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La tregua de verano entre Blumel y Ward

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POR Gladys Pierola |

Los ministros del Interior, Gonzalo Blumel, y de la Segpres, Felipe Ward pasaron por un período rudo. Costó el acomodo en La Moneda. Solo antes de salir de vacaciones la relación mejoró.

El lunes 17 de febrero los ministros del Interior, Gonzalo Blumel (Evópoli) y de la Segpres, Felipe Ward (UDI) iniciaron oficialmente sus vacaciones. Han sido días de algo de descanso playero. Eso sí, siempre cerca de Santiago.

Los dos secretarios de Estado fueron los anfitriones de La Moneda durante la primera quincena de febrero. Con el Presidente Sebastián Piñera descansando -a medias- en el sur, varios en el Gobierno describen la relación de ambos personeros como “una tregua estival”. Incluso entre algunos asesores bromearon con que era como un “romance de verano”, pues los primeros 100 días de este Comité Político no fueron nada de fáciles, menos para la dupla Blumel-Ward.

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Los resultados del último mes legislativo y el ambiente menos duro de febrero ayudaron a calmar las tensiones, dicen en Palacio. En especial, luego de los rumores sobre posibles ajustes en el Gabinete y de la recomendación del propio Mandatario para que su equipo cercano se muestre “más afiatado”.

El diseño quedó así: Blumel se quedó “cuidando la casa” mientras el Presidente pasaba sus días en Lago Ranco (aunque con dos altos en Temuco y Puerto Montt) y, por el otro, Ward se convirtió en el vocero de verano de La Moneda en reemplazo de la ministra de la Secretaría General de Gobierno (Segegob), Karla Rubilar, quien esta semana retomó sus funciones. Es decir, Blumel y Ward quedaron a cargo de cualquier tema que ameritara la respuesta de La Moneda. Un ejemplo: en medio del escándalo por el caso de posibles coimas que involucra el exdiputado UDI Gustavo Hasbún y el MOP, ambos fueron los primeros en hablar desde el Gobierno.

Cómo ocurrió la tregua veraniega

En La Moneda aseguran que en un principio Blumel y Ward se toparon en algunos temas puntuales, pero que cada vez fueron menos y que en el trato del día a día esa mejor relación se notó.

“El Comité Político está mucho mejor”, explica una fuente del Ejecutivo a PAUTA.

Cuando les tocó asumir “eran como un boxeador que aún estaba noqueado”, dicen en La Moneda. Ese escenario cambió y ayudó a que Blumel, Ward y el resto del Comité Político funcione porque hay un plan: una hoja de ruta constitucional, social y un camino en materia de orden público.

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“Es cosa de mirar el último mes. Están funcionando como reloj suizo. Fue bueno el cierre de año legislativo y político, más allá de las encuestas”, explicó un alto personero de Gobierno. De hecho, hace un mes que Ward le ha transmitido a su equipo que “está más tranquilo y pasándolo bien”, comentan cercanos al extitular de Bienes Nacionales.

Las tensiones desde octubre

El ambiente es muy distinto del 28 de octubre, cuando Ward asumió en su nueva cartera con una piedra en el zapato: supuestamente él iba a ser el nuevo titular del Interior, pero que a última hora y tras el recuerdo público de varias frases polémicas en el pasado, el Mandatario optó por Blumel.

Aunque Ward negó que su nombre se hubiese desechado, debutó en el Comité Político dando explicaciones por el hecho. Luego vinieron los tropiezos en el despliegue de ambos en sus nuevos trabajos. Varios apuntan a las instrucciones que el propio Mandatario le habría dado a Blumel de no dejar sus lazos con los parlamentarios, pues el horizonte se veía cuesta arriba: proceso constituyente, acusaciones constitucionales, interperlaciones, Ley de Presupuesto, pensiones, Reforma Tributaria y parte de la agenda social.

Eso se ejemplificó en algunas conversaciones y negociaciones con la oposición que pasaron por Blumel antes que por el nuevo mandamás de la Segpres, “quitándole protagonismo”, acusaron en el partido que dirige la senadora Jacqueline van Rysselberghe, pese a que esa cartera es la encargada de las relaciones con el Congreso. 

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“Esas diferencias se superaron, pero nunca fueron sustantivas”, señala otro importante inquilino de La Moneda.

De hecho, hay un episodio puntual que distintas fuentes consultadas por este medio coinciden y que habría marcado un punto de inflexión. Fue un encuentro a principios de noviembre para componer los ánimos con la Democracia Cristiana, en medio de las negociaciones para destrabar la Reforma Tributaria, en la que participó Blumel y el ministro de Hacienda y también militante de Evópoli, Ignacio Briones. Pero que Ward se enteró después, una vez realizada.

“Fue un malentendido. Lo interpretaron mal”, comenta la misma fuente. Aunque otro personero de Gobierno explica que ese episodio significó una conversación especial entre ambos ministros por la coordinación en las relaciones con los diputados y senadores, en especial los de la ex Concertación.

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Luego la historia es conocida. Se sumaron los desencuentros públicos con la UDI. El partido apuntó en varias declaraciones a la prensa (de manera reservada y también abiertamente) al rol del ministro Blumel en la acusación constitucional contra el exministro y personero histórico del gremialismo Andrés Chadwick. A ese episodio se sumó el apoyo de Evópoli y parte de RN a la paridad de género en la reforma constitucional que habilitó el proceso constituyente, lo que incluso significó el congelamiento de las relaciones a fines de diciembre.

Plan marzo

Uno de los mensajes que la dupla de verano reiteró en sus apariciones públicas fue el llamado para que en marzo el Congreso aprobara al menos tres proyectos claves para el Ejecutivo: Reforma Previsional, subsidio fiscal a los trabajadores de menores salarios (antes conocido como Ingreso Mínimo Garantizado) y la propuesta que regula el resguardo de la infraestructura crítica

Pero hay un punto esencial que es un poco más complejo y que tiene que ver con el último tema de esa lista: las críticas al manejo de Blumel en temas de seguridad pública. La figura de “Sheriff” a Blumel no le acomoda y, según comentan en el Palacio, el propio ministro sería de la idea de que un estilo así no contribuye a la situación actual que vive el país.

De hecho, en “plan marzo”, el ministro del Interior prepara su propia hoja de ruta con la reforma de Carabineros, en una mezcla de las medidas propuesta por el consejo asesor que él mismo convocó y el proyecto que le entregó hace algunas semanas el senador PPD Felipe Harboe con un grupo de expertos.

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En carpeta hay medidas enfocadas en tecnología y nuevas cámaras corporales para las policías;  estrategia de diálogo con manifestantes y avanzar el proyecto de infraestructura crítica que está en la Cámara de Diputados. Con un poco más de tiempo, también está la idea de ingresar durante el primer semestre un proyecto que cree el Ministerio de Seguridad, y que finalmente separaría el rol de Interior con el orden público.

El lunes 2 de marzo (o incluso antes) el equipo más cercano a Piñera retomará sus reuniones habituales. Allí estarán sentados, a la misma mesa, los titulares de Interior, de la Segpres, de la Segegob, de Hacienda, y de Desarrollo Social, Sebastián Sichel, además del jefe de asesores del segundo piso, Cristián Larroulet y la jefe de gabinete del Presidente, Magdalena Díaz. Para entonces es probable que el Mandatario le vuelva a preguntar a la dupla Blumel-Ward: “Y, ¿cómo vamos?”.