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Salió del grupo: la difícil convivencia de la oposición

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PAUTA
POR Gladys Pierola |

Hay un chat en WhatsApp de presidentes de partidos llamado “Oposición”, pero no están todos. En la ex Nueva Mayoría y el Frente Amplio reconocen que en el bloque no hay -ni habrá- una sola mirada.

El lunes pasado la oposición, o buena parte de ella, sacó una declaración pública firmada por ocho presidentes de partidos en la que se criticaba al Gobierno y, en particular, al Presidente Sebastián Piñerapor abrir la discusión sobre el Plebiscito de octubre y su eventual evaluación no solo por razones sanitarias, sino también por el complejo escenario económico que dejaría el Covid-19

El documento de un poco más de una página nació a media mañana en el grupo de WhatsApp llamado “Oposición” que reúne a los timoneles de Convergencia Progresista (PS, PPD y PR), la Democracia Cristiana y los cuatro partidos que hoy están en el Frente Amplio. La idea de hacer un punto político conjunto fue sugerencia del líder del Partido Radical, Carlos Maldonado, y luego secundada por el administrador del chat, el titular del PPD, Heraldo Muñoz. En el grupo, como pocas veces, no hubo doble lectura y calificaron como “graves” las palabras del Mandatario, aunque el texto final quedó un poco más moderado

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En medio de semanas de críticas cruzadas sobre el rol de la oposición (o, como ya todos repiten como nueva verdad, de “las oposiciones”) en la pandemia; de la duras palabras del expresidente Ricardo Lagos, quien aseguró “que no estaban dando el ancho”, y la polémica por el llamado a la unidad del progresismo, que realizó el mandatario argentino, Alberto Fernández  -y que tanto incomodó en La Moneda-, el tema del Plebisicito y la necesidad de nueva Constitución parece ser de los pocos puntos que aglutinan al sector. Incluso están en el mismo bando con los críticos de cómo se gestó el pacto que dio pie al proceso constituyente

“Cuando hablamos de un tema de profundización democrática hay un nivel mayor de coincidencia y donde tenemos diferencias es en temas más estratégicos”, responde a PAUTA el timonel de la DC, Fuad Chahin: “Hay quienes creen que la oposición tiene que ser de una lógica del todo o nada y con una postura uniforme. Nosotros creemos que la oposición tiene que ser propositiva y también deben existir las diferencias que hay en este espacio común”.

Quizás por eso, por el tema tratado, la declaración que unió desde la DC al FA salió en cuestión de horas. No obstante, algunos reconocen que faltaron firmas para hacer el gesto del bloque opositor completo.

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En ese “chat de los presidentes” no hay representantes del PC, PRO, FRVS ni PH. Se armó después del 15 de noviembre, la fecha del Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución. De hecho, los ausentes del “chat de los presidentes” coincide con los partidos que se restaron de la firma del acuerdo. Su actividad es relativa en comparación a otros grupos de coordinación, pero admiten que esta semana ha estado muy activo. “No hay ánimo de excluir a nadie”, explican algunos de sus miembros, más bien “no se ha dado la instancia para ampliarlo”.

De hecho, Muñoz llamó al diputado y timonel comunista Guillermo Teillier para preguntarle si querían adherir a la declaración pública del lunes. No se pudo comunicar y finalmente el PC no fue incluido en el texto.

“Quizás deberíamos sumar al chat a los otros presidentes”, comentó uno de los personeros. Hasta el cierre de esta edición, no había novedades sobre los nuevos integrantes.

Vaciar chat 

“Hay una serie de críticas que se le ha formulado a la oposición. Algunas son efectivas y otras, no”, comenta a este medio el presidente del PS, Álvaro Elizalde

El senador por la Región del Maule asegura que “no es efectivo” que hayan tenido un carácter obstruccionista en la pandemia .”Se han aprobado todas las propuestas económico-sociales para enfrentar la crisis. Se señala que la oposición no ha tenido capacidad de preparar propuestas y son muchas las que ha sido capaz de formular. La crítica que sí me parece es que hay que asumir que la oposición no ha tenido capacidad para coordinar, de manera tal que generemos una propuesta unitaria. Es la gran falencia que tenemos”, reflexiona. 

