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Quién es el candidato Marco Enríquez-Ominami

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Felipe Rojas
POR Ana María |

El cineasta chileno-francés, exdiputado y fundador del PRO, postula por cuarta vez a La Moneda. Sus votaciones han ido bajando progresivamente: en 2009 sacó un 20% de los votos; en 2013 un 10,99% y en 2017, un 5,71%.

En los últimos 12 años, Marco Enríquez-Ominami Gumucio (ME-O) ha postulado cuatro veces a la Presidencia de la República. Dos veces perdió frente a Sebastián Piñera y las otras dos ante Michelle Bachelet.

Su nuevo intento en las elecciones de noviembre de 2021 estuvo a punto de caerse debido a su imputación en el caso OAS. Pero logró inscribir su candidatura justo a tiempo, apenas fue absuelto de la causa, el 25 de agosto.

Fue en 2009 cuando ME-O postuló por primera vez a La Moneda. Ese año renunció al Partido Socialista (PS), donde militaba desde los 19 años. También decidió no repostularse como diputado por el Distrito 10 de la Región de Valparaíso (circunscripción Quinta Interior) y dio el salto directamente a la elección presidencial. 

En ese entonces tenía 36 años y era el candidato más joven de la elección, que finalmente ganó Sebastián Piñera. Hoy, en cambio, ese lugar lo ocupa Gabriel Boric, quien tiene 35 años mientras que Enríquez-Ominami cumplió 48 años en junio.

En la elección presidencial de 2009, ME-O se convirtió tanto en sorpresa como en promesa política, pues obtuvo el tercer lugar, con 1.405.124 de votos. Eso se tradujo en el 20,14% del total de sufragios. Eduardo Frei Ruiz-Tagle fue segundo.

Tras perder esa elección, capitalizó ese 20% del electorado y en abril de 2010 fundó el Partido Progresista de Chile (PRO)

Su segundo intento fue en 2013, ya como candidato del PRO. Esta vez las preferencias a su favor se redujeron a la mitad: obtuvo 723.542 votos, correspondientes al 10,99% del total de los sufragios. Y, tal como en 2009, quedó en tercer lugar sin lograr pasar a la segunda vuelta, que fue entre Michelle Bachelet y Evelyn Matthei.

De esa candidatura aún arrastra un tema pendiente: la acusación de la Fiscalía por emisión de boletas por servicios no prestados a SQM, causa en la que está a la espera del juicio oral.

El tercer intento fue en 2017. Obtuvo casi la mitad de los resultados de la elección anterior: 376.871 votos, equivalentes al 5,71%. Pero hubo una diferencia con las dos elecciones anteriores, pues por primera vez no quedó tercero: obtuvo el sexto lugar entre ocho aspirantes a La Moneda. Quedó abajo de Sebastián Piñera, Alejandro Guillier, Beatriz Sánchez, José Antonio Kast y Carolina Goic. Solo superó a Eduardo Artés (0,51%) y Alejandro Navarro (0.36%).

Una familia política

La historia familiar de Marco Enríquez-Ominami está ligada a la política chilena, tanto por su abuelo materno, el exsenador Rafael Agustín Gumucio (1909-1996), como por sus dos padres: el biológico, que fue el fundador y secretario general del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) Miguel Enríquez (1944-1974), y el adoptivo, el exministro de Economía de Patricio Aylwin y exsenador socialista, Carlos Ominami.

Su abuelo Rafael Agustín Gumucio fue uno de los fundadores de la Falange Nacional (1935), que en 1957 derivó en el Partido Demócrata Cristiano (PDC). En 1969 Gumucio renunció al PDC y ese mismo año fue parte de la fundación del Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU). Muy pronto, en 1971, también estuvo tras la formación de la Izquierda Cristiana.

En 1973, cuando Gumucio terminó su periodo como senador, el entonces presidente Salvador Allende lo nombró embajador en Francia. Pero no alcanzó a asumir: tras el Golpe de Estado él y su esposa, Marta Rivas, fueron exiliados. El matrimonio estuvo 10 años en Francia.

ME-O nació en junio de 1973. Es hijo de la periodista Manuela Gumucio y de Miguel Enríquez. Su padre fue asesinado por la Dirección Nacional de Inteligencia (Dina), el 5 de octubre de 1974, mientras vivía en la clandestinidad en la comuna de San Miguel. En 2019, el actual ministro de la Corte Suprema Mario Carroza condenó a tres agentes por el crimen, entre ellos al exbrigadier del Ejército Miguel Krassnoff.

