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El camino de siete meses que terminó con el primer rechazo a un retiro previsional

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Agencia Uno
POR Carlos Agurto |

Tal como adelantó PAUTA, la posibilidad de una aprobación en la Cámara de Diputados era remota. La tramitación pasó por distintos momentos e incidió en actividades de la campaña presidencial.

Los diputados Pamela Jiles (PH), Karol Cariola (PC), Jenny Álvarez (PS), Félix González (PEV), Patricia Rubio (PPD), Marisela Santibáñez (PC), Alexis Sepúlveda (PR) y Gabriel Silber (DC) presentaron el proyecto de cuarto retiro de fondos desde las AFP el 26 de abril de 2021.

Posteriormente, otras cinco iniciativas de similares características fueron ingresadas entre el 10 de mayo y el 10 de junio, incluyendo la posibilidad de transferencia del 100% de los fondos previsionales que impulsaba Jorge Alessandri (UDI). Los seis proyectos serían refundidos durante su tramitación en la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados.

La idea de avanzar en la iniciativa era baja: el Gobierno había aceptado extender el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), que previamente había modificado atendiendo las exigencias de parlamentarios de distintos sectores y los principales líderes políticos de la oposición se habían comprometido a no persistir en el desfonde previsional.

Influencia en la carrera a La Moneda

La senadora Yasna Provoste (DC) decía, a principios de agosto en la Región de Los Lagos, que “nuestra decisión respecto del cuarto retiro pasa por escuchar cuáles van a ser las decisiones del Gobierno respecto de la extensión del IFE Universal”. En esos momentos la parlamentaria todavía no era proclamada como candidata presidencial de su partido.

Incluso, ya ungida como candidata presidencial uno de los líderes de su campaña Marcelo Mena dijo -en una actividad con el CNTV durante los preparativos para franja electoral- que “siempre y cuando se mantengan las condiciones del IFE, como fue originalmente diseñado, ella va a estar en contra de este cuarto retiro”.

Conocida la extensión del IFE, la senadora guardó silencio sobre su postura hasta que en el debate presidencial del 22 de septiembre dijo que estaba a favor del nuevo retiro.

A fines de junio, un entonces precandidato presidencial del Frente Amplio, Gabriel Boric, se mostraba contrario al cuarto retiro y aseguraba que “mientras exista un IFE de Emergencia, yo no voy a apoyar más retiros de fondos de pensiones y menos un retiro del 100%”.

Sin embargo, su postura cambió y si bien apoyó el proyecto, junto con parlamentarios de Apruebo Dignidad presentó indicaciones para que las rentas más altas pagaran impuestos y disminuir el monto máximo de un eventual cuarto retiro. Ambas propuestas fueron desechadas durante la tramitación en particular del proyecto.

En tanto, el entonces candidato presidencial de Chile Vamos, Sebastián Sichel, se manifestaba contrario. El exministro de Desarrollo Social tendría luego su propia polémica por este tema: avalado por un triunfo holgado en las primarias del sector, amenazó a los diputados de derecha con quitarles el respaldo si ellos votaban a favor del cuarto retiro.

Semanas después reconoció que había hecho uso del primer retiro de fondos previsionales. Un reconocimiento que también hicieron autoridades de Gobierno, por ejemplo, el ministro de Hacienda, Rodrigo Cerda, la entonces titular de Medioambiente Carolina Schmidt y Katherine Martorell, quien para el primer retiro era subsecretaria de Prevención del Delito.

El Gobierno también intentó frenar los apoyos al cuarto retiro con la extensión del IFE y con el ingreso de una ley corta que contemplaba un aumento en la Pensión Básica Solidaria, además de la extensión de la cobertura del Pilar Solidario y del Seguro de Cesantía.

Un adelanto del desenlace

La votación en particular en la Cámara de Diputados comenzó el 22 de septiembre. El proyecto incluyó la posibilidad de anticipo de rentas vitalicias, la retención del 100% en casos de deudores de pensión alimenticia que superara el 10% de sus fondos y sin impuestos, entre otras disposiciones.

