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Plan de Emergencia: el desafío contra reloj de la dupla B y B

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Agencia Uno
POR Gladys Pierola |

El pacto convocado por La Moneda tuvo su primer bache por distintos frentes: por un lado, la presión de RN y, por otro, la decepción de PR que se retiró de la mesa negociadora.

Este martes en la tarde noche se realizó el segundo encuentro formal de la mesa de negociación parlamentaria por el Acuerdo Nacional para enfrentar la pandemia. O como lo rebautizó el Gobierno: del Plan de Emergencia por la protección de los ingresos, la reactivación económica y del empleo al alero de un marco de convergencia fiscal de mediano plazo.

En la cita entre los diputados y senadores miembros de las comisiones de Hacienda y el titular de Teatinos 120, Ignacio Briones (Evópoli), se acordó el cronograma de trabajo para abordar los tres ejes del pacto, bajo una premisa clara: la urgencia. En eso, la cifra del último Imacec –que mostró una caída del 14%– fue un catalizador.

“Los partidos están trabajando en un arco amplio que va desde la UDI al FA. Está radicado en la comisión de Hacienda y, por lo tanto, veo que estamos avanzando. El Imacec fue un baño de realidad, un golpe muy duro para entender lo urgente que es este Plan de Emergencia, tanto en lo social familiar como en materia de reactivación y responsabilidad fiscal”, explica a este medio el presidente de Evópoli, Hernán Larraín Matte.

La urgencia de la dupla “B y B”

Los encuentros entre jueves y domingo se concentrarán en escuchar a distintos expertos, partiendo con los economistas que elaboraron la propuesta presentada por el Colegio Médico. De hecho, el primer round será sobre el marco fiscal. El bloque opositor lo considera un tema esencial, pues este jueves se sincerará cuánto el Gobierno pondrá sobre la mesa. “Ahí se van a ver los gallos”, resume uno de los parlamentarios de la instancia.

La idea es que a partir del próximo lunes 8 de junio se entre en “tierra derecha” con las propuestas y la parte más dura de la negociación. Pero, antes de eso, será clave el ánimo de las conversaciones del fin de semana, comentan, tanto en el oficialismo como en los partidos de la ex Concertación y RD.

Hubo baches al inicio del diálogo, que significaron varios dardos directos al ministro Briones y su estilo. Todo ello le metió presión al manejo político del ministro del Interior, Gonzalo Blumel (Evópoli), para forjar un acuerdo contra reloj. El pacto deberá ver la luz la próxima semana y la dupla “B y B” deberá sortear un camino cuesta arriba.

Sinceremos las expectativas

En el encuentro este martes, diputados y senadores de oposición expresaron su molestia al titular de Hacienda, en especial por el rol del equipo técnico asesor que convocó. Esa acción de Briones provocó la salida del Partido Radical de la mesa prelegislativa y el reclamo de varios partidos, pues, según ellos, no se cumplía con las reglas del juego acordadas el viernes pasado en la cita que lideró el ministro Blumel. “Insistir en un grupo o comité enreda y no se ajusta a lo acordado. El ministro tiene el derecho a asesorarse, pero institucionalmente no hay una instancia técnica”, explicó un alto personero de la ex Concertación.

A eso se sumó otra polémica: el portazo que le dio el jefe de la billetera fiscal a la propuesta que impulsó parte de Renovación Nacional sobre incluir en las medidas del plan de emergencia la condonación del Crédito con Aval del Estado (CAE) y que le significó un roce mayor con la cabeza de RN, Mario Desbordes. El diputado calificó como un “error” la respuesta de Briones y aseguró que no es el ministro el que “debiera resolver qué se va a discutir o qué no en la mesa de trabajo”.

“Tienen que lograr consensos y eso se logra conversando. Eso tienen que tratar de hacer con mucha fuerza ambos ministros y espero que eso se logre rápido. Nosotros no hemos exigido nada. RN está haciendo propuestas, está planteando puntos de vista e ideas. Lo mínimo que merece es que sea discutido”, dijo Desbordes a este medio. Otros parlamentarios oficialistas, como la jefa de la bancada UDI, María José Hoffmann, estuvieron de acuerdo con que todos los temas pueden ponerse en la mesa de debate.

Inflación de expectativas

Según los presentes en la instancia, Briones aclaró el rol de los 16 economistas que lo “asesorarán” estos 10 días que quedan del plazo autoimpuesto por los partidos y La Moneda. Entre los nombres de ese grupo asesor propuestos en una primera instancia por las propias tiendas hay casos como el del exministro Rodrigo Valdés (PPD) y el expresidente del Banco Central José de Gregorio (DC), quienes tienen doble invitación: por su militancia y por ser parte de los autores de la propuesta del Colmed.

