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Convencional Zúñiga (UDI): “Se privilegió una Constitución para políticos y no para ciudadanos”

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Agencia Uno
POR Isidora Paúl |

El constituyente cree que el peor problema del texto es la “plurinacionalidad” y dice que ”esta Convención en sus primeros seis meses se dedicó a hacer el ridículo”.

Fue subsecretario de Redes Asistenciales bajo el segundo mandato del Sebastián Piñera. En medio de la pandemia del coronavirus trabajó codo a codo con los exministros de Salud Jaime Mañalich y Enrique Paris, y con la exsubsecretaria Salud Pública, Paula Daza.

Arturo Zúñiga (UDI) dejó el Gobierno y emprendió un rumbo nuevo en la política. Se presentó como candidato para la Convención Constitucional por el distrito 9 y fue elegido con 11.571 votos

Tras casi un año de trabajo, el convencional no está conforme con lo que se ha propuesto en el borrador de la nueva Constitución. Cuando faltan solo tres meses para finalizar la Convención, critica los artículos de materia indígena ya aprobados. En entrevista con PAUTA, expresa que el futuro podría estar marcado por una “monarquía indigenista”.

La desconfianza de la ciudadanía ha aumentado el Rechazo”

Se ha visto en las últimas encuestas una imposición continua del Rechazo frente al Apruebo en el Plebiscito de Salida de esta nueva Constitución. ¿Por qué cree que está aumentando esta opción en la ciudadanía?

“Para que la ciudadanía evalúe bien o mal la Convención tiene que comparar cuáles eran las expectativas. Y las expectativas de ese 80% que quería cambiar la Constitución vigente era tener mejor salud, tener vivienda, educación pública de calidad y vivir en seguridad, vivir lejos de la delincuencia y el narcotráfico. Y lamentablemente esta Convención en sus primeros seis meses se dedicó a hacer el ridículo, un verdadero circo”.

“Partiendo por el día de la ceremonia inaugural, cuando se impidió a Carmen Gloria Valladares iniciar la ceremonia, pifiando el himno nacional. Posteriormente se subieron las asignaciones los propios convencionales. Después vino la gran mentira de Rojas Vade, y así una serie de eventos que le han quitado mucha credibilidad a esta Convención”.

“Y posteriormente, cuando teníamos que darle esa respuesta a la ciudadanía en el establecimiento de esas normas de los artículos de esta nueva Constitución, se dejó de lado todas esas demandas ciudadanas y se privilegió una agenda indigenista”.

“Se privilegió tener una Constitución para los políticos y no para los ciudadanos. Se privilegió tener una Constitución que nos va a separar en lugar de tener una Constitución que nos una como país. Y al final el Plebiscito del 4 de septiembre va a terminar siendo un plebiscito entre los que creemos en la democracia y en los que no creen en la democracia”.

-Pero cuando fue la semana del Pleno de los derechos sociales, se había dicho que estas demandas eran las demandas del 18 de octubre, y que eso podría incidir en un aumento de la opción del Apruebo en las encuestas. Pero no fue así. ¿Por qué pasó eso?

“Porque todos los derechos que se establecieron vienen con letra chica. Salud, por ejemplo. En lugar de proponer una ampliación de la colaboración pública-privada, y poder resolver las listas de espera, que es la gran demanda de salud que tienen los ciudadanos, y con justa razón que son quienes pagan ese 7%, se estableció un límite, todo lo contrario. Se les dijo a todas las personas: vamos a recargar el sistema público creando un sistema nacional de salud y todas las personas que están en isapre, es decir, 4 millones de personas, van a aumentar esas listas de espera. Además de que se les va a impedir a 8 millones de personas al año, que son de Fonasa, comprar un bono de Fonasa libre elección de atenderse oportunamente. Eso es ir en contra de las demandas ciudadanas”.

“Lo que tiene que hacer una Constitución es defender los derechos de la ciudadanía. Aquí lo que se quiso hacer fue más Estado, más políticos, y eso va en contra de todo lo que quiere la ciudadanía”.

-¿Qué opina de la carta firmada por 32 figuras de la ex-Concertación que dijeron abiertamente que, “por el bien de Chile”, votarán Apruebo en el plebiscito?

“Yo creo que están mal informados en el sentido de que establecen, por ejemplo, en los primeros párrafos, participación ciudadana que nunca existió. Hay que decirlo bien claramente: la participación nunca existió. Se estableció que se iban a poner iniciativas de norma popular, en las cuales mucha gente participó, pero muy pocas de ellas quedaron consagradas en la Constitución”.

