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Bajo presión: los difíciles días de Monckeberg en la Segpres

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POR Gladys Pierola |

El titular de la Segpres está en la mira de la UDI y Evópoli. Desde su partido pidieron a sus socios de coalición parar “el jueguito de pegarles a los ministros de RN”.

“Aquí no se trata de decir ‘este sí, este no, este es el culpable, este no es el culpable'”. Este miércoles el ministro de la Segpres, Cristián Monckeberg, respondía así ante los cuestionamientos sobre la votación del segundo retiro del 10% de fondos previsionales en la Cámara de Diputados y el mayoritario apoyo que dieron de los parlamentarios de Chile Vamos al primer trámite del proyecto. 

En las filas del oficialismo buscaron en derredor: ¿De quién era la responsabilidad? Las preguntas no apuntaban solo al resultado, sino que se alzaban por el masivo descuelgue de las filas internas. “Aquí hay un equipo, una coalición, hay un Gobierno. La ciudadanía confió en él, lo mandató mayoritariamente y el desafío es liderar ese proceso desde el Ejecutivo, pero también con la colaboración de la coalición”, agregó Monckeberg en medio de la vestisca política del día después.

Aupado por las circunstancias, el ministro encargado de las relaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo agregaría: “Prefiero ser optimista y entender que cuando uno gobierna y la ciudadanía confía en uno, hay responsabilidades compartidas”.

Aunque el marcador del segundo retiro era predecible para el Gobierno, la votación abrió en el oficialismo una antigua herida. La misma que significó un cambio profundo al Comité Político a fines de julio y que hoy desde La Moneda tratan de contener, al menos a primera vista, sin mucho éxito.

La repartición de las culpas

Luego de que este martes se descolgaran 55 de los 72 diputados de Chile Vamos, las críticas cruzadas sobre los responsables y sus efectos se intensificaron, en especial porque el margen del Gobierno para detener o modificar la moción en el Senado se reduce. Los dardos desde el Congreso apuntaron en dos direcciones: una hacia el manejo político del ministro de la Segpres, encargado de llevar las relaciones de La Moneda con el Congreso, y la de quienes salieron en su defensa, apuntando al titular de Hacienda, Ignacio Brionescomo el responsable de no ofrecer una propuesta económica más atractiva para frenar el nuevo retiro desde las AFP. 

El problema, dicen en la coalición oficialista, es nuevamente la coordinación y la forma de trabajar. Es una queja que reflota en votaciones polémicas como esta. El Comité Político queda expuesto, describen en Chile Vamos. Incluso la bancada de la UDI, que el martes anunció un cambio en las relaciones con el Gobierno, pidió que el Presidente Sebastián Piñera personalmente ordenara al bloque.

“No queremos ser solo parte de los costos y estar en las malas, sino que también en las buenas. Es importante que nuestro proyecto político tenga futuro y para eso el Gobierno tiene que escuchar más a sus partidos”, dijo la diputada y jefa de bancada de la UDI, María José Hoffmann

De hecho, aunque en RN varios parlamentarios interpretaron sus palabras como un mensaje directo a Monckeberg, la diputada -quien competirá en la interna por la presidencia de la UDI- aseguró que su queja “no tiene que ver con ningún ministro en particular, tiene que ver con la forma de relacionarse del Gobierno con el Congreso y eso es lo que tiene que cambiar […] Que no se confundan las lealtades en personas particulares. Aquí la lealtad tiene que ser con nuestro proyecto político, y la mala coordinación y la ausencia de políticas claras las puede rectificar el Presidente”.

Este reclamo incluso llegó directo a los oídos del ministro del Interior, Rodrigo Delgado, quien se comunicó directamente con la diputada.

