Actualidad

Narváez el día después: no iría a la parlamentaria y parte a un viaje a México

Imagen principal
Agencia Uno.
POR Gladys Pierola |

“La responsabilidad de esta derrota la asumo 100% yo”, dijo la excandidata presidencial del PS, quien aprovechará las próximas semana para descansar y retomar su vida familiar.

“Paula, amiga, la lucha sigue viva”. Ese fue el grito de apoyo que vitorearon entre aplausos los colaboradores y cercanos de Paula Narváez cuando bajó desde el segundo piso de la sede del Partido Socialista para reconocer su derrota. “Por supuesto, nos habría gustado un resultado distinto, pero la democracia es así”, fueron sus primeras palabras frente a las cámaras. 

Eran las 20:13 horas y pocos minutos antes, la ahora excandidata del PS había hablado con la senadora Yasna Provoste (DC) para felicitarla por su triunfo. A esa hora, aunque aún no estaba cerrado el conteo oficial de los cerca de 135 mil votos que habría convocado la consulta ciudadana de Unidad Constituyente, la distancia era contundente e irreversible a favor de la abanderada de la DC. Fueron más de 30 puntos porcentuales de diferencia que terminaron con siete meses de una campaña llena de altibajos, con tensiones internas entre su comando y el PS, y con una serie de polémicas y negociaciones fallidas para zanjar el nombre de la carta presidencial única de este sector de la oposición.

Narváez, flanqueada por su marido Javier Rico, agradeció a su equipo, a su familia, a los partidos que la apoyaron y al “pueblo socialista”. Sin embargo, cuando le preguntaron qué había influido en los malos números que logró este sábado 21 de agosto, evitó tirar el mantel colectivo. “Cuando ocurre un resultado adverso, siempre asumo yo la responsabilidad. Aquí no van a haber responsables externos ni variables ajenas. La responsabilidad de esta derrota la asumo 100% yo”, dijo. 

¿El plan B?

Tras reconocer el fracaso públicamente, la sicóloga y exvocera del gobierno de la presidenta Michelle Bachelet subió otra vez al segundo piso del edificio ubicado en París 873. Ahí tuvo otro encuentro con sus colaboradores más cercanos. Un momento más íntimo y de agradecimiento por lo que se había “construido” en estos meses de campaña. Aunque en las encuestas Yasna Provoste llevaba la delantera, el ánimo de los últimos días, mezclado con la desconfianza que tenían en las distintas mediciones, hizo pensar que el resultado estaba más abierto de lo que realmente fue. Narváez, según el último cómputo oficial, apenas se empinó en los 25 mil votos y Provoste la dobló.

“Hicimos todo lo posible”, repitió Narváez, mientras su equipo -encabezado por el diputado Pablo Vidal y por la activista Alessia Injoque– y parte de sus amigos, como Clarisa Hardy, Carolina Tohá y Nicolás Eyzaguirre, entre otros, no podían ocultar sus caras de desilusión.

Pero Narváez mantuvo la calma. Incluso, entre los presentes bromearon que en vez de contener ellos a la ahora excandidata, fue al revés, como lo describió uno de sus colaboradores. “Fue estoica ante los malos resultados” desde temprano. De hecho, pasadas las 18:00 horas, cuando empezaron a llegar los primeros cómputos y la tendencia era irremontable, ella personalmente le dijo al presidente del PS, Álvaro Elizalde, que había perdido. Una hora y media después, uno de sus escuderos, el senador Carlos Montes, se convirtió en el primer dirigente en reconocer públicamente la derrota, causando incluso la molestia de algunos en la sede socialista por adelantarse a la propia candidata.

Luego, la historia es conocida. El triunfo de la presidenta del Senado se vivió a la distancia y no tuvo ninguna imagen conjunta con los tres competidores de la jornada. En un minuto de la tarde se habló de realizar un Zoom con Narváez, Maldonado y Provoste. Pero los ánimos no eran los mejores y la idea fracasó.

Sin embargo, en el PS quedó una pregunta en el aire. Si tras la consulta ciudadana el nombre de Paula Narváez podría ser una buena carta para la nómina parlamentaria, que debe cerrarse en las próximas horas, pues este lunes 23 se cumple el plazo final para la inscripción de los pactos que competirán en noviembre. La respuesta sería no, al menos por ahora. Según sus cercanos, la exministra tendría descartada cualquier opción de competir por un escaño del Congreso. 

De hecho, cuando la interrogaron directamente por si había alguna posibilidad, ella evitó dar detalles y respondió que estaba terminando una etapa importante de un largo camino. “Hoy lo principal es que aportemos a la carrera presidencial de la centroizquierda”, dijo y no ahondó más en el tema. 

Las maletas a México

A partir de este domingo, Unidad Constituyente tendrá una candidata presidencial única que sobre sus hombros cargará con la difícil misión de componer las relaciones y confianzas del bloque. De hecho, la pregunta inevitable es cómo se sumarán sus excontendores a la nueva etapa de la campaña, incluyendo sus equipos y programas. Consultada por el tema, Narváez aseguró que está disponible para lo que la requiera el proyecto de Yasna Provoste.

“Yo suspendí la vida que estaba llevando adelante, mi carrera profesional, porque consideraba que lo que estamos viviendo como país es demasiado relevante. Siempre estará mi disposición a aportar desde nuestro espacio, desde la izquierda democrática al país. Me pongo a disposición para lo que yo sea requerida”, agregó. 

Eso sí, cualquier detalle sobre un nuevo rol tendrá que esperar un par de días más. Al menos dos semanas, porque este martes 24 Narváez se subirá a un avión que la llevará hasta Ciudad de México. Ahí, participará y expondrá en un seminario convocado por el gobierno mexicano, en el que abordará temas de paridad y equidad de género. El viaje lo tenía programado con antelación, independiente del resultado de este sábado. Pero, sin duda, dicen las mismas fuentes, esos días de distancia le servirán para procesar la dura derrota. 

Es un viaje corto y estará de regreso pronto, pero Narváez ya advirtió que antes de cualquier decisión sobre su futuro político, aprovechará de descansar y retomar su vida familiar y personal.