Actualidad

Cozzi (RN) pide a convencionales seguir el ejemplo de Boric: “Aprender a moderarse”

Imagen principal
Agencia Uno
POR Sofia del |

Ruggero Cozzi critica que “constituyentes de izquierda prácticamente se arrodillaron ante Boric” cuando el Presidente electo visitó la Convención.

Tras el triunfo presidencial de Gabriel Boric, quien aventajó por 12 puntos a José Antonio Kast, la centroderecha entró en un período de reflexión y reconfiguración. Y parte de las preguntas que rondan en Chile Vamos son qué hacer ante una posible coalición con el Partido Republicano, quién debe ser el líder del sector y cómo leer lo que pasó en esta última elección.

Pero lo sucedido en los comicios presidenciales del domingo 19 no solo incide en el ámbito partidario, sino también “en la actitud de los distintos convencionales y el destino que puede tener la Convención Constitucional”, dice Ruggero Cozzi (RN), constituyente por el Distrito 6 e integrante del Colectivo Independientes RN-Evópoli.

En entrevista con PAUTA, el convencional RN analiza el futuro de las derechas y la incidencia de la elección presidencial en la Convención Constitucional (CC). También se refiere a las palabras de Boric, quien el martres 21 visitó a la CC e hizo un llamado a respetar la autonomía del órgano. Al respecto, Cozzi dice: “Es importante que la Convención también quiera cuidar esa autonomía y de las señales precisas en esa línea”.

-Desde que Gabriel Boric fue electo Presidente, ¿ha visto ya alguna incidencia del resultado de la elección en la Convención por parte de algún colectivo o partido político?

“Claramente el resultado del domingo 19 influye directa o indirectamente en la actitud de los distintos convencionales y el destino que puede tener la Convención Constitucional. El primer hito es la visita del Presidente electo a la Convención. A mi juicio, quedó claro que la Convención, que durante meses había defendido su independencia y autonomía, y en donde no se quiso invitar al Presidente Sebastián Piñera al acto inaugural ni a ninguna comisión, ahora que Gabriel Boric viene, los constituyentes de izquierda prácticamente se arrodillaron ante él. Eso me parece muy complicado, porque una persona que concentra tanto poder, no solo la Presidencia de la República sino que también en la capacidad de influir de esa manera en el proceso constituyente, podría ser complejo para nuestra democracia”.

-Pero Boric señaló que va a respetar la autonomía del órgano constituyente.

“Exactamente, pero es importante que la Convención también quiera cuidar esa autonomía y dé las señales precisas en esa línea. Otras señales que se empiezan a observar es que ahora es la nueva izquierda -Frente Amplio, Partido Comunista- la que tiene la responsabilidad de gobernar y se están tomando las cosas más en serio. Eso significa que, por ejemplo, el miércoles en el Pleno se discutió la posibilidad de extender el plazo de iniciativas populares, y convencionales como Fernando Atria (Fente Amplio) ‘pusieron la pelota en el piso’, diciendo que había que tomarse esta discusión en serio porque tenemos que cumplir con un plazo constitucional. Eso obviamente que sorprende, porque no existía hasta ahora. El foco siempre había estado en la participación, en los simbolismos, y no en el trabajo propiamente constituyente nuestro. Creo que, en ese sentido, es bueno que empecemos a trabajar con responsabilidad y rapidez para entregar el texto de la nueva Constitución dentro de plazo a la ciudadanía”.

-¿Su mayor aprensión es que no se respete la autonomía de la Convención?

“Al menos si uno miraba lo que fueron los primeros meses, el foco estuvo en la autonomía y la independencia de la Convención frente al Ejecutivo y al Congreso, y por eso me parece llamativo el cambio de actitud con el Presidente electo”.

La lección del triunfo de Boric

-¿Cuál es la lección que la derecha debe sacar de estos resultados y cómo se pueden aplicar en la CC?

“La derecha quedó mejor parada que en mayo (en elecciones municipales y de constituyentes). Eso es indudable, porque en la primera vuelta electoral tanto en la Cámara como en el Senado logramos equilibrar nuestra presencia. Eso cierra la puerta a un montón de propuestas que estaban dando vuelta en el ambiente, que afectaban la institucionalidad y las reglas del proceso -como los plebiscitos dirimentes o la extensión del plazo-. Hoy, con la nueva composición del Congreso, esas posibilidades se cierran. Lo otro es que en la segunda vuelta, siendo José Antonio Kast todo lo representativo de un sector de la derecha que está más hacia la derecha que otras fuerzas de nuestra coalición, obtuvo un 44% de los votos. Muy distinto del 20% que obtuvo la derecha en los resultados de mayo”.

{{noticia:122806}}

-¿Y eso cómo lo lee?

