. Para que recién podamos pensar en retomar esos hábitos se debe contar primero con una inmunidad de masa, es decir, que el 60% o más de la población ‘de a pie’ haya recibido su inmunización”, agrega el infectólogo.