Actualidad

Cómo se corrieron los últimos 100 metros del “acuerdo Covid”

Imagen principal
POR Gladys Pierola |

Las negociaciones estuvieron a punto de caerse entre viernes y sábado. El Gobierno se negó a dividir el texto en dos, y tuvo que subir el monto del Ingreso Familiar de Emergencia.

“Aquí no hay ganadores ni vencidos”. Esa fue una de las frases que ocupó el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, para graficar las intensas conversaciones que se desarrollaron durante las últimas dos semanas y que dieron fruto durante la madrugada del domingo 14 de junio, cuando se llegó a un marco de entendimiento político y económico entre el Gobierno y parte importante de la oposición

Briones apuntó a las “señales” que daba el mundo político luego del acuerdo que selló con Chile Vamos, el PS, la DC y el PPD. Y por lo mismo, pese a lograr un pacto considerado inédito, las celebraciones fueron sobrias y cuidadas. No solo por parte de él, sino también por la mesa negociadora, los presidentes de partidos e incluso por el resto de los ministros que participaron de las negociaciones.

“No es momento para levantar las manos todos felices”, dijo el presidente del PPD, Heraldo Muñoz. Es que los ánimos en plena crisis no estaban para fotografías con abrazos o brazos arriba ni tampoco para “imágenes triunfalistas”, dicen en la oposición.

“Es un momento único en nuestra historia. Esto que nos ha convocado durante dos semanas nos enfrenta con una crisis como no habíamos conocido en siglos, en lo sanitario y lo económico. De crisis como estas solo se puede salir dando señales de unidad, de búsqueda de acuerdo”, explicó Briones en una conferencia vía Zoom con los miembros de las comisiones de Hacienda de ambas cámaras y que se transformó en el punto de prensa oficial del acuerdo entre el Gobierno y la oposición. 

Durante la noche, el Presidente Sebastián Piñera reiteró el concepto a través de una cadena nacional a todo el país. “Quiero valorar y agradecer a todos quienes acudieron con buena voluntad y espíritu constructivo al llamado que hicimos hace dos semanas para construir un acuerdo para proteger los ingresos de las familias y para recuperar los empleos y la actividad de nuestra economía, dentro de un marco de uso eficaz y responsable de los recursos públicos que pertenecen a todos los chilenos”, dijo el Mandatario.

Esa mañana, sin embargo, sí hubo una instancia interna de “felicitaciones” en La Moneda. Con el cierre de las conversaciones todavía tibio -ya que fue pasada la una de la madrugada del domingo- y con pocas horas de sueño a cuestas, el ministro Briones y los titulares del Interior, Gonzalo Blumel, y de la Segpres, Claudio Alvarado, llegaron cerca de las 9:00 horas al palacio para reunirse con el Presidente. Fue una cita que duró un poco más de media hora y en la que también participó vía remota el ministro de Desarrollo Social, Cristián Monckeberg, y la vocera, Karla Rubilar. 

En ella, Piñera les agradeció personalmente el trabajo de los últimos días, que significó cumplir con los tres pilares que el Gobierno se había planteado: un marco de entendimiento para proteger el ingreso de las familias en medio de la crisis, con un pacto fiscal consensuado para los próximos dos años y un plan de reactivación en el horizonte una vez que pase lo peor de la pandemia. 

Las 48 horas clave 

El trabajo fue intenso en las últimas jornadas, varias de ellas con interminables reuniones virtuales hasta altas horas de la noche. Sin embargo, fueron las conversaciones por Zoom, por Whatsapp y por teléfono que se dieron entre el viernes y el sábado las que destrabaron finalmente el pacto. 

“Hemos tenido en este proceso altos y bajos y no lo vamos a desconocer. Nuestra mesa estuvo en riesgo de caerse en más de una ocasión, pero superamos esas diferencias y nos mantuvimos firmes. Tuvimos un diálogo con altura de miras, con argumentos, con buena fe, porque todos estamos pensando en Chile”, sinceró Briones este domingo. 

En La Moneda dicen que nunca se llegó al extremo de que algún partido “tirara el mantel”. Pero sí hubo varios episodios tensos con Revolución Democrática -partido que terminó marginándose el sábado por la tarde-, el PPD y el PS. De hecho, si bien la tienda política que lidera Álvaro Elizalde aseguró a Briones y a Blumel que seguirían en las conversaciones hasta el cierre, sí pusieron en duda en varias oportunidades su firma en el documento final. Un escenario que el Gobierno quería evitar a toda costa. Si el PS se bajaba, las posibilidades de que la DC y el PPD se retiraran eran altas, echando por suelo todo el esfuerzo de semanas. 