“Posteriormente se les invitó a exponer. Lamentablemente todas esas exposiciones no fueron tomadas en cuenta porque la Constitución ya venía prescrita. Por último, se establecieron dos mecanismos que eran la participación ciudadana de chilenos y pueblos originarios, y sabemos perfectamente que en ambas situaciones el resultado final no está, por lo que no pudo ser incluido”.

“Y se establece aún con mayor ridiculez que vamos a ir a Antofagasta a, supuestamente, recoger las demandas ciudadanas cuando ya la Constitución está escrita. Estas opiniones externas se hacen obviamente sin tener un texto completo. Para mí son mucho más válidas como, por ejemplo, la del expresidente [Ricardo] Lagos que hizo un llamado explícito a la moderación de la Convención”.

“Incluso la fundación de la expresidenta Michelle Bachelet, el grupo de Amarillos por Chile, que es un grupo de centroizquierda bastante amplio, y son todas voces que han dicho lo radical que han sido las normas de esta Convención”.

“Por lo tanto, yo esperaría que todas esas personas, o todas esas personas que son representadas por los liderazgos que acabo de mencionar, se puedan informar acerca de la gravedad de las normas que se han consagrado”.

El papel que juega el Gobierno en el Plebiscito de Salida

-¿Por qué cree que el Gobierno debiese ser prescindente?

“Yo creo que el Gobierno ya tomó una decisión, independiente de lo que le diga el contralor general de la República. Ellos van a hacer campaña por el Apruebo, y en ese sentido la ciudadanía tiene que tener claro que el plebiscito, además de ser un trabajo de evaluación de la Convención, será un plebiscito acerca del trabajo del Presidente Gabriel Boric y de la ministra Izkia Siches“.

¿Qué entiende usted por prescindencia?

“Para mí un Gobierno frente a una elección tiene que guardar la compostura política de no usar recursos públicos para hacer campaña. Ya lo dijo la ministra Siches y otras personalidades del Gobierno, y esa declaración, a pesar del dictamen de Contraloría, es una realidad. La vamos a ver a diario, la hemos visto en la oficina de la ministra [Camila] Vallejo, y ellos van a usar recursos públicos para la campaña del Apruebo”.

-Pero por ejemplo: si un ministro o una autoridad ante una pregunta periodística responde que va a votar Apruebo o va a votar Rechazo. ¿Eso es estar haciendo campaña finalmente?

“No. Porque es una manifestación de su intención de voto, no es un llamado para que otros hagan lo mismo que ellos”.

-¿Es distinto a llamar a la ciudadanía a votar por alguna de las opciones?

“Para mí lo que sí es campaña es hacer lo que hizo la ministra Vallejo con el ministro [Giorgio] Jackson, en donde manifestaron las bondades de la aprobación de ciertos artículos. Eso sí es hacer campaña”.

La campaña silenciosa de la derecha por el Rechazo 

-En temas de campaña, el expresidente Sebastián Piñera pidió que desde la derecha no se haga una campaña incitando el Rechazo. Pero se ha estado hablando que desde su colectivo hay una especie de campaña de silencio por esta opción… Después del 4 de julio ustedes dejan de ser convencionales, ¿cuál es la estrategia que tiene la derecha? 

“Para nosotros esto dejó de ser una clásica pelea entre izquierdas y derechas. Esto es un plebiscito entre los que creemos en la democracia y los que no creen en la democracia. Y también entre los que creen que esta Constitución tiene que ser para los ciudadanos en lugar de los que creen que una Constitución tiene que ser para los políticos. Es por esto que nuestra preocupación, sabiendo que no tenemos los votos para incidir en el articulado de esta Convención, ha sido la de informar a la ciudadanía de las consecuencias de lo que se aprueba o rechaza en esta Constitución”.

“Y vamos a seguir haciéndolo, porque esa es la forma en que esta ciudadanía vaya a votar el 4 de septiembre informada. Es decir: si usted salió a marchar el 18 de octubre porque su marido o su padre lleva años esperando una lista de espera, lamentablemente esta Constitución no le va a responder. Si usted salió a marchar porque su padre, su abuela o su abuelo recibe una pensión que no le alcanza para llegar a fin de mes, bueno, lamentablemente esta Constitución no le va a solucionar este problema”.