“Creo que esto demuestra que al final del día hay sectores que están más bien sobrerrepresentados dentro de la Convención, y ese es un llamado de atención a moderarse, a no dejarse engañar por esa falsa sensación de mayoría absoluta. Las mayorías son cambiantes. La realidad del país es muy diversa, y el eje derecha-izquierda, de los cambios y la estabilidad, el eje de la cultura, del orden, está muy presente en nuestro país”.

-¿El porcentaje que Kast obtuvo en la segunda vuelta se podría traducir en un 44% de rechazo a la nueva Constitución en el Plebiscito de Salida o es una lectura apresurada?

“De algún modo es una cifra que hay que ir monitoreando respecto a lo que vaya pasando en el país. Va a asumir un gobierno del Frente Amplio y del Partido Comunista, que nunca ha tenido experiencia y que, digámoslo con todas sus letras, no sabe gobernar. Además, tiene una coalición de partidos muy débil en el sentido que es muy dispersa, que no tiene mayoría en el Congreso”.

Y agrega otros factores: “También estamos en una crisis sanitaria y una crisis económica que va a golpear con fuerza desde marzo en adelante. La fuga de capitales de estos últimos seis meses es del orden de los US$ 8 mil millones y, en los últimos dos años, casi US25 mil millones. Eso es mucho dinero que se pierde y que no va a volver. Las tasas de inflación se duplicaron en último tiempo y eso va a generar desempleo, por lo que la luna de miel del gobierno de Gabriel Boric probablemente sea muy corta. Entonces, si todo eso empalma con el Plebiscito de Salida, la verdad es que el resultado es muy incierto. La ciudadanía está tomando sus decisiones conforme a la coyuntura y eso podría afectar el resultado del trabajo de la Convención”.

-A su juicio, ¿qué es lo que debiera hacer la Convención?

“La gran lección es aprender de lo que hizo el mismo Gabriel Boric en segunda vuelta: moderarse, tratar de representar cambios pero con estabilidad, con orden, con paz. De ese modo creo que la Convención Constitucional podría estar caminando sobre un rumbo que es mucho más cercano al éxito que de la manera como se llevó la Convención durante los primeros seis meses: con excesos de retórica que amenazaron lo que han conseguido muchos chilenos y chilenas durante los últimos 30 años”.

“Veo algo de espíritu de diálogo”

-Para las primarias, usted estuvo con Sebastián Sichel. ¿Cree que él debe volver a tomar un rol protagónico en el sector?

“Una coalición que quiere ser mayoría no puede poner vetos a ninguna persona. Dicho eso, Sebastián Sichel cometió errores graves, sobre todo después de que fue la misma coalición, los partidos de Chile Vamos, los que lo apoyaron después de la primaria. El no asumir compromisos de apoyar a José Antonio Kast en la segunda vuelta fue un grave error”.

-En la opinión pública se habla de que un grupo de la derecha en la CC se está “atrincherando” ante el Plebiscito de Salida, a pesar de que aún no se ha votado ninguna norma. ¿Considera que es una buena actitud?

“Cada uno tiene que tomar las decisiones que le parezcan más convenientes. Yo, al menos, junto al colectivo Independientes RN-Evópoli, estamos trabajando para que este proceso sea exitoso, que tengamos la mejor Constitución posible. Eso que significa buscar acuerdos, dialogar, sin perjuicio de que obviamente, al final del camino, cuando veamos el resultado, tendremos que tomar una decisión. Y ahí, en el fondo, la presión la tiene el Frente Amplio y la centroizquierda: en la medida en que ellos quieran hacer acuerdos, podrán contar -en mayor o menor medida- con la centroderecha en todo lo que va a significar defender esa propuesta de texto convencional. Pero si se nos sigue excluyendo habrá que mirar cuál es el texto definitivo. Por ahora, creo que la cancha está bastante abierta. Veo algo de espíritu de diálogo, y espero que eso se vaya concretando en las próximas semanas, ahora que empiezan ya las discusiones y votaciones de norma de contenido”.

La elección de la nueva Mesa

En la elección de la nueva Mesa, por la composición de la CC, la derecha solo podrá optar por una vicepresidencia adjunta, tal como en la actualidad. ¿Qué nombres le gustaría que llegaran a la presidencia y vicepresidencia? 

“Más que el nombre, es la actitud con la que asuma el cargo de presidente y vicepresidente. Lo que primero necesita la Convención Constitucional es superar un grave déficit comunicacional. La presidenta Elisa Loncon ha cometido muchos errores por esa línea. Por otro lado, tiene que subsanar un déficit político de la actual Mesa, porque sea quien sea que asuma esos cargos, tiene que establecer algún mecanismo de conversación fluida constante con las distintas bancadas para ir asegurando los votos en las distintas propuestas normativas”.

-¿Cómo evalúa ese trabajo en la CC?

