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Conversaciones prohibidas en la oposición: qué hacer el día después de las elecciones

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Agencia Uno
POR Gladys Pierola |

El comando de Gabriel Boric no solo ha conseguido atraer a socialistas y exintegrantes del comando de Paula Narváez. También explora los escenarios de segunda vuelta. En el equipo de Provoste están alertas.

Si hay una premisa asumida en las filas que hoy apoyan a la candidatura de Gabriel Boric es que, de pasar a la segunda vuelta, los apoyos de Apruebo Dignidad (AD) no son suficientes para llegar a La Moneda. Y partir de eso, lentamente entre los dirigentes -principalmente del Frente Amplio- se ha instalado la preocupación del día después: dónde buscar apoyos a partir del 22 de noviembre. 

Esta discusión tomó un tono distinto en los últimos días debido al alza de José Antonio Kast en las encuestas. En el bloque de izquierda comentan que ese fenómeno cambia la estrategia para un eventual balotaje. Es distinto enfrentar al candidato del Partido Republicano y apelar al voto de centroizquierda para ganarle a la derecha más polarizada, que tener que disputar un espacio común con la carta de Nuevo Pacto Social (NPS), Yasna Provoste

“Hay conversaciones preliminares”, reconocen a PAUTA los cercanos a Boric. Por el momento, la principal tarea es cerrar el plan de gobierno y las prioridades del programa que lanzarán los próximos días. Luego, en paralelo a los días finales de la campaña, viene el (incómodo) análisis: evaluar, según los resultados presidenciales y parlamentarios del 21 de noviembre, hacia dónde va la política de alianzas y cuánto se puede abrir AD.

El propio Boric adelantó este viernes que no es algo que pueda decidir por una sola persona y que será una reflexión del bloque. “No me cabe duda de que vamos a incorporar más gente. Apruebo Dignidad es nuestro pacto, es nuestra base y desde ahí estoy abierto a tener conversaciones más amplias, desde Apruebo Dignidad”, precisó en entrevista con radio Duna.

¿Hay espacio para un pacto de gobernabilidad?

La discusión sobre los apoyos recíprocos para el balotaje es aún tabú en la oposición y en los bloques que cuentan con los dos candidatos más competitivos del sector. Boric ha dado algunas señales más que Provoste, quien esquiva resueltamente el tema cuando se le pregunta qué hará si no pasa a segunda vuelta.

Dentro de AD explican que hay al menos tres factores que deben estar sobre la mesa si la papeleta final es entre Boric y Kast, y que eso definirá cualquier búsqueda de apoyos. Primero, y lo más obvio, con qué número pasa cada uno de los candidatos, incluido el que queda tercero (a) en la lista. En caso, por ejemplo, de que Yasna Provoste quede en el tercer lugar, el peso electoral será clave para esa conversación del día después. “No da lo mismo si saca 17 puntos o 10 puntos”, dice un importante dirigente frenteamplista.

A eso se suma el rendimiento electoral parlamentario de ambos cuadros, donde es clave qué partido queda de hegemónico en AD y en NPS. Con eso sobre la mesa hay que ver las voluntades reales. Claro, los colaboradores de Boric entienden que en una contienda contra Kast buena parte de la centroizquierda lo apoyaría sin rodeos, pero el tema más profundo es si esos gestos significan algo más.

En las conversaciones que hoy se dan en los pasillos del Congreso, y también en el comando de Boric, se plantea si ante ese escenario están disponibles para pensar en un acuerdo de gobernabilidad con parte de la ex-Concertación. 

¿Cuáles son límites? Depende de la cancha y las condiciones programáticas que se evalúen. En el FA, en especial, una idea que tiene cabida es pensar en un puente con el Partido Socialista. En el PC aún son cautos con ese escenario. 

PS: miradas de reojo

El propio Boric se ha encargado de mandar señales (algunas no muy bien recibidas) al mundo socialista. Por eso, de todas las fórmulas es la que hace más sentido. 

El último guiño, y que fue muy comentado, es la incorporación del excoordinador del programa de Paula Narváez, el economista Daniel Hojman, al “comité asesor académico” del comando de AD. Hojman es independiente, pero su aterrizaje levantó polémica por descolgarse de la opción de NPS. De hecho, el economista aseguró “que el programa de Narváez tiene amplia coincidencia con lo que ha planteado la candidatura de Boric”. 