“Los graves problemas que tenemos en nuestro país y por los cuales salieron a marchar millones de personas, son causados por el Estado, es decir, falta de vivienda, listas de espera, educación pública deficiente. Y resulta que la respuesta que le dan a la ciudadanía esta Convención es más Estado. Es un portazo en la cara, porque les están diciendo que van a duplicar los problemas que les han generado durante tanto tiempo. Y eso se va a perdurar por 30 años con esta Constitución”.

-Con los ejemplos que usted dio… ¿se podría hablar entonces de una campaña silenciosa del Rechazo?

“Yo hablaría de una campaña ciudadana. La misma UDI dijo hace unos días atrás que en su franja electoral no iban a participar políticos, sino que la sociedad civil. Van a participar los que presentaron propuestas de iniciativas populares de norma y les pegaron un portazo en la cara. Van a participar quienes llevan años en las listas de espera, los que llevan esperando 14 años que su hijo que estudió en una educación pública y que no tiene las mismas oportunidades que un niño que salió de un colegio subvencionado. Esos son los protagonistas de este plebiscito del 4 de septiembre”.

“Monarquía indeginista”

-Si usted tuviera el poder de eliminar una sola norma que se ha aprobado y que se encuentra en el borrador de la nueva Constitución, ¿cuál sería?

“Yo eliminaría el concepto de plurinacionalidad“.

-¿Por qué?

“Creo que lo fundamental para una sana democracia es que todos seamos iguales ante la ley, y este concepto habla de que van a haber ciudadanos con privilegios que pertenecen al pueblo originario, que van a tener autonomía, autogobierno, sistemas judiciales propios, que tendrán que autorizar una decisión que los puede afectar a ellos. Eso va a crear diferencias entre los chilenos y le hace muy mal a un país, a una sociedad. Pueblos originarios con privilegios y a chilenos que sigan esperando en la fila”.

El viernes 29 de abril, el Pleno sesionó y votó el primer informe de la comisión de Derechos de los Pueblos Indígenas. La propuesta se elaboró mediante los resultados de la Consulta Indígena

De los 38 artículos que presentaron, solo uno ingresó al borrador de la nueva Constitución.

-En relación a las atribuciones de la Cámara de las Regiones que se votan la próxima semana en el Pleno, ya le queda una última vida. ¿Qué le parece que esto ocurra?

“Para mí no existe esto del bicameralismo asimétrico, para mí esto es una propuesta unicameral. Si bien se le agregan muchas facultades a la Cámara de las Regiones, al final es el Congreso Plurinacional (Congreso de Diputadas y Diputados) el que va a tener todo el poder con 88 votos, con los cuatro séptimos, teniendo el 100% del poder político en nuestro país. Toda discrepancia que venga desde el ‘Senado’ hasta el ‘Congreso Plurinacional’ va a poder insistirse con 88 votos”.

“Lo mismo con los vetos que pueda hacer el Presidente. Si un Presidente está en contra de un proyecto de ley que se emite desde el Poder Legislativo y usa su veto, el ‘Congreso Plurinacional’ va a poder insistir primero con mayoría simple, o si es una reforma completa con un cuórum muy bajo. Lo que se está creando acá es un caldo de cultivo de tener un sistema parlamentario desde el Congreso”.

-¿Esto es un peligro a la política chilena según usted?

“Por supuesto. La gracia de la Constitución es equilibrar los distintos poderes del Estado: el Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Y que haya los contrapesos dentro cada uno de esos poderes, y acá se le quita todo el poder al Senado, todo el poder al Presidente, y se le entrega al ‘Congreso Plurinacional’ que además va a tener diferencias en la igualdad del voto. Es decir, el voto de un chileno común y corriente no va a valer lo mismo que el voto de una persona que pertenece a pueblos originarios. Y eso le quita toda legitimidad, y aumenta la probabilidad de que tengamos una monarquía indigenista”.

-¿Cree que la propuesta tiene posibilidades de llegar a los dos tercios?

“Yo creo que sí. Hay un temor bastante grande en la izquierda que tienen los dos tercios, de no tener un sistema político para el plebiscito del 4 de septiembre. Y ante ese temor y ese miedo van a tener que ceder… así lo ha hecho el Partido Socialista”.

-¿A qué se debe ese temor que menciona del Partido Socialista?

El Partido Socialista tiene un conflicto de interés gigante. Ellos son los que tienen la llave para dar los dos tercios en cualquiera de las normas. Pero al mismo tiempo, tienen un pie en el Gobierno de Chile. Si ellos no hacen lo que les dice el Presidente Gabriel Boric, tienen el riesgo de ser sacados del Gobierno, y eso es un conflicto de interés muy grande”.