Una reunión de emergencia del Comité Político corría con sus propias horas en la noche del miércoles, tras el regreso del Mandatario de su gira por el sur. En la instancia, parte de la conversación giró en torno a la tensión oficialista. Piñera analizó por más de una hora y media la situación con sus ministros más cercanos y una de las señales que se tomaron es que este jueves el ministro Delgado acompañe al titular de la Segpres y de Hacienda al Congreso. Ahí, en medio de la discusión por el Presupuesto 2021otro de los flancos del Gobierno-, el nuevo jefe de Gabinete se reunirá con los tres jefes de bancada de Chile Vamos para plantearles, al igual como lo hizo con los timoneles oficialistas, un “nuevo” trato de coordinación y comunicación entre el Gobierno y los parlamentarios.

La pregunta que ronda ahora es si el exalcalde de Estación Central tendrá la capacidad articuladora en un ambiente lejano a su experiencia municipal, y en un contexto de polarización política y dispersión oficialista.

La soledad de un ministro

“¿Sale gratis pegarle a un ministro?”, le preguntaron en Primera Pauta, de Radio Pauta, al ministro de la Segpres unas horas antes de la votación del segundo retiro del 10% en la Cámara. La respuesta, en tono resignado, fue: “Ya es deporte nacional a estas alturas pegarle al Gobierno”.

El exdiputado y extimonel de Renovación Nacional viene esquivando desde hace un par de semanas el fuego amigo desde la UDI y Evópoli. Medio en broma, medio en serio, responde a sus cercanos que las críticas son “gajes del oficio”. Y si bien la acusación constitucional contra del ahora exministro Víctor Pérez intensificó las críticas desde la tienda de calle Suecia al titular de la Segpres, el resultado de la votación del segundo 10% terminó de abrir los flancos sobre la relación entre el Gobierno y sus parlamentarios. 

“Ha habido falencias”, reconoció hace unos días el presidente de Evópoli, Andrés Molina, al referirse al rol de Monckeberg. “Todos podemos mejorar en lo que estamos haciendo”, dijo el parlamentario por La Araucanía, quien lleva más de 10 días con las “relaciones congeladas” con La Moneda por el manejo de la política y la seguridad en la zona. De hecho, tras la votación Molina insistió en que había una responsabilidad de los ministros del Comité Político que no fueron respaldados por sus respectivos partidos políticos, en clara alusión al trabajo del ministro de RN. Apuntó a que el trabajo del titular de la Segpres tiene que ver con “tener claridad respecto a los resultados y anticiparse”.

Lo cierto es que más allá de que el diseño de La Moneda para que Monckeberg, Briones y la ministra del Trabajo, María José Zaldívar, estuvieran juntos en la Cámara enfrentando el revés, ya en la tarde el exdiputado habló sin compañía sobre el momento de la votación y en el punto de prensa posterior. Fueron sus momentos de soledad, que en opinión de algunos de sus cercanos parecían la metáfora de su estado en La Moneda.

La situación no pasó en vano para RN y su adherentes en la tienda de Antonio Varas. En los pasillos del Congreso más de alguno comentó lo molesto que estaba Monckeberg por tener que dar cara solo ante la presión y los dardos de la oposición y también del oficialismo. “No estoy a cargo de todo, si aquí somos varios”, respondió en más de una oportunidad cuando las críticas apuntaban a la “inacción” del Ejecutivo. 

Un comité que no juega de memoria 

“Las acusaciones de ausentismo son odiosas, pero tenemos que seguir trabajando”, es una de las frases que Monckeberg repite como mantra por estos días. Su estadía en la Segpres ha sido intensa. Cumplió tres meses y medio en la cartera y la relación con Chile Vamos después del Plebiscito ha sido compleja. Una de las críticas que ha hecho el expresidente de RN es que el esfuerzo de coordinación por sí solo no resulta si las directivas de los partidos son débiles y los jefes de bancada no logran ordenar a los suyos. 

En el flanco interno del Comité Político, Monckeberg se apoya en el vocero de Gobierno, Jaime Bellolio, y en la titular de Desarrollo Social, Karla Rubilar. Con Víctor Pérez no tenía una relación cómplice ni fluida; apenas un trato muy protocolar, “lo justo y lo necesario”, dicen en La Moneda. Por lo mismo, uno de los desafíos que deberá enfrentar el nuevo ministro del Interior, Rodrigo Delgado, es precisamente aceitar la relación de un equipo que no juega de memoria y que hoy tiene dos alas bien marcadas: Monckeberg por un lado y Briones por otro.