La coordinación opositora se vive en niveles distintos entre las directivas, los diputados y los senadores. Hay diferencias entre Cámaras. En algunos partidos, como la DC donde esto se nota más, en la Cámara Alta la disidencia a la mesa de Chahin es más visible. De hecho, algunos tildan al Senado como el lugar donde se ejerce la “verdadera oposición” y donde el Gobierno pone sus esfuerzos a la hora de negociar. Aunque esta semana también hubo algunos roces internos en ese reducto, luego que un grupo de cinco senadores encabezados por Alejandro Navarro (País Progresista) y Yasna Provoste (DC) presentaran un proyecto para nacionalizar los fondos de las AFP, lo que provocó varias críticas de sus pares por ser una propuesta “inconstitucional”.

Sin embargo, el símbolo más visible del problemas de convivencia fue otro: perder la elección de la mesa de la Cámara de Diputados abrió un espacio autoflagelante transversal. El episodio, calificado como un “bochorno”, sinceró los flancos sobre el verdadero trecho de la unidad política y las responsabilidades de cada uno. “La oposición no se organiza porque la DC y el FA viven peleando, incluso más que con el PC”, acusa un dirigente del sector. 

De hecho, la idea de censurar la testera de la Cámara que hoy dirige Diego Paulsen (RN) causó polémica de inmediato por la pertinencia de insistir en un gesto político en plena pandemia. Finalmente no prosperó y el tema de retomar el acuerdo administrativo en las distintas bancadas, reconocen, está pendiente. Al menos hasta que pase lo más complejo de la crisis sanitaria.

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Sin embargo, esta semana hubo una señal aún débil para varios, pero un primer gesto público desde que perdieron la presidencia. 

Los diputados de oposición, desde la DC al PC, entregaron una propuesta transversal para “mejorar” el proyecto de Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) del Gobierno que busca beneficiar por tres meses a cerca del 60% de familias más vulnerables, compuesta en su mayoría por trabajadores informales. La fórmula original del Ejecutivo implica que el ingreso disminuirá a medida que pase la pandemia. Contempla un aporte de $65 mil por persona y cargas familiares, y su entrega total o parcial dependerá del tamaño del hogar y de la situación socioeconómica de la familia. 

Los jefes de bancada de la oposición en la presentación de su propuesta llamada “Renta Básica de Emergencia”

Pero la oposición subió la apuesta, el tiempo y los recursos. Quieren que el beneficio llegue al 90% de los hogares más vulnerables y se extienda a la clase media; que se aumente a cuatro meses; que no sea decreciente y que se considere no solo la informalidad, también si el total de remuneración percibida se sitúa bajo la línea de pobreza.

“Desde el mundo político tenemos que dar respuesta a aquello. También es una medida de reactivación económica, ya que una familia sin ingreso no puede consumir”, explicó la diputada PC Camila Vallejo al presentar el acuerdo por una “Renta Básica de Emergencia”. Sin embargo, los costos de estas medidas ascenderían a US$ 3.400 millones, lejos de las cifras del Ejecutivo, cercana a los US$ 800 millones. El ministro de Hacienda, Ignacio Briones, puso la tiza en el pizarrón: hay espacio para negociar el diseño, no los montos.

Las diferencias entre ambas propuestas quedó de manifiesto este jueves en la madrugada. Pasadas las 02:00 horas, la Cámara aprobó en general y por unanimidad la propuesta del Gobierno, pero en particular la oposición rechazó el corazón de la inciativa. Se eliminó la disposición que indicaba la fórmula de los dos tramos -un monto para 40% más vulnerable y otro para los que van desde ese punto al 60%-, y también el artículo que detallaba el monto de cada aporte. Ahora la pelota está en el Senado, donde continuó el debate y la negociación

Pero, más allá del tira y afloja con el Ejecutivo y de los reproches del oficialismo sobre el “maximalismo” del bloque opositor -incluso ironizaron con la contraportada del The Clinic, que en su edición del 23 de abril publicó una hoja en blanco para detallar “las propuestas de la oposición en época de coronavirus”-, esta iniciativa, aseguran varios parlamentarios, fue un primer paso para componer los ánimos internos y aparecer alineados.

“Esta propuesta puede ser un muy buen principio de una rearticulación de la oposición en la Cámara de Diputados, que quedó fragmentada con lo que ocurrió con la testera“, dice a este medio el diputado y jefe de bancada del PPD, Raúl Soto.

¿Recuperar la mesa? “Estamos lejos de eso, pero esto es una señal”, contesta.