Seis días después la Sala de la Cámara votó el proyecto y fue aprobado luego de obtener 94 votos a favor, 39 rechazos y 9 abstenciones. Además, 18 de las preferencias afirmativas correspondían a respaldos de diputados oficialistas. Con ello el proyecto era despachado al Senado.

Ahí el escenario cambió. La falta de apoyo a la iniciativa en el Senado y el cuórum de 26 votos que inicialmente necesitaban hacían prever que el proyecto se iría a una comisión mixta, tal como lo adelantó PAUTA el 30 de septiembre.

Además, la carrera por la primera vuelta presidencial estaba en pleno desarrollo. La Comisión de Constitución del Senado decidió tramitar el proyecto, primero en general, y luego, de aprobarse, hacerlo en particular. La idea era tener más tiempo para conseguir apoyo, pero también para no quedarse con la “papa caliente” muy cerca de las elecciones donde algunos parlamentarios irían a la reelección.

Senadores como Ricardo Lagos Weber (PPD), Ximena Rincón (DC), Jorge Pizarro (DC), Juan Pablo Letelier (PS) y Carlos Montes (PS) condicionaban su votación al mejoramiento del proyecto a través de la eliminación o modificación del autopréstamo de las rentas vitalicias, el pago de impuesto y una norma que dificultara un nuevo retiro.

En tanto, Carolina Goic (DC) cerraba la puerta al cuarto retiro debido a las exposiciones de distintos expertos que aseguraban que el retiro de fondos había afectado y seguirían afectando la economía, incluyendo su incidencia en la inflación.

Así llegó el 9 de noviembre, día en el que la Sala del Senado debió votar en general el proyecto. Si bien consiguió una mayoría, esta no fue suficiente para su aprobación. Fueron 24 votos a favor, 15 en contra y una abstención, y se terminó por cumplir lo proyectado: el cuarto retiro pasaría a una comisión mixta.

Sin consenso y rechazo final

A poco más de siete meses de ingresado el primer proyecto de cuarto retiro, la comisión mixta comenzó a definir los detalles de la iniciativa, pero no tuvo mayores modificaciones. De hecho, no hubo “norma cerrojo”; se mantuvo el anticipo de rentas vitalicia, pero con cargo fiscal; y no se aprobó el pago de impuesto a las rentas más altas.

Las decisiones de la comisión mixta se fueron sellando por votación de mayoría, que estaba representada por la formación de la instancia donde predominaban los parlamentarios de oposición que, además, estaban a favor del retiro.

Como el informe final de la comisión mixta no recogió las condiciones dispuestas principalmente por senadores de la oposición, nuevamente se adelantaba un escenario complejo para su aprobación si es que lograba pasar al Senado. Antes era el turno de la Cámara de Diputados, lo que se proyectaba para la semana del 6 de diciembre, pero hubo cambios.

El Gobierno el miércoles 1 de diciembre le dio “discusión inmediata” al proyecto, con lo que se establecía un plazo de dos días para que los diputados votaran en la Sala. Justo cuando habría ausencia de diputados: en el extranjero, en actividades de campaña presidencial y otros con licencia.

Aunque esto último fue descartado por las autoridades del Gobierno, los diputados impulsores del proyecto insistieron en que aquello estaba detrás de la intervención del Ejecutivo y así terminó por ponerse en tabla su votación para este viernes 3 de diciembre.

“Si el Gobierno no hubiera utilizado esta triquiñuela constitucional tenga la seguridad que hoy día el proyecto del cuarto retiro se hubiera aprobado”, afirmaba el diputado Marcos Ilabaca (PS). Lo decía luego de conocerse el resultado de la votación de la Sala.

Los 89 votos a favor, 29 en contra y 8 abstenciones terminaron por sellar la posibilidad de que se concretara el cuarto retiro de fondos previsionales, generándose el primer rechazo a una iniciativa de este tipo. Aunque la historia de esta iniciativa finalizó, ya está en el Congreso un proyecto de quinto retiro a la espera de ser tramitado durante diciembre. Su futuro es incierto, aunque el todavía candidato presidencial Gabriel Boric -de momento- lo rechazó.