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Las risas, las caras largas y las reflexiones en el backstage del último debate presidencial

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POR Gladys Pierola |

El equipo de Sichel salió satisfecho del encuentro televisivo, no así el de Kast. En los comandos de Boric y Provoste creen que cumplieron con sus expectativas. El ausente Parisi hizo un debate paralelo.

El último cara a cara de los candidatos presidenciales en el debate de Anatel pasó por todos los estados anímicos. Tanto los abanderados como sus equipos hicieron los primeros balances apenas terminó el programa televisivo. En los pasillos de TVN se podía ver a los que no podían ocultar su satisfacción por lo que consideraron un buen desempeño de su candidato; a otros que sin mucha euforia aseguraron que estaban conformes con una performance “correcta” y, por supuesto, también estuvieron los autoflagelantes, quienes consideraron que este fue un debate para el olvido.

La satisfacción se concentró en el equipo de Sebastián Sichel. Después de difíciles semanas con su sector, la noche del lunes sonreía y sonreía. Varios de los presentes -y desde luego, su equipo- lo consideraban el ganador de la noche. La duda, según observó PAUTA en el comando de Sichel ahí mismo en el edificio de TVN, era si ese buen balance podía transformarse en mejores números el próximo domingo. La mayoría optó por la cautela: es una incógnita.

Un ambiente similar -de alegría mesurada- se vivía entre los acompañantes de la carta de Apruebo Dignidad, Gabriel Boric. “Gabriel estuvo por sobre el conflicto y eso es bueno”, comentó uno de sus principales orejeros. En ese comando aseguraron que el “broche de la noche” ocurrió cuando Boric leyó los puntos más controversiales del programa de José Antonio Kast, con número de página y todo, lo que se viralizó en las redes sociales.

El debate fue una serie de duelos que en minutos se transformó en emplazamientos comunes contra Kast con Marco Enríquez-Ominami (ME-O) nombrándolo numerosas veces y Yasna Provoste confrontándolo en menos ocasiones. ME-O también tuvo al diputado frenteamplista como otro de sus objetivos favoritos.

Boric les comentó a sus cercanos esto a modo de resumen del debate: que Sichel y él habían estado “bien”, mientras que “Kast había estado muy mal, Enríquez-Ominami fue solo un disparador y Provoste no entró en el juego”.

Al otro lado, el comando de Kast no ocultaba que había sido un día duro. Fue innegable. No solo Boric le recordó el programa, sino que las preguntas de la periodista Macarena Pizarro descolocaron al candidato republicano al punto de que el exdiputado aceptó que hará correcciones al documento sobre su plan de gobierno. El candidato quedó expuesto en discusiones programáticas y económicas. Varios de sus colaboradores se quejaron por el temario del debate: la razón es que, a ojos de ellos, los temas urgentes no fueron abordados en profundidad, en especial áreas que son consideradas “fuertes” para Kast, como la agenda de seguridad, narcotráfico o La Araucanía. La mayoría de los miembros que lo acompañaron apuntaron a que había sido un formato “todos contra Kast” y que eso habría ayudado a amplificar los traspiés. “Quedamos con gusto a poco”, señaló una de sus principales asesoras, aunque cree que si bien “fue un mal partido, no afectaría el resultado del domingo”.

La tensión, el cóctel y el aforo limitado 

“No siempre puede ser perfecto”. Esa frase la dijo el exministro de Hacienda Ignacio Briones al abogado Cristián Valenzuela, asesor de José Antonio Kast, tras finalizar el último debate de Anatel. Briones, quien acompañó a Sichel, fue de los pocos que hablaron con el resto de los comandos y cruzó palabras con algunos miembros del equipo de Kast y de Boric.

La tensión del set también se vivió en los comandos. Cada candidato podía llevar hasta ocho invitados, los que vieron el debate desde el anfiteatro de TVN. Ahí, la mayoría de los  acompañantes estuvo a dos bandos: entre la pantalla gigante y la pantalla de sus celulares. Atentos a las redes sociales, pero también a los chats internos que llegaban desde los asesores que se quedaron más cerca de los candidatos, en el set vecino al principal.

Durante las dos horas y media que duró el programa, se escucharon algunas pocas risas, esporádicos aplausos y escasos vítores. El ambiente en el lugar se mantuvo más menos pesado y en comerciales tampoco cambió mucho. En el costado del anfiteatro, los distintos equipos compartieron el cóctel disponible con los suyos. Empanadas, bolitas de carne y de quesos apanados se combinaron con las copas de vino y jugos.

Pero cada uno con su equipo. Solo algunos cruzaron a conversar con los colaboradores de los oponentes. Entre ellos, el exministro de Hacienda conversó breves minutos con la diputada del PS Maya Fernández. Lo propio hizo la diputada comunista Camila Vallejo (comando de Apruebo Dignidad), quien compartió un rato con el comando de Eduardo Artés.

La creatividad ME-O y la tranquilidad de Provoste

Marco Enríquez-Ominami fue el disparador de la noche. Sacó al pizarrón a Boric y Kast cada vez que pudo. Al tiempo que ha conminado a hablar como “adultos”, les puso nuevos sobrenombres. Al candidato del Frente Social Cristiano lo trató varias veces como “Doctor Miedo”, mientras que Boric lo trató de poco preparado, de actuar con cantinfleo e incluso de “infantil” luego de que en los minutos finales el diputado sonriera al escuchar una de las frases de ME-O. De hecho, Boric le pidió de vuelta que “no se pegaran más en las canillas”.

Al otro lado, una calmada Yasna Provoste hacía lo propio. Según comentan en su equipo, el tono de los debates anteriores que fueron más duros no aportaba mucho más. Y, por eso, este lunes en la noche la senadora de la DC trató de no meterse en el “barro” y en la “pelea de hombres”. Claro, eso también le quitó más protagonismo en pantalla.

A la salida, la abanderada de Nuevo Pacto Social se fue conforme con su desempeño. Les comentó a sus cercanos que, a diferencia de los debates anteriores, donde llegaba mal dispuesta, en este lo abordó con otro espíritu. “Hoy vine a hacer mi rutina, así como cuando competía [en gimnasia]”, dijo en los pasillos de TVN. Cuánto de eso se podrá capitalizar, no se sabe. Aunque la propia Provoste aseguró a su equipo que, tras el cara a cara televisivo, “la aguja se va a mover a su favor, pues yo creo que la viene moviendo hace rato”. 

Un ausente de la noche, y al que por lo demás nadie recordó, fue el candidato del Partido de la Gente, Franco Parisi. Recluido en Estados Unidos y cumpliendo cuarentena por covid -según él ha aseverado-, fue excluido del debate de Anatel cuya condición era la presencialidad. En un canal de Youtube, sus seguidores optaron entonces por “intervenir” el espacio que se transmitía en TV abierta para darle minutos al economista “como si estuviera” con los otros seis postulantes a La Moneda. “El debate de Franco Parisi” había recibido casi 100 mil visualizaciones hasta el cierre de esta edición.