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Los “sí” y “no” de las negociaciones para regular el financiamiento del Plebiscito

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POR Gladys Pierola |

Chile Vamos y la oposición llegaron a un acuerdo en el Senado para limitar el aporte y el gasto en la consulta constitucional. Ahora viene la Cámara. Y la propuesta debe ser ley antes del miércoles.

Costó, pero se llegó a un acuerdo. En las últimas 24 horas Chile Vamos y la oposición conciliaron un texto común para destrabar uno de los puntos más polémicos que estaba pendiente en la discusión del Plebiscito: la regulación de los aportes y gastos de cara a la consulta constitucional del 25 de octubre. 

Por 39 votos a favor y dos abstenciones -de la senadora DC Yasna Provoste y del senador de País Progresista Alejandro Navarro-la propuesta y sus puntos más controvertidos avanzaron hacia la Cámara de Diputados, instancia que deberá tramitar el proyecto a contrarreloj entre el lunes 24 y el martes 25 de agosto, pues el miércoles 26 comienza el período de propaganda.

Y con los diputados se vivirá otra batalla, adelantan desde el Ejecutivo y la oposición. 

“Hemos dado un paso importante de manera unánime para que el financiamiento del Plebiscito tenga un respaldo y esté muy bien regulado”, dijo el ministro del Segpres, Cristián Monckeberg, luego de la votación del Senado. 

Las discusiones no solo se dieron por los montos que podían donar militantes y no militantes de partidos, sino también por cómo se fiscalizaba la participación y el respectivo financiamiento de las agrupaciones de la sociedad civil. Incluso, llegaron a temas como si había espacio para que las personas comunes y corrientes tuvieran un tope para hacer su propia campaña. Esto último, pese a la petición de oficialismo, no tuvo piso en la oposición.

La transacción

“Fue una transacción”, dijo el senador DC Francisco Huenchumilla para resumir las negociaciones de los últimos días, en especial las que ocurrieron entre el jueves 20 de agosto en la tarde y el viernes 21 en la mañana. Había acuerdos para prohibir el aporte de empresas y las donaciones desde el extranjero, pero también había diferencias profundas en las cifras: la oposición quería montos más bajos y Chile Vamos topes más parejos, pues en la balanza hay más partidos por el Apruebo que por el Rechazo.

Así, por un lado, la izquierda aceptó a regañadientes emparejar los montos de las donaciones permitidas por militantes y por cualquier particular a las colectividades en un máximo de 500 UF, es decir, cerca de $14.334.000, pues en la propuesta que salió de la Comisión de Constitución esto estaba diferenciado.

“Cuando es un acuerdo, uno tiene en vista el bien general de aprobar la norma en definitiva. Y por lo tanto tiene que ceder muchas de sus convicciones personales […] No sé quién en Chile tiene $14 millones en su bolsillo para hacer este aporte. Me imagino que hay algunos sectores que lo tienen, pero la inmensa mayoría de los chilenos no lo tiene”, agregó Huenchumilla.

Por el otro, la derecha cedió en que límite total de los aportes individuales a organizaciones de la sociedad civil se mantuviera en 200 UF, un poco más de $5.733.000, aunque en un principio se había pedido aumentar estos números. De hecho, por este punto la senadora y presidenta de la UDI, Jacqueline Van Rysselbergheacusó a la oposición de querer “amordazar a la sociedad civil”.

En el caso de los topes, se pasó de máximos por partidos a máximos por opciones. De este modo, los partidos y comandos tendrán que inscribirse en el Servicio Electoral por el Apruebo o Rechazo y por la Convención Mixta o Convención Constitucional, y el gasto total será el que resulte de multiplicar 0,005 UF ($143,3) por el número de electores habilitados a la fecha de convocatoria al Plebiscito.

Esto significa que cada opción tendrá como techo $2.100 millones y el límite individual para cada colectividad se determinará aplicando “la proporción de votación obtenida en la última elección de diputados, incluidos los independientes asociados”. Una fórmula similar a cómo se dividen los tiempos en la franja televisiva. 

