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El “trago amargo” que prevé el Gobierno por su apuesta en el segundo retiro

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Agencia Uno
POR Gladys Pierola |

El miércoles es el día clave para La Moneda. En esa jornada el proyecto del Ejecutivo y la reforma constitucional se enfrentarán en la Sala del Senado.

“Estoy un poquito estupefacto”. Así partieron las palabras del senador UDI Juan Antonio Coloma en la sesión de este lunes de las comisiones unidas de Hacienda y Trabajo de la Cámara Alta. Su frase se repitió a lo largo de la intervención y con cierto pesar, porque en medio de la tramitación del proyecto de ley del Gobierno que da pie al segundo retiro del 10% desde los fondos previsionales, al otro lado, en la oposición, solo escuchó dudas, reproches por ser un “autopréstamo” y varios de los senadores adelantando que, tal como estaba la iniciativa, la rechazarían.

El Ejecutivo jugó la carta de un proyecto de ley con el objetivo de “anular” la reforma constitucional de similar propósito, pero distinto mecanismo, la cual fue impulsada por la oposición y numerosos representantes del oficialismo.

“Pensé que esto iba a ser superrápido, porque entendí que este trago amargo que se había tomado el Gobierno para ayudar iba a ser bienvenido, pero parece que se tomó el trago amargo y como que da lo mismo”, dijo Coloma frente a sus colegas.

De hecho, ese concepto de “trago amargo” lo reiteró en cuatro oportunidades para graficar la situación incómoda que por estos días viven en La Moneda y también en Chile Vamos. El Ejecutivo se la jugó con un proyecto -que criticó desde el día uno- para detener la reforma constitucional que nació en la Cámara de Diputados. Un segundo retiro con “bordes” para los más altos ingresos, que no fue suficiente a ojos de la centroizquierda y que hasta el cierre de esta edición tenía “pronóstico reservado” en el oficialismo, pues aún no había claridad si conseguirán los 22 votos necesarios. Con calculadora en mano: esto es todo Chile Vamos más tres senadores de oposición

Y ese es el miedo. 

Miércoles: el día clave

En el Gobierno advierten que el escenario que enfrentarán este martes y miércoles a simple vista está muy empinado. Su proyecto, que cuenta con discusión inmediata -la más importante en la escala de urgencias-, se tramitará en las comisiones unidas a doble tanda este 24 de noviembre, en la mañana en general y en la tarde en particular. Si logra sortear la primera barrera, el miércoles ambos proyectos se enfrentarán en la Sala del Senado.

Las conversaciones que lideran los titulares de Hacienda, Ignacio Briones; de Trabajo, María José Zaldívar, y de la Segpres, Cristián Monckeberg, están cuesta arriba.

Por eso el escenario, tal cual está hasta este minuto, podría ser fatal para el Ejecutivo. Hay dos premisas para esa amargura posible: la primera es que no logre ordenar a los cinco senadores de Chile Vamos que ya se han mostrado a favor de la reforma constitucional. Es decir, que en las próximas horas Iván Moreira (UDI), David Sandoval (UDI), José Miguel Durana (UDI), Juan Castro (RN) y Manuel José Ossandón (RN) mantengan el apoyo a la reforma que impulsaron diputados como Karim Bianchi (IND) y Pamela Jiles (PH), más allá de los cambios prometidos y la propuesta del Ejecutivo. Si se suman a la oposición, la aprobación de la reforma constitucional llegaría a 29 votos, equivalentes a 2/3 del Senado y con ello, se repetiría el escenario de julio, cuando se superó el cuórum más alto de la Constitución.

“Está muy difícil”, advierte un alto personero de Palacio. Un ejemplo de ello es la posición de Ossandón, Castro y Moreira que por el momento dan poco margen de acción.

“Yo no cambiaré mi decisión, independiente del proyecto que presentó el Ejecutivo, que debe conversarse más”, dijo en Pauta en Desarrollo, de Radio PAUTA, el senador Castro.