Pero el ministro de Hacienda también hizo una petición: “Abstraerse del ruido político” para avanzar. Además, planteó que la intención del Gobierno no es “seguir inflando expectativas” de este pacto, pues podría generar la arremetida de algunos sectores por sumar contenidos. A ello se agrega la advertencia de otros, como el senador PPD Ricardos Lagos Weber, quien en los últimos días encendió las alarmas -y en el encuentro de este martes lo reiteró- que, si el Gobierno quería “vender” este diálogo como un Acuerdo Nacional, tendría problemas, pues el ánimo había alcanzado solo para lograr un marco de entendimiento del gasto fiscal.

“El desafío que tienen los ministros Blumel y Briones es que al final de las dos semanas tengamos un acuerdo relevante. Nosotros no vamos a estar por acuerdos que sean un poquito más de lo mismo, estaremos por un cambio cualitativo y cuantitativo”, señaló a PAUTA el presidente de la DC, Fuad Chahin.

Briones: ¿un hueso duro de roer?

Tanto en la oposición como en algunos sectores del oficialismo, y en especial de RN, apuntan en privado que el estilo Briones es bastante más dogmático “de lo que la gente cree” y que ese es uno de los desafíos en estos días a la hora de negociar.

De hecho, tras comunicar la salida del PR de las tratativas, su timonel Carlos Maldonado señaló que una de las razones de marginarse era que el ministro quiere hacer las cosas a su manera. “No tiene sentido un aparente diálogo en que Briones quiere imponer la forma, los límites y los temas”, agregó.

Otro dirigente opositor expresa que en estos diálogos políticos el ministro Blumel “tendrá que ‘subsidiar’ a Briones, porque el ministro de Hacienda está muy acostumbrado a entenderse con la Comisión de Hacienda del Senado y no más que eso, porque ahí se siente cómodo”.

En Chile Vamos, desde la UDI y Evópoli aseguran que la urgencia es “demasiado grande” como para pelear por los detalles y que lo importante ahora es ceñirse a los tres ejes conversados. “El ministro de Hacienda es el representante de la línea económica y lo que corresponde, cuando tenemos una caída en el Imacec de más de 14 puntos, es respaldar las posiciones del Gobierno. No es tiempo de personalismos. Creo que no es tiempo de conflicto y creo que no es tiempo de separar aguas. Es tiempo de unidad. Aquí no hay duplas. Este es un equipo y el equipo se llama Chile”, comentó a este medio la titular de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe.

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En RN son más duros, en especial con las habilidades políticas de Briones. Por algo propusieron el nombre del ministro de Vivienda, Cristián Monckeberg, para apoyar las tratativas políticas, aunque en La Moneda no cedieron a la petición. En el partido que lidera Desbordes hay dos almas en cuanto a lo que se puede hacer en este diálogo transversal: por un lado, solo resolver lo urgente y dejarle al siguiente Gobierno “todo lo demás”; la otra visión, impulsada por el timonel de RN, de analizar bien el momento y, dependiendo de los ánimos, llegar a acuerdos más amplios. Es una fórmula que tanto Briones como Blumel han descartado.

Ponen como ejemplo la posición del Ejecutivo en la discusión del posnatal y también las diferencias que hubo entre el titular de Hacienda y la ministra del Trabajo, María José Zaldívar, tanto en la tramitación de la reforma de pensiones como en la del proyecto que busca ayudar a los trabajadores que boletean.

“Espero que al ministro Briones le vaya bien en esta gestión y que comprenda que la mirada económica significa un componente social y un componente político. Eso significa que nos ha faltado un poco de aprendizaje después de lo que pasó en octubre”, agregó Desbordes.

La contención de Blumel

Blumel ha estado en constante contacto con los directivos de oposición, y recibe de primera fuente las críticas y dudas. Aunque su respuesta es clara ante las tensiones: “Como Gobierno nos importa que el trabajo que se haga y el acuerdo que se llegue en definitiva se ciña a esos objetivos fundamentales”.

En Chile Vamos algunos de sus personeros explican que el rol de los ministros en esta pasada es distinto a otras negociaciones o al acuerdo del 15 de noviembre. “No hay margen” para capitalizar nada, que solo hacen la pega que les tocó. “No hay espacio para medir ni triunfos ni derrotas”, dice un dirigente del oficialismo. Con todo, Blumel tendrá que contener nuevamente los pedidos internos y de la oposición. De hecho, los presidentes del PS, PPD y de la DC hicieron este miércoles una nueva arremetida con la idea de una renta básica de emergencia y la demanda de transferir recursos directos a las familias. Eso sí, con una diferencia en los tiempos. “A la urgencia respondamos con urgencia”, dijeron Heraldo Muñoz (PPD) y Álvaro Elizalde (PS).


Sin embargo, Chahin apuró un poco y pidió tomar definiciones, incluso sin esperar la resolución de la mesa negociadora. “Esperar dos semanas más a que el grupo transversal presente una propuesta, puede resultar fatal”, indicó el presidente de la DC.