Por ejemplo, la mesa en la que participaban los senadores Jorge Pizarro (ex DC), Ricardo Lagos Weber (PPD), Carlos Montes (PS), Juan Antonio Coloma (UDI), José García Ruminot (RN) y el diputado José Miguel Ortiz  (DC) tambaleó fuerte el viernes en la tarde cuando Elizalde, junto con cinco presidentes de partidos de oposición, sacaron una declaración insistiendo en separar los temas: primero negociar la protección social y luego las medidas de reactivación. Fue esa segunda intervención de los timoneles de la ex Concertación y el Frente Amplio –que el lunes 8 de junio también habían sacado otra declaración pública en esa línea– la que marcó un punto de inflexión.

Para la oposición fue su última carta de presión, pero para el Gobierno fue una jugada incómoda. Este tema era un intransable para La Moneda y Chile Vamos. De hecho, según fuentes del Gobierno “el conjunto era inseparable”, pues ceder esto significaba dejar atrás los pilares de la convocatoria, tensionando al Gobierno y dándole un punto político a la oposición, que no estaban dispuestos a entregar. Una cosa era ceder montos, aseguran, y otra cosa muy distinta era esto.

Y aunque hubo otros focos de roce, como la ayuda para las grandes empresas y la reducción a la mitad del Impuesto de Primera Categoría para las pymes -donde Lagos Weber y Montes mostraron su disconformidad-, el gran gallito se lo llevó el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), tanto en monto como en cobertura. 

El Gobierno partió con $75 mil por persona sobre la mesa; después subió a $90 mil –en línea con lo propuesto por el documento de los 16 economistas– y terminó en $100 mil per cápita para suplir y/o complementar los ingresos del 80% de la población más vulnerable. Si bien esta cifra no llegó a la línea de la pobreza de $451 mil para una familia de cuatro integrantes, como planteaba la oposición, sí era un monto más ambicioso que el propuesto por La Moneda y daba pie para que el PS, el PPD y la DC firmaran el acuerdo. 

Varios dicen que costó que Briones accediera a ese monto, que comenzó a rondar como una cifra clave el viernes en la noche, y que incluso Blumel, Monckeberg y Alvarado se abrieron antes que él a apoyar la cifra. 

“Es un avance. Es un paso, pero falta mucho por hacer. La magnitud de los beneficios no nos pueden llevar a sacar cuentas alegres de manera anticipada. Esto es una pequeña contribución a un desafío enorme. Nos habría gustado mucho más. Pero sin duda corrimos el cerco de manera significativa respecto de la propuesta original del Gobierno”, explicó a este medio el presidente del PS. 

Las esquirlas en RD

De todas formas, el quiebre más visible y mediático fue el ocurrido el sábado en la tarde, cuando el diputado de RD Giorgio Jackson se retiró de la mesa. A varios les sorprendió la decisión, mientras que otros cuestionaron el momento en que decidió marginarse, cuando la oposición todavía peleaba los montos y la cobertura del IFE.

“Hicieron el esfuerzo y se retiraron en muy mal momento”, dice un alto personero de La Moneda. La salida de RD fue resentida por varios, pues aseguran que las conversaciones iban bien encaminadas cuando dieron el paso al costado y que llegar a los $100 mil era una cifra buena, incluso, para ellos. Sin embargo, desde el Gobierno apuntaron a otros factores, referidos más bien a la incomodidad que tuvo desde el principio el partido de sentarse con el Gobierno y “salir en la foto final”.

“Valoramos el trabajo de la mesa, pero nuestra decisión no se basa en quién pierde y quién gana políticamente, sino más bien en cómo logramos entregar herramientas para superar la crisis del hambre”, explicó a PAUTA la presidenta de RD, Catalina Pérez

El propio Briones valoró el trabajo de Jackson en la mesa y aseguró que contribuyó mucho en las conversaciones. “Nos sorprendió que se bajara, porque no tuvo piso político de su partido”, agregó el titular de Hacienda en entrevista con Canal 13.

Este punto abrió un debate interno en RD, donde varios están molestos con la decisión que tomó la mesa directiva, en cuanto a los costos que podrían pagarse con la marginación del acuerdo. Finalmente, Jackson no contó con el mandato definitivo y dio el paso al costado en los 100 metros finales. Incluso, varios recordaron el episodio del diputado Gabriel Boric, que en el acuerdo político del 15 de noviembre de 2019 decidió firmar por su propia cuenta el texto, luego de que su partido Convergencia Social se retirara de las conversaciones. 

“Teníamos una línea roja que no podíamos cruzar, que para nosotros se asocia a la línea de la pobreza. Es por eso que cuando el Gobierno no accede hacia la línea de la pobreza, nosotros decidimos retirarnos del diálogo, habiendo puesto ya todos los elementos y nuestra disposición para conversar”, agregó Pérez. 

En RD dicen que apoyarán el acuerdo a través de los proyectos que lleguen al Congreso. De hecho, se espera que este lunes 15 de junio, el Gobierno pueda ingresar el proyecto para el denominado “IFE 2.0”. Pero en la oposición algunos ya han advertido a Briones y a Alvarado que debería hacerse un trabajo prelegislativo del texto para lograr mayor consenso.