En un escenario de agrio optimismo, si el Gobierno contuviera a Durana y Sandoval mediante un apoyo a las indicaciones de estos parlamentarios a la propuesta que se ingresó la semana pasada, no sería suficiente. La decisión de los otros tres senadores de todas maneras inclinaría la balanza  hacia una aprobación que superaría los 3/5 requeridos, equivalentes a 26 votos. “Dos de ellos que crucen y generarán un problema serio al Gobierno”, alerta otro dirigente de Chile Vamos, pues la oposición cuenta con 24 votos en la Cámara Alta.

Luego vendría la disputa en el Tribunal Constitucional, tras el requerimiento que ingresó el Ejecutivo. Y la contienda, puesto de ese modo, escalaría a nivel institucional: el Congreso versus el Gobierno. De hecho, desde la Cámara de Diputados ya anunciaron que irán al TC a nombre de la Corporación y desde el Senado este martes confirmarían el mismo camino. 

La otra premisa del “trago amargo”, como dijo Coloma, es que el proyecto de La Moneda se rechace, en caso de aprobarse la reforma. Un escenario que en la oposición se baraja. Incluso, algunos personeros como el senador Jorge Pizarro adelantaron que si se da luz verde a la propuesta que salió de la Cámara no debería seguir la tramitación de la apuesta que defiende el Ejecutivo, porque “se cae por su propio peso”. Así, todo el esfuerzo de subirse a un tema que no los convencía y los malos ratos internos habrán sido en vano. Solo se profundizaría la crisis interna del oficialismo y su relación con el Gobierno.

“Yo espero que no solo los senadores de Chile Vamos, sino varios de oposición se den cuenta de que con el proyecto del Ejecutivo se abordan dos temas: volver a plantear proyectos dentro del margen constitucional y legal, dejando de usar esta fórmula de ‘disposiciones transitorias a la Constitución’ que solo debilitan la institucionalidad del país, y se le ponen bordes al retiro que evitan la regresividad impositiva”, dice a este medio el senador y jefe de bancada de RN, Rodrigo Galilea.

De hecho, la senadora UDI Jacqueline Van Rysselberghe y Galilea defendieron uno de los puntos más criticados por la oposición: la devolución del segundo retiro desde los fondos previsionales. Según la timonel de la UDI, la idea es que “cuando se tenga una situación más holgada se puedan restituir” los recursos. Pero en la centroizquierda -porque ni hablar de la izquierda- esa respuesta quedó corta y pidieron revisar este requisito.

El mecanismo y el efecto

“El 96% que pudieron retirar la vez anterior van a poder hacerlo ahora”, señaló en más de una oportunidad la ministra Zaldívar en respuesta a los criticaban la universalidad del proyecto de La Moneda. Sin embargo, en la oposición parte de los argumentos que se dieron fue que la propuesta del Gobierno es un autopréstamo y que esto “no se ha dicho con claridad”.

En rigor, el primer retiro previsional impulsado por la oposición implica que cada afiliado se restó un 13,3% promedio a su propia pensión, según datos de la Superintendencia de Pensiones. Un segundo retiro implicará que las personas descontarán, también en promedio, 22,8% de su futura jubilación -con el auspicio de los mismos parlamentarios opositores y oficialistas-, dicen las proyecciones que el superintendente Osvaldo Macías expuso con detalles a los legisladores.

El senador PS Carlos Montes apuntó que la iniciativa del Ejecutivo llegó a última hora, más allá de que busque un pago de impuestos a las rentas altas -tema que sí logra ciertos apoyos en la centroizquierda- y de las fórmulas para atenuar los efectos en las jubilaciones futuras. “Quisiera que el Gobierno explicara la base social, la raíz social a su juicio para defender este proyecto”, comentó Montes.

Por eso, la discusión más compleja que enfrentará La Moneda en las próximas horas es precisamente explicar su apuesta: el “mecanismo” del segundo retiro -razón por la cual fue al TC – y las consecuencias en las pensiones y el mercado en plena época de fiestas de fin de año.

“El segundo retiro no es importante, lo importante es el instrumento”, ironizó el senador PPD Ricardo Lagos Weber. Eso les criticó a los ministros presentes en la sesión. “El debate si se afecta o no a las pensiones es un debate que pasó a segundo plano”, fustigó.