Tras el Golpe de Estado, Manuela Gumucio se asiló en la Embajada de Venezuela. Su hijo tenía cinco meses. Ambos partieron al exilio a Francia.

En París, la periodista conoció a Carlos Ominami, quien se convirtió en el padre adoptivo de su hijo. Años después, el actual del candidato presidencial del PRO fue al Registro Civil para unir los apellidos de sus dos padres con un guión: Enríquez-Ominami.

“En la casa se hablaba muy poco de Miguel, porque estaba Carlos. Siempre cuidé mucho a Carlos. Me parecía importante no agraviar a quien yo amaba como padre, que me protegía y me educaba”, contó ME-O en su autobiografía Una vida política, que publicó en 2017 bajo el sello Debate. 

ME-O estudió entre 1981 y 1986 en el Lycée Victor Hugo en París. “En el colegio en Francia nunca fui capaz de decir ‘soy hijo de un político, un revolucionario que asaltó bancos en un momento y a quien además mataron a balazos por sus ideas’. Me parecía muy enredado. Me confundía. Y además ya estaba Carlos Ominami, que era pareja de mi madre, y a ojos de mis compañeros y amigos en Francia, mi único papá”.

Hasta que se lo contó a su mejor amigo.

Chileno y francés

A Chile regresó en 1986, después de 14 años de exilio. Y en una entrevista con Revista Cosas en 2003 contó que “de todos mis dolores, el que más me jode es no haber resuelto el tema de mi doble nacionalidad. Es como un sufrimiento permanente. Para mí, ser chileno es una tragedia. Si naciera de nuevo, no me gustaría serlo. Hubiese preferido ser italiano”.

Dieciocho años después de esta entrevista, sigue teniendo la doble nacionalidad: es chileno y francés.

ME-O estudió en la Alianza Francesa de Santiago entre 1987 y 1988. Se cambió al Saint George’s College. Egresó en 1990 y en 1991 entró a Literatura la Universidad de Chile.

Al año siguiente dejó Literatura. Ante sus dudas sobre qué estudiar, en su autobiografía contó que probó simultáneamente en tres carreras y en tres universidades diferentes: Economía en la Universidad Central, Sociología en la Academia de Humanismo Cristiano y Filosofía en la Universidad de Chile, donde finalmente se quedó. 

En Filosofía, donde fue vicepresidente del centro de alumnos, dijo que sintió “una gran pasión. Allí todo me parecía rupturista, fui inmensamente feliz. Te pasabas tres horas leyendo a SartreBerkeley“.

Sin embargo, también relató un lado gris de ese período: “Carlos [Ominami] era ministro de Economía, Pinochet seguía siendo comandante en jefe [del Ejército] y yo iba a la Escuela de Filosofía, donde era influyente en un grupo que se llamaba Movimiento Juvenil Lautaro, que a la salida del Pedagógico se agarraba sistemáticamente a palos con los policías, protestando contra la transición y con conversaciones muy violentas conmigo porque era hijo de Carlos, el ‘traidor’, ‘el privatizador’, y al mismo tiempo, era hijo de Miguel Enríquez en un mundo universitario donde además existía la Juventud Miguel Enríquez que promovía confusamente la resistencia armada en democracia”.

Y agregó: “En privado yo era muy crítico con Carlos y la transición democrática, muy duro con la convivencia con Pinochet en los salones de La Moneda, peleaba mucho con él por sus acuerdos con la Democracia Cristiana pero lo defendía si lo criticaban. No aceptaba agresiones hacia él. Estaba orgulloso de su inteligencia y de su disposición a escucharme políticamente con 20 años de edad”, contó.

Años después, en 2004, Ominami y su hijo plasmaron su relación en el libro Animales Políticos. Diálogos filiales. El texto fue presentado por el excanciller mexicano Jorge Castañeda, el sociólogo Tomas Moulián y el empresario y exmiembro del MIR Max Marambio.

Cuando en 1995 egresó de Filosofía, ME-O se dedicó al cine. En 1996 regresó a Francia a cursar, en la Alta Escuela Femis-Paris, un taller para directores de cine. 

A su regreso fue parte de los fundadores de semanario The Clinic. Otro fue su primo, el escritor Rafael Gumucio, y otro al actual convencional constituyente Patricio Fernández.