“Por supuesto, que a quienes nos quieran apoyar los vamos a recibir y bienvenidos sean, pero también he sido cuidadoso de no interpelar moralmente al PS y decir ‘dónde están’, porque entiendo también los procesos institucionales”, señaló el propio Boric. 

Claro, cualquier conversación a partir del día 22 debe ser con la dirigencia de la tienda que lidera Álvaro Elizalde y no con los “descolgados” que hoy ya están con Boric. 

Desde el PS aseguran que el tema se mira de reojo. Y las razones son claras. Por un lado, aún está en la memoria la fallida inscripción de la primaria amplia de la izquierda, cuando desde el PC y parte de Convergencia Social (CS, el partido de Boric) vetaron al PPD. Creen que ahora podría pasar algo similar si el PS insiste en ir a cualquier conversación con el partido primo. “Si ellos siguen con su política de vetos no van a llegar muy lejos”, dice un importante personero del PPD. 

Lo otro es la lealtad con su candidata presidencial. Fuentes del PS explican que dar otra señal o comentar en público un tema de pactos antes de tiempo sería un despropósito para la campaña de Provoste, pues creen que, aunque el panorama es difícil, aún hay espacio para tener un buen resultado el 21 de noviembre. “Yasna Provoste tiene una posibilidad real, las cosas están muy líquidas y no vamos a desechar esa posibilidad”, describe un senador de oposición por la situación actual de su candidatura presidencial.

Con un Sebastián Sichel debilitado hacia el votante de centro y con el escenario de un balotaje polarizado, Provoste ha crecido. La gran duda en su comando es si ese crecimiento será suficiente para pasar a la segunda vuelta. Explican en su equipo que los esfuerzos están dando resultados y que los ánimos han ido mejorando. “La gente, las bases, están más entusiasmadas con Provoste y eso se refleja en terreno”, agrega un dirigente socialista. 

¿Cuánto ampliar el arco?

“En mi sector tenemos un problema con la DC, no con Yasna Provoste. La senadora en sí no es el problema”, explica otro parlamentario del FA. ¿Qué tanto ampliar el arco? También es parte de la discusión soterrada que se está dando en la oposición. En elecciones pasadas era más fácil analizar el plan A, B o C, pero hoy hay más incertidumbre de cuál será el cuadro final. Quizás lo más complejo, comentan las mismas fuentes, es que esa amplitud desdibuje el proyecto bajo la justificación que solo hay que ganarle a la derecha. 

En el mismo comando de Boric explican que esta conversación del “día después” también pasa por los perfiles y los nombres que se puedan sumar a un eventual proyecto. Por ejemplo, una de las dudas de un escenario frente a Kast es qué hará la DC. La Democracia Cristiana es un límite para una parte de los partidos que apoyan a Boric. Desde luego, para el PC.

Incluso, consultado por el tema, el propio candidato explicó que la DC ha jugado un rol “refractario en los procesos de transformación” y puso como ejemplo el segundo gobierno de Michelle Bachelet. “Ahora, si en segunda vuelta se da el escenario de enfrentar un proyecto de transformación con lo que desde nuestra perspectiva es un retroceso autoritario, como el que representa JAK, creo que debemos tener la disposición de sentarse a conversar. No llegar a acuerdos previos, pero sí conversar con todo el que sea necesario”, dijo Boric este viernes. 

En la memoria, y con razón, está lo que pasó el 2017 con el apoyo del Frente Amplio a la candidatura de la entonces Nueva Mayoría que encarnaba el senador Alejandro Guillier. Costó varios días y conversaciones para que sus principales líderes, incluido el propio Boric, dieran una señal de apoyo electoral contra Sebastián Piñera más que proGuillier, el que de todas maneras fue insuficiente.

La otra preocupación es cuánto de ese arco puede abrirse hacia la izquierda si entra parte de la ex-Concertación en la suma. Incluso, hoy en el comando  está instalada la preocupación sobre cuánto se pueden movilizar los sectores populares versus el votante de las comunas más acomodadas, que tiene más afluencia electoral.

El estancamiento o techo de crecimiento de Boric de aquí al 21 es clave para el día después. Como advierte otro dirigente de Apruebo Dignidad, hay que pensar en cómo ir más allá de la centroizquierda: “Tenemos que pensar también en ese votante más de izquierda que no está representado en la presidencial y que no votó el 2017, pero sí en las últimas cuatro elecciones. Apruebo Dignidad y la centroizquierda no dan la mayoría suficiente y eso tenemos que tenerlo claro”.