Oposición está escribiendo

El documento opositor se gestó durante dos semanas y contó con el apoyo transversal de técnicos y expertos de todas las bancadas. No fue fácil, reconocen los negociadores, pues había varias ideas: algunas del FA muy elevadas en gasto fiscal y otras más reconciliables con la apuesta del Gobierno, como la que presentó la Convergencia Progresista. Así desde el expresidente del Banco Central José de Gregorio (DC) hasta el exministro de Desarrollo Social (PC) Marcos Barraza trabajaron en la propuesta, que terminó por cuajar el domingo en la noche a través de una reunión por Zoom. 

Para el diputado y jefe de bancada de RD, Giorgio Jackson, fue el “descontento” general lo que logró aunar esos criterios mínimos, pero por ahora es “díficil estimar” si este acuerdo da pie para algo más. “Al menos se están poniendo los esfuerzos de poder sacar adelante el tema de la renta básica, de aumentar los beneficios para que estén sobre la línea de la pobreza que es algo bien clave y, en función de eso, me imagino que se van a ir reconstruyendo las confianzas, pero es muy temprano para decirlo”, señala a PAUTA

De hecho, según el también diputado del Frente Amplio Diego Ibáñez -quien hasta este martes fue jefe de bancada de Convergencia Social (CS)-, si bien la propuesta conjunta “es una manifestación positiva”, la verdadera señal se verá, como siempre, en las votaciones.

“Esperamos que esto sí tenga un correlato de la oposición, porque ahí también es donde se provoca el principal problema. El papel aguanta todo, pero en las comisiones y en la Sala es donde se generan los descuadres con el ala conservadora de los diputados de la DC y algunos radicales”, asegura. 

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Tienen electorados distintos, definiciones y énfasis distintos. Entremedio está la eterna discusión sobre las diferencias generacionales que cruzan a la ex Nueva Mayoría y el Frente Amplio. Por eso, advierte un alto dirigente, los diagnósticos sobre la oposición ameritan mayor profundidad, porque “hay varias oposiciones, así como no hay una sola derecha”.

“Entre lo viejo y lo nuevo de la oposición hay un momento, que es el que estamos viviendo y que seguirá los próximos dos años de este Gobierno, donde esa tensión va a ser permanente. Y hay que tratar de consensuar en torno a elementos que sean de sentido común”, señala Ibáñez.

Desde que perdieron la elección presidencial el 2017, el funcionamiento y coordinación de los distintos sectores de la oposición suele ser un tropiezo tras otro. “Las diferencias empiezan cuando uno se empieza a imaginar qué futuro se quiere y cuáles son los puntos fundamentales de esa agenda”, dice Heraldo Muñoz.

Por eso, la tesis de una “amplia unidad” que en algún minuto acuñó el PS hoy no carece fundamentos. Aunque algunos aseguran que la idea “ha ido decantando”, en especial al mirar el escenario electoral poscrisis, en la actualidad esa piscina no tiene agua.

Para el presidente de la DC, es “un tremendo error” pretender actuar siempre de manera uniforme y asegura que espera tolerancia del resto. 

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Pero hay otro factor: con pandemia es La Moneda la que pone la música y el ritmo. “El Gobierno copa la agenda y es muy difícil que la oposición aparezca en cualquier papel”, reconoce un dirigente de la ex Concertación. ¿Obstruccionistas? Varios dicen que es una caricatura para apuntar al FA y el PC y se justifican bajo el argumento de que han votado favorablemente todas las iniciativas por Covid-19 en el Congreso.

Recuerdan que el deber de la oposición es fiscalizar y ajustar los proyectos “si son insuficientes“. Es precisamente ese concepto el que revive las diferencias: ¿Cuánto se puede negociar con el Gobierno? Las comisiones mixtas -el paso final de un debate parlamentario cuando hay diferencias sostenidas entre Cámara y Senado- se volvieron un escenario habitual, en especial para los proyectos que incluyen gastos fiscal. Es muy probable que la discusión por el Ingreso Familiar de Emergencia también llegue a esta instancia. 

“¿Cuál es el rol que nos exige la crisis?: generosidad, propuestas y fiscalizar”, dice Fuad Chahin. 

Sin embargo, hay una discusión pendiente y es qué pasará después, qué pasará pospandemia. En eso están pensando varios de los consultados. Están preocupados, por ejemplo, por un eventual “estallido social 2.0”. Las primeras conversaciones dentro de los partidos y los equipos programáticos, al menos en la ex Concertación, ya se están dando. Aunque la duda de siempre es qué tan amplia será la reflexión final.

“Vamos a tener mucha gente desempleada que va a tener problemas. Si no nos sentamos a decir ‘este es el horizonte de profundas reformas sociales que queremos para el país en cinco años’…, no sé en qué podemos terminar”, advierte el excanciller.