Además, se fijaron normas sobre propaganda electoral y transparencia, entre ellas, que todas las donaciones serán públicas, pero las de menos de 40 UF mantendrán el anonimato de los aportantes. También, se acordaron sanciones, las que van de 10 a 100 UTM y multas que serán proporcionales a los montos que se excedan.

La primera prueba del “nuevo trato”

Sin acuerdo, la propuesta para regular el financiamiento incluso corría peligro de caerse por falta de cuórum, lo que varios advertían como un escándalo, un búmeran político para los partidos y, también, para el Gobierno, que en esta pasada prefirió jugar un papel más de “observador” que negociador en primera línea.

En el Ejecutivo advirtieron que sin una amplia mayoría, ellos no serían la cara de otro fracaso. Por lo mismo, se abstuvieron en la idea de presentar una propuesta y la pelota se dejó en la cancha del Congreso y, específicamente, en mano de los partidos. 

Una estrategia que fue criticada desde la oposición, donde acusaron “la ausencia del Ejecutivo”, pero que fue apoyada por varios en Chile Vamos, pues reconocían que era un tema sensible y que había “desconfianza” en el oficialismo entre los que estaban por el Apruebo y por el Rechazo, causando más diferencias que puntos en común entre la UDI y RN. 

La UDI se lo manifestó al Gobierno cuando RN comenzó a hacer los primeros acercamientos con la oposición en la mesa técnica que se acordó en la Cámara Alta y en la que participaron los abogados Gabriel Osorio (PS) y David Huina (RN). No estaban conformes con las conversaciones. Acusaron que las propuestas incluso les parecían “antidemocráticas”, pues los que estaban por el Apruebo tendrían más posibilidad de gastar que los partidos por el Rechazo.

A partir de ahí, comentan en el Palacio de Gobierno, comenzaron a avivarse los temores de que votaran divididos. O que algunos se descolgasen y apoyaran la propuestas opositora, transformándose en la práctica en el primer traspié del “nuevo trato” entre la coalición oficialista y el Gobierno. “No podíamos votar divididos. Por eso se pidió segunda discusión, porque vimos que no había tanto acuerdo y necesitábamos ganar tiempo“, explica un alto personero de Gobierno. 

De esta manera, RN dio pie atrás a las primeras conversaciones, lo que molestó a la oposición, y se alineó con la UDI, logrando dar la señal como bloque. 

Las matemáticas eran claras: se necesitaba al menos 3/5 en el Senado (26 votos), los que fueron superados con creces, pero en los distintos cálculos la amenaza de convertirse en un nuevo dolor de cabeza estaba latente. De hecho, desde el miércoles 19 de agosto en adelante, tanto el ministro del Interior, Víctor Pérez (UDI), como el titular de la Segpres, Cristián Monckeberg (RN), mantuvieron intensas conversaciones con sus respectivos partidos para ordenar las filas internas.

Según las mismas fuentes, era clave que Chile Vamos entregara una propuesta de unidad, tal como se hizo en el proyecto de escaños reservados, donde se consensuó una fórmula entre el Ejecutivo y los parlamentarios. 

“Lo peor que puede suceder es que los partidos políticos no demos una señal de llegar a acuerdo en una cosa tan simple como el Plebiscito. Ahí no va a ser de un lado o de otro, van a ser todos incapaces y poco transparentes para la comunidad”, señaló a PAUTA el senador y presidente interino de RN, Rafael Prohens.

De hecho, en el oficialismo también suman como ganancia que el articulado sobre exenciones tributarias para las donaciones no quedara en el texto final, pues abría una discusión incómoda para el Gobierno sobre las atribuciones del Congreso en temas tributarios y reformas constitucionales. Por lo mismo, desde el Ejecutivo prometieron un proyecto que ingresará este lunes 24 de agosto para zanjar este vacío que quedó.