¿Oídos sordos a la derecha en la Convención?

-¿Cuál es la percepción que hay desde la derecha con el Rechazo en general de sus propuestas en la Convención? ¿Es una mala jugada tal vez por ser minoría en esta Convención que tiene más presencia de la izquierda?

“Claramente fue un pésimo resultado electoral que hayamos tenido un 25% de los convencionales acá. Y eso detonó en que nuestras normas no tuvieran obviamente ninguna opción de ser aprobada porque no tenemos los votos. Y es totalmente democrático, legítimo”.

“Pero a mí me parece bastante poco hábil políticamente que la izquierda no nos haya incorporado, porque esta Constitución es un llamado para unir a nuestro país, y lo que están haciendo, habiendo rechazado casi el 100% de nuestras indicaciones, es dividir nuestro país. Y eso no es lo que la ciudadanía espera de los políticos, en especial de esta Convención”.

-¿Se podría decir que es una disociación completa de las ideas de la derecha con el marco de la Convención?

“Para mí lo que está pasando en la Convención es una disociación completa con las necesidades de la ciudadanía, con darle una respuesta por las pensiones, con una respuesta de la propiedad de los ahorros previsionales, con una respuesta sobre la educación público estatal, de la seguridad y de las listas de espera”.

La Convención ya llega a su etapa final

-Ya se formaron las comisiones de Armonización, de Normas Transitorias y de Preámbulo. Y usted va a integrar Armonización. ¿Cuáles serán las claves de esta comisión?

“La centroderecha cuando participamos en el Reglamento a comienzos de este proceso, propuso que Armonización tuviese un funcionamiento permanente, cosa de que fuera corrigiendo los errores tanto de redacción como de consistencia. Eso se rechazó porque no quisieron tener una supracomisión”.

“Hasta el momento eso se ha respetado, pero claramente hay sectores de la izquierda que quieren otorgarle lápiz y goma para intentar moderar esta Convención de cara a la evaluación de la ciudadanía. Obviamente los grandes ganadores, que son los pueblos originarios, no van a permitir eso. No van a permitir que esta Comisión de Armonización tenga más poder que el de guardar o corregir asuntos de redacción y coherencia”.

“Yo creo que es bien poco, por no decir nada, lo que puede hacer esta comisión para mejorar la calidad de la propuesta constitucional”.

-Hay otros que no están inscritos en estas comisiones. Ellos se dedicarán a realizar semanas territoriales, y las personas encargadas de estas son figuras muy emblemáticas, como Marcela Cubillos desde su sector, pero también Beatriz Sánchez (Frente Amplio). ¿Cómo podría influir en la ciudadanía estas figuras en esa semana territorial?

“Tendrán que informar a la ciudadanía. La mejor campaña que se puede hacer de uno u otro lado es informarle a la ciudadanía. Y decirle: si usted quiere más Estado, más listas de espera y más educación deficiente, o quiere un Estado al servicio de las personas, una Constitución que sea centrada en las personas, o una Constitución centrada en los políticos, una Constitución separatista”.

“La gente tendrá que decidir que si esta Constitución es lo que pensó cuando votó en el Plebiscito de Entrada. La Constitución actual ya está muerta, y un 80% aprobó una nueva Constitución. El tema ahora es evaluar si fue bueno o malo el trabajo de esta Convención. Yo estoy seguro de que hay muchos que un principio quería una nueva Constitución y que ahora están disconformes con el trabajo que se ha hecho -se ve en las encuestas-, con el trabajo que han hecho estos convencionales, de nosotros”.

“Aquí se ha desperdiciado una oportunidad gigante de darles respuestas ciudadanas a muchas personas que han estado esperando de la clase política que se pongan en sus zapatos”.

-¿Qué mensaje le daría a la ciudadanía ya terminando este proceso después de casi un año de trabajo?

“Lo que cada ciudadano debe realizar el día 4 de septiembre es situarse en octubre del año 2019 y pensar cuáles eran los problemas que esperaban que se resolvieran. Y teniendo en claro eso, ver si esta propuesta de Constitución le da respuesta a esos problemas, porque acá se ha hablado mucho de indigenismo, de creación de nuevos cargos políticos, de 16 congresos nacionales en cada una de las regiones de nuestro país, y resulta que se echa de menos los problemas de salud, de pensiones, de educación, de vivienda, de seguridad, que son los verdaderos problemas que viven a diario los 20 millones de personas de nuestro país”.