“No veo ningún desencuentro dentro del Comité Político. Uno no siempre anda a los besitos y abrazos, pero no por eso no vamos a seguir trabajando en equipo, conjuntamente”, contestó el titular de la Segpres en entrevista con Radio PAUTA

¿Cómo contener el quiebre?

En el día después –y con un largo camino aún en el Senado– tanto en Chile Vamos como el Gobierno evitaron hablar de un daño más profundo, pues desde hace días que ya se había asumido un escenario complejo en la Cámara. La apuesta de La Moneda hace un buen rato se trasladó al Senado, donde las esperanzas están puestas en destrabar la reforma previsional. “Hemos tenido algunas diferencias. No hay tal cosa como un quiebre para nada, lo que hay es diferencias en temas en específicos, que son legítimas, que tenemos que resolverlas, porque los desafíos que tenemos por delante son demasiados grandes”, respondió el vocero de Gobierno, Jaime Bellolio, al ser consultado por el clima interno.

Sin embargo, pese a los llamados para ponerle paños fríos y volver a hablar de “unidad”, los defensores de lado y lado mostraron sus roces sin anestesia. “Tratar de culpar a otros de alguna manera es para diluir culpa. Todos tienen responsabilidad, para ser sinceros. El populismo está instalado en todos lados, no es solamente culpa del Gobierno. El que se seduzcan por el aplauso fácil o que no quieran enfrentar la funa, eso no es culpa del Gobierno”, señaló a este medio la presidenta de la UDI, Jacqueline Van Rysselberghe

Si bien su directiva ha sido crítica de la labor de Monckeberg, en especial por el libelo que enfrenta Pérez, la senadora por el Biobío separó las aguas con la votación del segundo retiro del 10% y apuntó al criterio de los diputados. “Acá se estaba haciendo un esfuerzo por tratar de llegar a un acuerdo en pensiones, un acuerdo global, pero nuestro propio sector boicoteó el acuerdo”, acusó Van Rysselberghe. Afirmó que la abstención habría sido una mejor señal que la aprobación del proyecto.

Desde RN salieron a defender al titular de la Segpres sin titubeos. “El jueguito de pegarles a los ministros RN debe terminar aquí y ahora. Es momento de trabajar por la unidad del sector”, señaló el presidente de Renovación Nacional, Rafael Prohens. El senador dijo que no esperarán a que la crítica al trabajo de Monckeberg “se extienda en el tiempo ni que se tome como un pasatiempo que no tiene consecuencias”.

Incluso algunos dirigentes de la tienda de Antonio Varas subieron el tono para defender al titular de la Segpres y acusaron que la votación de este martes fue en “contra del inmovilismo” del ministro Briones. “Fue una crítica contra el fantasma que tenemos de ministro de Hacienda, que no ha sido capaz de entregarle soluciones a las familias chilenas”, dijo el diputado de RN Camilo Morán, exjefe de gabinete de Mario Desbordes cuando el actual ministro de Defensa era parlamentario.

La respuesta desde el partido de Briones no se hizo esperar. “Si hay alguien que le ha puesto el hombro a este proyecto y al proyecto previsional, ha sido el ministro Ignacio Briones. No podemos aceptar, como Evópoli, que se venga a calificar de esa forma a ningún ministro. Sea de Evópoli, sea RN, sea de la UDI o independiente. No es el tono ni la forma”, señaló molesto el diputado y vicepresidente de la Cámara, Francisco Undurraga, quien además acusó a Morán de ser un parlamentario “nombrado a dedo”, debido a que este llegó al Congreso en reemplazo del ahora ministro  Desbordes.

En medio de la tensión interna, algunos parlamentarios propusieron una instancia de reflexión para aliviar los ánimos, “un encuentro a puerta cerrada” para recomponer las confianzas.