Entre las decenas de producciones y películas que realizó a través de la Productora Rivas y Rivas -la llamó así en honor a su abuela-, hay tres telefilmes de Enríquez-Ominami que fueron exhibidos en la televisión abierta y con los que ME-O se hizo conocido: Cuentos Chilenos, Cuentos de la Ciudad y La Vida es una Lotería. Tiene su propio perfil en el sitio especializado IMDb.

Entre 2018 y 2019 realizó el documental “Hasta la victoria y más allá”, en el que abordó las presidencias latinoamericanas de izquierda. Para eso recogió los testimonios de Dilma Rousseff de Brasil, Rafael Correa de Ecuador, José “Pepe” Mujica de Uruguay, Cristina Fernández de Argentina y Nicolás Maduro de Venezuela.

La entrevista con Maduro tuvo una polémica. Enríquez-Ominami fue uno de los pocos chilenos que asistieron a la ceremonia de investidura del sucesor de Hugo Chávez. Otros fueron el senador Alejandro Navarro y Camilo Lagos, el actual presidente del PRO. En ese entonces, Enríquez-Ominami dijo en CNN que Venzuela “no es una democracia fácil, es una democracia en problemas, pero con la palabra dictadura yo me cuidaría un poco”. Y pidió a la Cancillería chilena “que no abandone a Venezuela”.

De Max Marambio a Paul Fontaine

Pero la política siempre estuvo ahí. Al comienzo, a través de su trabajo en campañas electorales en México y Perú. Y también en las dos campañas a senatoriales de Ominami y en la presidencial de 1999 con Ricardo Lagos

En 2005 fue él quien entró directamente a la política y postuló a diputado por el PS: fue electo con la primera mayoría en el Distrito 10 (La Ligua), con el 34,3%.

Durante su período como diputado fue el ícono de los llamados diputados “díscolos”, pues solían desmarcarse de las votaciones de sus bancadas. Ese perfil suyo impulsó el libro El díscolo. Conversaciones como Marco Enríquez-Ominami, que el politólogo Patricio Navia publicó en 2009, durante la primera campaña presidencial de ME-O.

Esa campaña estuvo marcada por dos situaciones familiares: Carlos Ominami renunció a su militancia en el PS para apoyar a su hijo, mientras que dos amigos de Miguel Enríquez, los exmiristas Andrés Pascal Allende y Max Marambio, jugaron roles fundamentales en su primera aventura presidencial. El primero como miembro del comité estratégico; el segundo como financista y principal asesor.

El economista Paul Fontaine integró su comité estratégico, aunque el profesional terminaría sumándose después a la campaña de Sebastián Piñera para la segunda vuelta.

Solo con el PRO 

Doce años después, Marco Enríquez-Ominami intenta por cuarta vez llegar a La Moneda y es uno de los siete candidatos. Los otros son Eduardo ArtésGabriel Boric, José Antonio Kast, Franco Parisi, Yasna Provoste y Sebastián Sichel.

Su candidatura la anunció el 22 de agosto, un día después de que Provoste ganara las primarias presidenciales de Unidad Constituyente. Además de críticas, debió aceptar la renuncia al PRO de los senadores Alejandro Navarro y Alejandro Guillier.

En 2019, la diputada Marsiela Santibáñez también había dejado el PRO para sumarse al Partido Comunista (PC). Lo hizo, dijo, por diferencias políticas con el presidente del partido, Camilo Lagos. “En mi alma y corazón sigo siendo del PRO, el de ME-O sigue siendo mi programa y él sigue siendo mi candidato presidencial”, dijo a ADN en ese entonces.

Hoy en su aventura presidencial no tiene apoyo de partidos distintos del PRO.

Su esposa es la conductora de TVN Karen Doggenweiler. Tienen dos hijas. Por primera vez Doggenweiler no tendrá un rol en la campaña: “¡Nuestra familia está muy feliz! Marco cuenta siempre conmigo y por supuesto que mi voto es para él. Acabo de partir con un programa en el canal y quisiera seguir con él, sin participar en una campaña”, escribió la periodista en su cuenta de Twitter el 30 de agosto.

Marco Enríquez-Ominami lanzó oficialmente su candidatura el 24 de septiembre pasado.

Su eslogan de campaña es “El cambio es hoy”.