“Ese trabajo hasta ahora no se ha realizado, en parte, porque cuando discutimos el Reglamento de la Convención, muchos sectores quisieron distanciarse, diferenciarse lo más posible de lo que es el Congreso Nacional e instituciones como los comités parlamentarios. Eso fue un grave error, porque hoy en la Convención la verdad es que no hay jefes de bancadas con los cuales se pueda negociar formalmente y saber de que en esa negociación se están comprometiendo los votos de todos esos convencionales. Hoy día es un pirquineo constante de votos uno por uno. Y eso, cuando llega al Pleno, genera un desorden. Es la razón de por qué en la votación del Reglamento se terminaron aprobando cuestiones aberrantes como la norma del negacionismo y los plebiscitos dirimentes, porque nadie tiene el control del Pleno hoy y eso requiere de gestión política”.

“Hay que mantener las bases del presidencialismo”

-La Comisión de Sistema Político comenzará prontamente a deliberar y votar las normas respecto del régimen político. ¿Usted por cuál sistema de gobierno se inclina?

“Yo creo que hay que mantener las bases de un presidencialismo, pero tiene que ser corregido, atenuado y modificado. Sin embargo, en lo central, no se le puede entregar el gobierno del país a los partidos políticos y al Congreso Nacional como sucede en un régimen parlamentario o semipresidencial. Creo que es ir en contra de nuestra cultura institucional y es privar a la ciudadanía de un derecho que está muy arraigado. La gente, cuando va a votar por Presidente(a) de la República, sabe que está eligiendo a la persona que gobernará el destino de la nación. Y quitarles ese derecho y entregárselo a las cúpulas de los partidos políticos para que negocien en el Parlamento sería ir en contra del sentido común en estos tiempos, donde esas son algunas de las instituciones más desligitimadas y desprestigiadas en nuestro país”.

-Y respecto al Congreso, ¿cree que se debiera continuar con un sistema bicameral o transitar hacia uno unicameral?

“Nuevamente, por nuestra cultura institucional y mirando la experiencia comparada en Latinoamérica, el Senado sirve para complementar la representación de la Cámara Baja. Todo depende del sistema electoral, pero generalmente el Senado aporta más experiencia y mesura en las discusiones. El contraargumento que se ha dicho es que esto de las dos cámaras retarda la tramitación de las leyes, pero también mejora su calidad. Entonces, aquí tal como dijo la expresidenta Michelle Bachelet en su intervención en la Convención, tenemos que buscar las ventajas y desventajas de uno u otro, pero mantener el Senado garantiza estabilidad y mejor calidad de nuestra legislación”.

El futuro del Tribunal Constitucional

-En su comisión, Sistema de Justicia, uno de los grandes nudos es el futuro del Tribunal Constitucional (TC). ¿Cómo analiza esta discusión y cuáles serían las consecuencias de eliminar este órgano?

“Es una discusión que está cuesta arriba, porque tal como ya se sabe por la prensa hay un grupo de convencionales miembros de la Comisión que está a favor de la idea de eliminar el Tribunal Constitucional y traspasar algunas de sus competencias a la Corte Suprema. A mí no me parece conveniente esa propuesta por distintas razones. La primera es política: sería retroceder 50 años de historia institucional”.

El TC nace el año 1970 a través de una reforma de Frei Montalva, fue disuelto por la dictadura militar y renace con la Constitución del 80. Jugó un rol importantísimo en el retorno de la democracia y fue refundado el 2005 por Ricardo Lagos Escobar. Entonces, son 50 años de evolución institucional que se estarían tirando a la basura. Eliminar el Tribunal Constitucional no es algo que tenga comparación en el resto de los procesos constituyentes: en Bolivia se mantuvo el TC, se le dio otro nombres y atribuciones, pero se mantuvo. Lo mismo en Colombia. En el ámbito jurídico, el modelo de Corte Suprema pequeña, con competencias en lo constitucional, es algo más bien propio de los Estados federales, no es algo que sea propio de Estados unitarios como el nuestro. Lo que corresponde es hacer los cambios profundos que requiera la institución en materia de nombramiento de jueces y atribuciones”.

-La convencional Teresa Marinovic (Ind-Chile Libre) señaló que estaría de acuerdo con ampliar el período de tiempo para redactar la nueva Constitución. ¿Cómo evalúa aquella afirmación?

“Me parece muy desacertada su declaración, porque justamente ha sido desde la centroderecha que hemos realizado un esfuerzo enorme por mantener dentro del cauce institucional y democrático la Convención para que se respeten las reglas del proceso: la regla de los dos tercios, el plazo, todo el marco normativo que rige el proceso. Entonces, que venga ahora una representante que es cercana a quien fuera el candidato presidencial de la derecha en segunda vuelta a plantear esta idea, me parece muy inconveniente. Además, el país y la economía no resisten tanta incertidumbre, raya en el límite de lo irresponsable”.